domingo, 29 de mayo de 2022

El Proyecto Conectoma Humano

 Como ustedes saben, queridos amigos, mi mente gusta huronear por muchas y diferentes áreas del saber humano. Una de ellas es la Neurología y, en particular, el cerebro y su estructura. Habrán podido apreciar que, en notas anteriores he tocado temas como los robots conscientes, o los cyborgs, o 1984 de Orwell y más, todos ellos relacionados de algún modo con el cerebro humano.

Pues bien, hoy quiero explorar con ustedes la posibilidad de que los patrones de cableado del cerebro pueden arrojar luz sobre los rasgos positivos y negativos de una persona. Si, tal cual, es decir, los rasgos de personalidad pueden estar determinados por cómo está cableado el cerebro. El hallazgo, publicado el 28 de septiembre de 2015, en la revista Nature Neuroscience, fue el primero del Proyecto Conectoma Humano (HCP en inglés), un esfuerzo internacional para mapear las conexiones activas entre las neuronas en diferentes partes del cerebro.


El HCP, que se lanzó en 2010 a un costo de u$s 40 millones, tiene por objeto analizar las redes cerebrales, o conectomas, de 1.200 adultos. Entre sus objetivos se encuentra trazar las redes que están activas cuando el cerebro está en reposo; éstas están pensadas para mantener las diferentes partes del cerebro conectadas en caso de que necesiten realizar una tarea.

En abril de aquel año, una rama del proyecto, liderado por uno de los copresidentes del HCP, ingeniero biomédico, Stephen Smith, de la Universidad de Oxford, Reino Unido, lanzó una base de datos de conectomas en estado de reposo de alrededor de 460 personas entre 22 y 35 años de edad. Cada escáner cerebral se complementó con información sobre aproximadamente 280 rasgos, como la edad de la persona, si tienen un historial de consumo de drogas, sus rasgos de personalidad de status socioeconómico y su desempeño en diversas pruebas de inteligencia.

Smith y sus colegas realizaron un análisis informático masivo para ver cómo estos rasgos variaban entre los voluntarios y cómo se correlacionaban los rasgos con diferentes patrones de conectividad cerebral. El equipo se sorprendió al encontrar una única y marcada diferencia en el modo en que se conectan los cerebros. Las personas con más variables “positivas”, como más educación, mejor resistencia física y rendimiento en pruebas de memoria por encima de la media, comparten los mismos patrones. Sus cerebros parecían estar más fuertemente conectados que los de las personas con rasgos “negativos” como el tabaquismo, el comportamiento agresivo o una historia familiar de abuso de alcohol.

Marcus Raichle, neurocientífico de la Universidad de Washington en St. Louis, Missouri, impresionado de que sólo la actividad y la anatomía de los cerebros fueran suficientes para revelar este eje “positivo-negativo”, acotaba: Se puede distinguir a las personas con rasgos de éxito y una vida exitosa frente a los que no tienen tanto éxito, dice.

Sin embargo, Raichle dice que es imposible determinar a partir de este estudio cómo los diferentes rasgos se relacionan entre sí y si las conexiones cerebrales debilitadas son la causa o el efecto de los rasgos negativos. Y aunque los patrones son claros en todo el gran grupo de voluntarios del HCP, podría tomar algún tiempo antes de que estos patrones de conectividad puedan ser utilizados para predecir los riesgos y los rasgos de un individuo dado. Deanna Barch, psicóloga de la Universidad de Washington, coautora del estudio más reciente, dice que una vez que se entiendan mejor estas relaciones causales, podría ser posible empujar cerebros hacia el extremo “bueno” del eje.

Van Wedeen, neurocientífico del Hospital General de Massachusetts en Boston, dice que los hallazgos podrían ayudar a priorizar la investigación futura. Por ejemplo, uno de los rasgos negativos que impulsa el cerebro hacia abajo del eje negativo fue el consumo de marihuana en las últimas semanas. El hallazgo subraya la importancia de proyectos como uno puesto en marcha por el Instituto Nacional de Abuso de Drogas, que seguirá a 10.000 adolescentes durante 10 años para determinar cómo la marihuana y otras drogas afectan el cerebro.

Es interesante que los patrones de cableado asociados con puntuaciones de inteligencia generales de las personas no fueran exactamente los mismos que los patrones de medidas individuales de la cognición. Personas con una buena coordinación mano-ojo, por ejemplo, cayeron más abajo en el eje negativo que aquellos con buena memoria verbal. Esto sugiere que la biología subyacente a la cognición podría ser más compleja que nuestra definición actual de la inteligencia general y que puede estar influenciada por factores demográficos y de comportamiento. Tal vez nos llevará a reconsiderar lo que [la prueba de inteligencia general] está midiendo, dice Wedeen. Tenemos un nuevo misterio ahora.

Muchos más datos del conectoma deben emerger en los próximos años. El Estudio del Envejecimiento Cerebral de Harvard, por ejemplo, es la medición de las conexiones cerebrales activas en 284 personas con edades comprendidas entre 65 y 90 y ya dio a conocer sus primeros datos. Y se está ejecutando el proyecto Desarrollo del Conectoma Humano en el Reino Unido, que es la imagen del cerebro de 1.200 bebés antes y después del nacimiento. Se espera lanzar sus primeros datos en los próximos meses. Mientras tanto, el HCP está analizando los datos genéticos de sus participantes, que incluyen un gran número de gemelos idénticos y fraternos, para determinar cómo los factores genéticos y ambientales se relacionan con los patrones de conectividad cerebral.

Ahora bien, si tomamos en consideración a ese gran profeta del siglo XX que fue George Orwell, podríamos pensar en que, una vez establecidas claramente las relaciones entre cableado del cerebro y características de la personalidad, ¿No creen ustedes que gobiernos totalitarios no pensarían en obtener humanos por diseño y a medida de las necesidades que el Gran Hermano considere oportunas?

Se podría empezar por algo aparentemente bueno, como modificar el cableado del cerebro de una persona para alejarlo de la droga, por ejemplo. Pero, ¿Será bueno que se consigan objetivos deseables sin esfuerzo, simplemente por una cirugía cosmética del cerebro?

Por otra parte, el estudio del conectoma humano tendrá, sin dudas, una profunda influencia sobre el desarrollo y creación de redes neuronales artificiales, o sea, cerebros electrónicos, ¿Conscientes?

Piénsese, por ejemplo, en un Leonardo da Vinci de la época, que se encuentre en su lecho de muerte. Podría tomársele una "instantánea" de su conectoma y hacer con ella una red neuronal que, a todo efecto, se comportaría como Leonardo.

Lo cierto, amigos, es que el final del siglo XX y el comienzo de este siglo XXI nos enfrentan a problemas muy serios y muy precipitadamente, además.

¿Estaremos a la altura del desafío?

No podría responder esta pregunta categóricamente, pero, me da la impresión de que el parto… ¡no será indoloro!

 

domingo, 22 de mayo de 2022

ACERCA DEL REQUIEM DE MOZART



Cualquiera que conozca la vida de Wolfgang Amadeus Mozart no podrá sino lamentar su prematuro final. ¿De qué no hubiera sido capaz ese genio de la música, qué bellezas no sacaría aun de su chistera el mago Mozart de haber vivido 70 u 80 años? No nos queda sino imaginar las maravillas que nos habría legado en ese caso.


Y, cual funesta premonición, quiso el destino que su última obra fuera un requiem, el que muy bien podría haber sido para él. Y es de ese requiem del que quiero hablarles en la nota de hoy. Bueno, es bueno aclarar que no seré yo quien les hable sino alguien a quien he invitado a participar en este blog. Se trata de Christoph Wolff. Christoph es un reconocido musicólogo alemán, nacido en Solingen, Alemania, el 24 de mayo de 1940 autor de obras sobre la música, vida y época de Johann Sebastian Bach. Es profesor de la Universidad de Harvard desde 1976 y ha sido director del Archivo Bach en Leipzig desde 2001.

Me sumo pues a la audiencia de Christoph para que nos hable de la Misa de Requiem en re menor, K. 626, de Wolfgang Amadeus Mozart.

Wolfgang Amadeus Mozart

Difícilmente haya un documento más elocuente a unirse con la biografía musical de Mozart que su Requiem. Un trabajo cuyo mérito artístico, e incluso su autenticidad, ha sido asunto de debate acalorado y acre casi desde el momento de la muerte de Mozart, el Requiem sigue al compositor a su fin: Crea la conciencia de una pérdida irrecuperable - una pérdida que se extiende claramente más allá del fragmento del Requiem como tal y lanzando una luz en el fragmento más grande del trabajo de una vida trágicamente abreviada.

Cualquiera que sabe algo del Requiem de Mozart es consciente del velo misterioso que tradicionalmente rodea este trabajo. Entonces, a los efectos de hacer un poco de luz sobre el tema consideremos los principales datos conocidos de su historia:

- A comienzos del verano de 1791 - probablemente a mediados de julio Mozart recibió una comisión anónima en una carta que firmó "un devoto de su arte" para una Misa de Requiem, una Misa para los Muertos.

- Mozart estipuló un honorario de 50 ducados, algo bastante importante para una pieza litúrgica de tamaño medio, considerando el hecho que había recibido 100 ducados por sus principales óperas vienesas. El desconocido cliente le envió un adelanto de 25 ducados con un mensajero.

- Cuando Mozart murió el 5 de diciembre del mismo año, aún no había finalizado el encargo, de modo que, su viuda, Constanze, solicitó a algunos de los mejores estudiantes de Mozart que completaran el trabajo. Una vez hacho esto, envió la partitura al cliente anónimo, pero, sin informarle que la pieza había quedado inacabada por Mozart. En respuesta, recibió el resto de los honorarios.

- Ahora bien, cuando el editor de música de Leipzig, Breitkopf & Härtel, publicó el Requiem por vez primera en 1800, el Conde Franz von Walsegg (el famoso cliente anónimo) exigió los derechos de propiedad para él. Al mismo tiempo Franz Xaver Süsmayr, que había ayudado a Mozart en 1791 con varios proyectos, informó al editor (y al público) que él había completado el trabajo inacabado.

El motivo por el cual Walsegg encargó la misa de Requiem fue homenajear la memoria de su esposa que había muerto a la corta edad de 21 años, el 14 de febrero de 1791. Con respecto a la razón por la que el encargo era anónimo, el Conde, apasionado músico aficionado, había planeado dirigir él su ejecución.

Mucho tiempo después de la muerte de Walsegg, en 1839, se halló un informe de su secretaria que describía las soirées musicales de éste: "Las partituras clandestinamente organizadas generalmente eran copiadas por el Conde de propia mano... y nosotros teníamos que suponer quién era el compositor. Normalmente nosotros sugerimos que eran de él, porque de vez en cuando compuso algunas cosas pequeñas re-almente; él sonría y se complacía de que nosotros (pensaba) hubiéramos sido engañados."

Lo cierto es que, el 14 de febrero de 1793, se interpretó el Requiem, en memoria de la Condesa y bajo la dirección del Conde, y la partitura decía: "Requiem composto da Conte Walsegg."

Hay que aclarar que el estreno real del Requiem se llevó a cabo el 2 de enero de 1793, en Viena, como un concierto a beneficio de Constanze y sus niños. Posiblemente, Walsegg no se enterara de ello. Lo que ciertamente el Conde no supo es que en el servicio conmemorativo de Mozart el 10 de diciembre de 1791, en la capilla de la corte, se había ejecutado el primer movimiento del Requiem como parte de las exequias litúrgicas. Este servicio fue organizado por Emanuel Schikaneder, el libretista de Die Zauberflöte, en nombre de los amigos y colegas de Mozart.

Es importante determinar lo que de hecho pasó después de la muerte de Mozart para averiguar cómo fue completada la partitura del Requiem. Si también investigamos el curso de los eventos antes del 5 de diciembre de 1791, se abren nuevas perspectivas en la composición real.

Los recientes estudios cronológicos indican que Mozart, con toda probabilidad, sólo empezó a trabajar en el Requiem después de su retorno de Praga, a mediados de septiembre, 1791, dejando apenas más de dos meses antes del principio de su enfermedad (el 20 de noviembre) por trabajar en el Requiem, además de, entre otras cosas, dar los toques finales a Die Zauberflöte (debut el 30 de septiembre) y componer nuevos trabajos más grandes como el concierto para clarinete K 622 o la Cantata Masónica K 623 (datado el 15 de noviembre, la última entrada en su propio worklist).

Parece creíble de hecho que Mozart no empezó a trabajar de forma consistente en el Requiem hasta octubre que es hasta después de las primeras audiciones de Die Zauberflöte. Considerando los hábitos de trabajo de Mozart, también es razonable asumir que no empezó a preparar la partitura final (y el borrador es nada más que la capa inicial de lo que se volvería la partitura final) hasta que tuviera por lo menos un concepto claro del trabajo en conjunto, y que él procedería básicamente según la sucesión real de movimientos. En este punto, unas pocas observaciones están en orden.

El movimiento de "Lacrimosa" ha sido considerado a menudo la última pieza compuesta por Mozart debido al inconcluso autógrafo bosquejado después de sólo 8 compases, dando lugar a la anécdota Romántica del compositor que irrumpe en lágrimas (= lacrimae) encima de este movimiento. Sin embargo, no hay realmente ninguna razón para suponer que los compases que abren el "Lacrimosa" fueran escritos después del Ofertorio. ¿Por qué, entonces, Mozart lo cortó después de sólo 8 compases? Dos razones vienen a la mente.

1.- Primero, el verso de "Lacrimosa" de la Secuencia de Requiem acaba con la misma frase que el Agnus Dei, a saber "dona eis requiem". Tendría sentido para el compositor hacer que estas frases, idénticas en el texto, se correspondieran musicalmente también, pero esto significaría que el Agnus Dei tenía que estar cerca de su terminación para que el compositor finalizara la última parte del "Lacrimosa".

2.- Segundo, sólo habían sido hechos bocetos para la exposición de la Fuga del "Amén" que seguía, pero parece claro que Mozart quiso concluir la secuencia con una fuga. El tema principal de la fuga "Amén" representa la inversión del tema del Requiem inicial. Viendo como las barras de apertura del "Lacrimosa" también refieren al comienzo del Requiem, Mozart no lo cortó después de 8 compases porque estaba terminalmente enfermo sino, más probablemente, porque había alcanzado un significativo punto estratégico en la composición, causando que el compositor refleje la conexión entre dos pasajes distantes pero relacionados, el Requiem que abre así como el final del Agnus Dei.

Los bocetos supervivientes de los movimientos "Rex tremendae" y "Amén" revelan la unidad de estilo del Requiem: Mozart enfocado virtualmente en forma exclusiva en las 4 partes vocales; el componente instrumental se reduce a un mínimo. Un examen de la partitura autografiada entera sugiere que el procedimiento y la planificación composicional de Mozart en el Requiem se pareció muy estrechamente a su práctica madura de composición del cuarteto de cuerdas. Él trata en conjunto la puesta de las cuatro partes, le permite desplegarse en las frases y secciones, nunca singulariza una voz por encima un período muy largo. En este aspecto el Requiem difiere fundamentalmente de la música de iglesia de Salzburgo de Mozart y también del estilo maduro de la Misa en Do menor de 1783. En otros términos, junto con varios trabajos de los últimos años de Mozart, el Requiem representa realmente, en el área de la música de iglesia, un deliberado nuevo principio, pero uno que el compositor fue incapaz de seguir más allá dado que su vida fue trágicamente cortada. Es importante comprender, sin embargo, que la mayor parte los, así llamados, trabajos tardíos de Mozart revelan su intención de explorar nuevos horizontes. Un número significante de composiciones inacabadas, trabajos en marcha, proporcionan un testimonio elocuente a este efecto, como hacen, claro, las varias docenas de páginas sin llenar en el propio catálogo de trabajos de Mozart.

Volviendo a las premisas estilísticas del Requiem, la precedencia absoluta de una puesta vocal de 4 partes transparente y consistente puede encontrarse primero en el motete Ave verum Corpus, K 618, datado el 17 de junio de 1791. El Requiem, aunque mucho más variado en estilo, textura e integración de los elementos retrospectivos y decididamente de los prospectivos, toma el Ave verum y su nueva orientación estilística como un punto de partida. Parece como si Mozart quisiera dar al género de música sagrada, en que él había estado relativamente inactivo por mucho tiempo, una dirección completamente nueva, como hizo realmente con varios otros géneros de los tardíos 1780s en adelante. En este contexto puede ser pertinente que, a principios de mayo de 1791, él había sido designado Kapellmeister honorario, no asalariado, de St. Stephen, y debe haber bienvenido la inesperada comisión del Requiem como una oportunidad para tornar su atención a un nuevo género y, al mismo tiempo, elevarlo a un nuevo nivel.

La actuación conmemorativa del Requiem el 10 de diciembre de 1791, cinco días después de la muerte de Mozart, tuvo que ser limitada al primer movimiento del trabajo, el único que había sido completamente acabado por el compositor - corto de sólo unas partes de bronces doblando. ¿Qué pasó con el resto del fragmento que consistió hasta, e incluso, la sección del Ofertorio, con la partitura vocal completa y, de la mayor parte de un esqueleto detallado del acompañamiento instrumental? Constanze Mozart, sintiéndose obligada a entregar el Requiem comisionado, organizó los esfuerzos que involucraron algunos de los socios más íntimos de Mozart y condujeron a la terminación del trabajo a finales de la primavera, 1792. Franz Xaver Süsmayr fue la punta de lanza del proyecto.

Más tarde, en una carta del 8 de febrero de 1800 a Breitkopf (el editor de la primera edición del Requiem), Süsmayr enfatizó su contribución al Requiem de Mozart y declaró a lo siguiente.

1) que la terminación del trabajo había sido asignada por Constanze a varios maestros, algunos de quienes no pudieron emprender el proyecto debido a otros compromisos, otros se negaron a involucrarse porque no quisieron mezclar sus talentos con Mozart.

2) que, finalmente, él fue contactado porque durante los últimos meses de Mozart había ejecutado y cantado a menudo los movimientos acabados con el compositor, que también había discutido frecuentemente con él cómo terminar la partitura y el método y razón de su instrumentación.

3) que Mozart había escrito completamente la partitura de las 4 partes vocales y el continuo hasta el fin del Ofertorio, salvo el "Lacrimosa" que había preparado incluso hasta la barra 8, y que para la instrumentación Mozart tenía aquí y allí indicado el "motivum."

4) que él, Süsmayr, había terminado el "Lacrimosa" desde la barra 9 en adelante, y que el Sanctus, Benedictus y Agnus Dei estaban recientemente compuestos por él.

5) finalmente, que él se tomó la libertad de usar para la sección final del Agnus Dei una parte mayor del movimiento de la apertura (incluso la fuga del Kyrie) para dar una mayor unidad al trabajo.

La carta de Sübmayr proporciona el testimonio más importante y generalmente fiable acerca de la terminación del Requiem y su propio papel en él. Sin embargo, se murió poco después de esto, en 1803, y no tuvo ninguna oportunidad para ampliar la materia en vista de preguntas que surgieron después, particularmente aquéllas, de si los movimientos compuestos por Süsmayr (Sanctus, Benedictus, y Agnus Dei) incluían genuinas ideas, conceptos y planes de Mozart. No mucho podría hacerse sobre los otros movimientos dónde la substancia composicional había sido proporcionada por el propio Mozart. Allí no se dejó mucho para los socios de Mozart, Jacob Freistädtler, Joseph Eybler, y Süsmayr cuya mano editorial proporcionó tanto alguna continuidad rudimentaria del primero a los últimos movimientos, así como un poco de uniformidad global básica.

En cuanto a los movimientos Sanctus, Benedictus, y Agnus Dei, la substancia vocal sugiere el material de Mozart que, aunque limitado, definitivamente formó el punto de partida por lo menos para ellos. Las conexiones temático-motivacionales y las referencias cruzadas que penetran el Requiem entero, incluso los tres últimos movimientos, son especialmente indicativas de la ingeniosa planificación cíclica de Mozart, un rasgo completamente ausente en la obra musical bastante sustancial de Süsmayr. Por otro lado, la declaración de Sübmayr a Breitkopf de que él había compuesto los últimos tres movimientos de nuevo no es necesariamente incorrecta, ya que el material dejado por Mozart habría sido, a lo sumo, bosquejado. Por consiguiente, la carga de composición, ya que no la de ingeniosidad, de hecho descansó sobre los hombros de Süsmayr.

Los resultados de sus esfuerzos, entonces, pintan una mezcla curiosa de ideas inteligentes y de elaboraciones inadecuadas, mezcladas aquí y allí con equivocaciones (como, por ejemplo, la cuestionable repetición del Hosanna en Re-mayor, en Si-bemol), y todo amasado en una entidad homogénea. Además, este documento histórico inestimable es más que el registro de lo que Süsmayr orquestó, revisó, y compuso; también es la única fuente que ofrece la oportunidad de descubrir las ideas que se originaron en Mozart: los elementos musicales básicos, motivos, fragmentos, formularios, y técnicas. Rechazar esta partitura al punto, como se ha hecho, significa nada menos que sacrificar la oportunidad de conservar las trazas que llevan hasta el material del original de Mozart.

Solo por esa razón, la partitura de Süsmayr merece ser conservada. La línea de fondo es que representa la documentación histórica, textual, y musical decisiva del Requiem de Mozart. Al oyente atento, es más, la partitura de Sübmayr ofrece también una dimensión estética, una que ninguna partitura o versión posterior puede emparejar, no menor a causa de su historia. Como un testigo histórico irrefutable incluye el original y la verdad musical esencial del trabajo inacabado. En su, a menudo, abrupta oposición y unión de lo acabado e inacabado, nos conduce fascinados a la situación del círculo íntimo de Mozart cuando vieron el Requiem inacabado y enfrentaron la responsabilidad de tratar con su legado musical intimidatorio - sólo demasiado conscientes de que ellos no podrían llevar a cabo la tarea.




Bueno, estimados amigos, espero que hayan disfrutado de la exposición de Wolff y que los motive a escuchar el Requiem, del que les dejo una versión en el siguiente link.

¡Hasta la próxima!

https://www.youtube.com/watch?v=n0GtwS3zo9w








domingo, 15 de mayo de 2022

Punto de Encuentro. T01 – E03

¡Buenas noches, queridos amigos de Punto de Encuentro!

Nos encontramos nuevamente, en el marco de nuestro programa, para charlar hoy de dos personas, un hombre y una mujer, que, con distinta fortuna, atravesaron una experiencia que, por su similitud, los transformó, inmediatamente, en habitantes de Punto de Encuentro.

Comencemos por la mujer: Nació en Alemania el 14 de octubre de 1906, aunque, más tarde, se nacionalizo estadounidense. De religión judía fue una escritora dedicada a la filosofía y a la política.

Su Alemania natal cayó bajo el régimen nazi, con la consiguiente privación de derechos y persecución de los judíos, a partir de 1933. Esto le acarreó un breve encarcelamiento ese mismo año, convenciéndola de que era oportuno emigrar. El régimen nacionalsocialista le retiró la nacionalidad en 1937, transformándola en una apátrida, hasta que consiguió la nacionalidad estadounidense en 1951.

Trabajó, entre otras cosas, como periodista y maestra de escuela superior. Publicó obras importantes sobre filosofía política, pero rechazaba ser clasificada como «filósofa» y también se distanciaba del término «filosofía política»: Prefería que sus publicaciones fueran clasificadas dentro de la «teoría política». En cuanto a las formas de gobierno, descreía de la democracia representativa y prefería un sistema de consejos o formas de democracia directa.

Sus obras abarcan discusiones críticas de filósofos como Sócrates, Platón, Aristóteles, Immanuel Kant, Martin Heidegger y Karl Jaspers, además de representantes importantes de la filosofía política moderna como Maquiavelo y Montesquieu.

A la edad de 47 años, en 1953, consiguió una cátedra temporal en el Brooklyn College de Nueva York, en parte gracias al éxito conseguido en EE. UU. Por un libro suyo sobre el totalitarismo. En Nueva York trabajó, junto con otros, por la fundación del Leo Baeck Institut, un centro de documentación e investigación de la historia de los judíos de habla alemana.



Nuestro hombre, Otto Adolf, por su parte, también era alemán, nacido en Solingen, el 19 de marzo también del año de 1906. Fue el mayor de cinco hijos en una familia protestante calvinista.​ Sus padres fueron Adolf Karl, un contable, y Maria (nacida con el apellido Schefferling), ama de casa.​ El padre se trasladó a Linz, Austria, en 1913 tomar un puesto como gerente comercial de la Compañía de Tranvías y Electricidad de Linz y su familia se trasladó con él un año después. Después de la muerte de María en 1916, Adolf Karl se casó con María Zawrzel, una protestante devota con dos hijos.

Otto fue a la escuela estatal secundaria (Staatsoberrealschule) Kaiser Franz Joseph en Linz, el mismo instituto al que Adolf Hitler había asistido 17 años antes.​ Tocaba el violín y participó en deportes y clubes, incluyendo un grupo de artesanos y exploradores Wandervogel que incluía a algunos muchachos mayores que eran miembros de varias milicias derechistas.​ Su bajo rendimiento escolar dio lugar a que su padre lo retirara de la "Realschule" y lo inscribiera en la universidad vocacional "Höhere Bundeslehranstalt für Elektrotechnik, Maschinenbau und Hochbau".​ Se fue sin obtener un título y se unió a la nueva empresa de su padre, la Compañía Minera de Untersberg, donde trabajó durante varios meses.​ De 1925 a 1927 trabajó como empleado de ventas para la compañía de radio Oberösterreichische Elektrobau AG. Posteriormente, entre 1927 y comienzos de 1933, trabajó en la Alta Austria y en Salzburgo como agente de distrito para la Compañía Petrolera Vacuum AG. ​​

Durante esta época, se unió a la Jungfrontkämpfervereinigung, la sección juvenil de la Hermann Hiltl, un movimiento de veteranos de derechas, y empezó a leer periódicos publicados por el Partido Nazi (NSDAP).​ En la ideología del partido estaba la República de Weimar en Alemania, el rechazo de los términos del Tratado de Versalles, el antisemitismo radical y el antibolchevismo.​ Prometían un gobierno central fuerte, incrementar el Lebensraum (espacio vital) para los pueblos germánicos, la formación de una comunidad basada en la raza y la limpieza racial mediante la activa supresión de los judíos, que serían despojados de su ciudadanía y de sus derechos civiles.

Por consejo del amigo de la familia y líder local de las SS, Otto se unió a la rama austríaca del Partido Nazi el 1 de abril de 1932.​ Su membresía en las SS fue confirmada siete meses después.​ Su regimiento era SS-Standarte 37, responsable de proteger la sede del partido en Linz y proteger a los oradores del partido en las manifestaciones, que a menudo se volvían violentas. Otto realizaba actividades del partido en Linz los fines de semana mientras continuaba en su puesto en la empresa Vacuum en Salzburgo. ​

Unos meses después de la toma del poder nazi en Alemania en enero de 1933, Otto perdió su trabajo debido a los recortes de personal en Vacuum. El partido nazi fue prohibido en Austria aproximadamente al mismo tiempo. Estos eventos fueron factores en su decisión de regresar a Alemania.

La Alemania nazi usó la violencia y la presión económica para animar a los judíos a dejar Alemania por propia voluntad;​ 250,000 de los 437,000 judíos del país emigraron entre 1933 y 1939.​ Otto viajó a la Palestina bajo mandato británico con su superior Herbert Hagen en 1937 para evaluar la posibilidad de que los judíos de Alemania emigrasen voluntariamente a ese país, desembarcando con credenciales de prensa falsas en Haifa, desde donde viajaron a El Cairo en Egipto. Allí se encontraron con Feival Polkes, un agente de la Haganá, con quien no pudieron llegar a un acuerdo.​ Polkes sugirió que se debería permitir que más judíos se fueran bajo los términos del Acuerdo Haavara, pero Hagen se negó, suponiendo que una fuerte presencia judía en Palestina podría conducir a la fundación de un estado independiente, lo que sería contrario a la política del Reich.



Alcanzando el rango de Obersturmbannführer de las Schutzstaffel (SS), fue fichado por Reinhard Heydrich por su facilidad en el manejo de la logística de la deportación en masa de los judíos a los guetos y campos de exterminio en los países del este de Europa ocupados por los nazis durante la guerra. 

Con el tiempo, Otto alcanzó el rango de coronel de las SS y estuvo a cargo de la logística de envío de judíos a los campos de concentración.

Estimo que muchos de ustedes habrán colegido que Otto era Adolf Eichmann y efectivamente, estimados amigos, era él: Otto Adolf Eichmann. ¿Y nuestra mujer filósofa? Pues ella era Hannah Arendt, nacida Johanna Arendt.
¿Y cuál pudo haber sido el punto de encuentro de estos dos personajes?

Pues, para descubrirlo, debemos seguir un poco la historia de Eichmann. Finalizada la guerra, y luego de varias peripecias, Adolf Eichmann vino a dar con sus huesos a una Argentina germanófila que, en época de Juan Perón, lo acogió a él y a varios fugitivos nazis.

En este país se mantuvo, bajo la falsa identidad de Ricardo Klement, hasta 1960, año en que un grupo de agentes del Mossad lo secuestró y lo trasladó solapadamente hasta Israel donde fue llevado a juicio por crímenes contra la humanidad.

¿Y quién asistió persistentemente a las sesiones del tribunal?

Si, efectivamente, Hannah Arendt.

Y así pues, mis queridos amigos, queda claro cuál es el punto de encuentro de estas dos personalidades.

A partir de esta fugaz coincidencia en el espacio-tiempo, los destinos de Arendt y Eichmann divergieron grandemente:

Eichmann alegó en su defensa que todas sus acciones respondían a la obediencia debida a sus superiores y que estos se aprovecharon de esta circunstancia. Sin embargo, el jurado lo declaró culpable de genocidio.

La sentencia, dictada el 15 de diciembre de 1961, lo condenó a morir en la horca por crímenes contra la Humanidad. Este juicio también está considerado como la gran causa judicial del Estado de Israel. La sentencia se cumplió la madrugada del 31 de mayo de 1962 en la prisión de Ramla.

Por su parte, la filósofa Hannah Arendt hizo un ya clásico estudio del personaje y sus obras a raíz del juicio, titulado Eichmann en Jerusalén. Un estudio sobre la banalidad del mal. En él defiende que el hombre que pasaba por ser el mayor asesino de Europa no era ningún "genio del mal", trazando en ese texto la tesis de la banalidad del mal. Defiende que lo preocupante de la existencia del mal entre nosotros es que cualquier hombre, en determinadas circunstancias, puede reaccionar como Eichmann y realizar actos tremendamente malvados e inhumanos porque cree que es «su obligación» o «su trabajo». Señaló, además, que las acciones de Eichmann bien pudieron haber sido fruto de la subordinación de la cual es víctima un individuo dentro de un régimen totalitario.

Sin embargo, aunque algunos vieron en sus palabras una justificación de las acciones de Eichmann, Arendt no defiende la inocencia del acusado ni cuestiona la condena a muerte final; más bien cree que el planteamiento por el cual Eichmann fue presentado por la Fiscalía como un supervillano no obedecía a la verdad, sino más bien a intereses personales de los acusadores (crear un "caso estrella"), políticos (mostrar al mundo que el Estado de Israel, excluido de los Juicios de Núremberg, podía también juzgar a sus verdugos) y sobre todo sociales (un Israel que había ganado en el campo de batalla cierta seguridad militar, estaba pasando por una cierta crisis existencial y necesitaba un punto en torno al cual pudieran unirse las nuevas generaciones postHolocausto).

Hannah Arendt creía, sin embargo, que Eichmann merecía la condena a muerte, pero no por haber organizado ningún plan maestro, o por haber participado físicamente en la muerte de judíos, sino por no haberse opuesto a los crímenes y por haber colaborado eficientemente en el exterminio, incluso excediendo las órdenes de sus superiores directos.

Si los jueces hubieran absuelto libremente a Eichmann de estas acusaciones, estrechamente relacionadas con los espeluznantes relatos de los innumerables testigos que ante ellos comparecieron, no por ello hubieran llegado a un fallo distinto con respecto a la culpabilidad del acusado, quien, en modo alguno, hubiera escapado a la pena capital.
Hanna Arendt

Por último, digamos que Arendt vivió hasta los 69 años y murió en Nueva York, el 4 de diciembre de 1975.

Soy Martín Ignacio NIEVA y esto fue: Punto de Encuentro.
¡Hasta nuestro próximo episodio!

domingo, 8 de mayo de 2022

Las ECM y su interpretación

 

Mis ojos pecadores discurrían morosamente por los videos de Youtube cuando un rubro de ellos en particular, reclamó mi vigorosa atención. Se trataba de los videos que trataban con las ECM, las Experiencias Cercanas a la Muerte.

Sucede que sus títulos eran muy llamativos, por ejemplo: Todo apunta a que la muerte no existe, o bien, El camino del más allá, o incluso, Por qué ya no temo a la muerte y cosas por el estilo.


Vi algunos de ellos y mi mente científica quedó asombrada de que solo se diera una posible explicación al fenómeno sin atender otras posibilidades. Veamos. Comencemos diciendo que se mencionan las características ya conocidas de las ECM, o sea:

1.- Que un racconto de la vida del moribundo pasa ante sus ojos rápidamente.

2.- Que ven una luz al final del túnel.

3.- Que ven ángeles o incluso a Dios y

4.- Que se reencuentran con seres queridos ya fallecidos, como la madre, por ejemplo, que les hablan y los quieren llevar al “otro mundo”.

De todo esto deducen que la muerte no es más que un tránsito al “otro mundo”, a “otra vida”, plena de luz y felicidad.

Sin duda, esta es una explicación posible del fenómeno. No es lo que quiero criticar aquí. Lo que quiero criticar es que se la considere la única explicación posible del fenómeno. Esa no es una aproximación científica al mismo. Una tal aproximación debe considerar todas las explicaciones posibles y someterlas a prueba para desechar las que no la pasen y, solo así, quedarse con una explicación final. Muchas veces se considera una sola explicación porque es la que uno quiere que sea cierta, no porque haya pruebas que la avalen. Lo que si parece es que los autores de estos videos no han leído el cuento Mizuki, aparecido en policromiadeideas el 3 de enero próximo pasado. Veamos que aportaba la bella japonesita al tema en cuestión:

 

- Recordarás seguramente, Martín san, la película 2001: Odisea del espa­cio. Lo que tal vez no recuerdes es que, cuando la computadora que dirigía la nave, la HAL 9000, comienza a ser desconectada por el protagonista, podríamos decir, cuando agoniza, comienza a cantar "Una bicicleta para dos", canción que había apren­dido en sus primeros días. Pues bien, Stephen L. Thaler, físico de la McDonnell Douglas, descubrió que esa vuelta a lo aprendido en una fase temprana es lo que realmente le ocu­rre a una red neuronal artificial cuando poco a poco se la va “ma­tando”. A medida que se acerca a la “muerte”, empieza a emitir, no incohe­rencias, sino información aprendida con anterioridad; por así decirlo, su vida de silicio pasa como un destello ante sus ojos.
- Es imposible que esto no nos re­cuerde las llamadas experiencias en el umbral de la muerte; al fin y al cabo, los creadores de redes neuronales pretenden al diseñarlas remedar la estructura y función de un cerebro biológico. Una red neuronal, como el cerebro, es capaz de aprender. Redes neuronales instruidas pue­den tomar a su cargo multitud de tareas, desde la compresión de datos hasta la modelización de los mercados bursátiles.
- Pues bien, mientras investigaba aplicaciones posibles para ellas, Thaler, por curio­sidad, se puso a ver qué pasaba cuando se aniquilaba una red neuronal. Preparó a tal fin un programa que fuera des­truyendo la red gradualmente, cortan­do al azar las conexiones entre uni­dades. Tras cada paso, Thaler examinaba la salida de la red.
- Cuando se destruían entre el 10 y 60 por ciento de las conexiones, la red escupía un galimatías sin sen­tido. Pero cuando el número de co­nexiones destruidas se acercaba al 90 por ciento, la salida empezaba a estabilizarse en valores bien caracte­rizados. En el caso de la red de Thaler, gran parte de lo producido eran los estados con los que fue instruida.
- De modo que redes neuronales construidas a imagen y semejanza del cerebro, cuando son “desmontadas” paso a paso, “recuerdan” lo que primero aprendieron. Del mismo modo que un humano cercano a la muerte recuerda a seres queridos que ya no están como su madre, por ejemplo.

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- Es más, si hiciéramos lo mismo con redes más complejas, por ejemplo, una que produjera imágenes. ¿Te extrañaría que al “desmontarla” mostrara en el monitor una luz que brilla al extremo de un largo túnel?

 Aquí, sin embargo, podemos hacer una observación: Si, al igual que una red neuronal artificial, el cerebro moribundo “repasa” la vida vivida, cabría la posibilidad de que el túnel, con la luz brillante al final fuera la primera imagen grabada en él, o sea, el canal de parto y la luz del mundo exterior al nacer. Si así fuere, no sería dable esperar el mismo recuerdo de una red neuronal artificial, puesto que no han nacido, a menos que fuera lo primero que se grabó en ella.

Como vemos, según Mizuki, las ECM son el resultado de la química y de la estructura cerebral. Y también de algo más: El paso de miles de años y generaciones ha permitido que la evolución darwiniana filtre, por selección natural, esta forma de morir que, de alguna manera, representa una forma agradable de hacerlo. En otras palabras, la madre Naturaleza nos ha proporcionado una manera distendida de morir, lo menos traumática posible.

 ¿Y qué decir de las experiencias paranormales, las místicas, por ejemplo?

Pues, Mizuki también abordó este tema, diciendo:

 - Comencemos con Rick Strassman.

Strassman, un psiquiatra en Nuevo México, alega que la espiritualidad es el efecto que produce un compuesto llamado dimetiltriptamina o DMT. En su libro DMT: The Spirit Molecule, Strassman explica que el cerebro humano secreta la DMT y ésta desempeña un profundo papel en la conciencia humana. En concreto, plantea la hipótesis de que la DMT provoca visiones místicas, alucinaciones psicóticas, experiencias de abducción extraterrestre, experiencias cercanas a la muerte y otros fenómenos cognitivos exóticos.
- ¡Pero esas son sólo hipótesis! –interrumpí.
- Si, Martín san, pero sucede que, más allá de esta DMT producida por el cerebro, existe también la DMT artificial. Resultó ser el principal ingrediente activo de la ayahuasca, un té alucinógeno que es ingerido como un sacramento por algunos indios del Amazonas y del que se la sintetizó en 1931. La DMT pura normalmente no tiene ningún efecto sobre la consciencia cuando se la consume por vía oral, debido a que una enzima en el intestino la torna inactiva. Pero en la década de 1950 se descubrió que cuando se inyecta, la DMT desencadena un viaje alucinógeno extremadamente poderoso que dura alrededor de una hora.

Estos descubrimientos dieron lugar a la especulación de que la DMT endógena, tal vez producida en exceso o mal regulada por el organismo provoca, naturalmente, los efectos alucinógenos que llevaron, por ejemplo, a santa Teresa de Jesús a tener visiones de Cristo.
- Si, si, pero, tú misma lo has dicho, eso es una especulación...
- Si, Martín san, pero, motivado por ella, Strassman, que sospechaba que la DMT endógena jugaba un papel importante en el desencadenamiento de estas experiencias místicas obtuvo, en 1990, el permiso de las autoridades federales para inyectar el fármaco en voluntarios humanos. De 1990 a 1995, Strassman supervisó más de 400 sesiones de DMT en las que participaron 60 voluntarios de la Universidad de Nuevo México. Las sesiones aportaron abundante material a Strassman. Muchos de sus sujetos reportaron sensaciones cuasireligiosas de dicha, inefabilidad y atemporalidad; una certeza de que la conciencia sigue después de la muerte del cuerpo y contacto con “una presencia sumamente poderosa, sabia y amorosa”. Otros atravesaron clásicas experiencias cercanas a la muerte, sintiendo que abandonaban sus cuerpos y se movían a través de un túnel hacia una luz radiante. Sin embargo, Martín san, los voluntarios también reportaron visiones que no encajaban con la visión científica o espiritual del mundo de Strassman. Algunos refirieron haberse encontrado con seres de otro mundo descritos como payasos, duendes, robots humanoides, insectos, de estilo E.T., o “entidades” que desafiaron descripción. Estos seres extraños no siempre eran amables. Uno de los sujetos de Strassman afirmó que había sido devorado por un insecto. En parte debido a la preocupación acerca de esta experiencia negativa, Strassman suspendió su investigación.

 En otras palabras, estimados amigos, la dimetiltriptamina existe naturalmente en el cerebro y es, quizás, la responsable de la imaginación, la creatividad o de la visualización que un artista tiene de su obra en curso, cuando esté terminada. Eso cuando se produce en cantidades adecuadas o cuando el organismo controla su cantidad. Sin embargo, cuando por cualquier causa se produce en grandes cantidades genera delirios, alucinaciones y visiones de todo tipo.

Quizás, enfermedades como la esquizofrenia sean causa de una producción descontrolada de DMT y, entonces, el paciente ve visiones y escucha voces que le hablan e, incluso, le dan órdenes.

Hemos hablado, en la nota De conductores y conducidos, del 31 de enero pasado, del caso de Juana de Arco que pudo ser una víctima de la esquizofrenia. También he mencionado el caso de Teresa de Ávila. Este es un caso interesante por las siguientes razones:

Alrededor de los veinte años de edad, fue afectada por una enfermedad de la que se tienen escasas referencias.

Teresa comenzó su noviciado el 2 de noviembre de 1536.​ Profesó como monja el día 3 de noviembre de 1537.

Tras entrar al convento su estado de salud empeoró. Padeció desmayos, una cardiopatía no definida y otras molestias. Así pasó el primer año. Se hallaba centrada y a gusto con la vida compartida en aquella comunidad de casi 180 monjas, pero su consagración a Dios fue tan radical que cambió la oración sencilla y de amistad que tenía antes de su entrada en la Orden por una oración sistemática que seguía la técnica de los maestros de aquel tiempo. Perdió su jovialidad, su alegría en la comunicación y la tristeza la invadió, en tanto que las penitencias corporales no contentaban su búsqueda de amor y de intimidad con Dios. Todo eso terminó por generar un desequilibrio de orden psíquico, que tuvo su contraparte de orden físico.

Y esto es interesante porque otros de los signos de la esquizofrenia son:

·        Falta de motivación. La persona pierde interés en cosas que antes le interesaban.

·        Distanciamiento de amigos y familia. La persona ya no participa de reuniones sociales o no busca a los afectos que antes formaban parte de su vida.

·        Cambios dramáticos de estados de ánimo. De casi un estado catatónico o comatoso a la irracional hiperactividad.

Fue tratada por una curandera que comenzó sometiéndola a una purga diaria durante un mes con varios tipos de hierbas y también pociones hechas con uñas de rana, alas de mosca y excrementos de culebra. Con esto, Teresa empeoró. Ya no era capaz de tenerse en pie ni de comer nada sólido.

A mediados de julio de 1539, su padre la llevó de nuevo a Ávila. Alonso recurrió de nuevo a los médicos de la ciudad, sin resultado. Pensaron que tenía tuberculosis. El 15 de agosto de 1539 sufrió un ataque repentino y violento —que ella llamó «parajismo», es decir, paroxismo— de su enfermedad, una serie de convulsiones seguidas de pérdida de conocimiento. Le dieron la extremaunción y luego pensaron que estaba muerta. Pusieron un espejo junto a su boca y no había rastro de vaho. Le pusieron cera en los ojos para evitar que, tras la muerte, estos permanecieran entreabiertos. La envolvieron en un sudario y pusieron un crespón fúnebre en la puerta de la casa. Oficiaron una misa de difuntos en su honor, probablemente en el convento de frailes carmelitas de San Pablo de la Moraleja, donde su tío, Lorenzo de Cepeda, era sacerdote. También cavaron su tumba. Su padre decidió esperar varios días antes de enterrarla. Un par de días después, cuando su hermano Lorenzo estaba junto al lecho de Teresa, esta recuperó el conocimiento. Le quitaron la cera de sus ojos.

Se había tratado de un coma profundo de nivel 3 que duró cuatro días.

Esta fue la experiencia más fuerte que tuvo en su juventud y, a partir de ella, comenzaron sus visiones que, no solo eran de Cristo o María o los ángeles, también eran de lo que pensó como el infierno o de animales desagradables. O sea, lo que es dable esperar en un esquizofrénico.

Aunque no abandonó la lectura, sí iba dedicando menos tiempo a la oración y pasaba muchas horas en el locutorio del convento con visitas. Según su testimonio, hacia 1543 se le apareció Jesucristo reprendiéndole para que dejase de ver a una persona con la que se reunía a charlar habitualmente de cosas mundanas en el locutorio. Otro día se le apareció un sapo enorme que avanzaba hacia ella.

Al principio ella era muy escéptica con las experiencias sobrenaturales. Conocía las de santa Brígida y no les prestaba atención.

En 1553 se fundó en Ávila un colegio de la Compañía de Jesús. Teresa dijo:

Habían venido aquí [a Ávila] los de la Compañía de Jesús, a quien yo, sin conocer a ninguno, era muy aficionada de solo saber el modo que llevaban de vida y oración.

Vida. Capítulo 23.

Teresa mantuvo relación con varios jesuitas considerados excepcionales. Diego de Cetina llegó a Ávila en 1555 y fue su confesor durante dos meses. El jesuita Juan de Prádanos fue confesor de Guiomar de Ulloa. Esta le habló de él a Teresa, y fue su confesor y director espiritual entre mayo de 1555 y finales de 1558. Francisco de Borja fue a Ávila en 1554 y predicó en la Catedral de Cristo Salvador. Regresó en la Semana Santa de 1557 y ella aprovechó para ir a visitarlo. Francisco de Borja le dijo que lo que le ocurría era de Dios y que no se preocupase.

En 1558 tuvo su primer rapto y la visión del infierno.​ Habla de la entrada como una cavidad parecida a un horno oscuro, sucio y maloliente con reptiles en el suelo, para luego llegar a un lugar donde sufren su pena los condenados en el fuego.

Tomó por confesor, en 1559, a Baltasar Álvarez, que era maestro de novicios de los jesuitas. Este fue su confesor hasta 1562.

El 29 de junio de 1559, mientras estaba rezando, tuvo la sensación de que Cristo estaba a su derecha y le hablaba.

En abril de 1560, cuando estaba en casa de Guiomar de Ulloa, se produjo la Transverberación.

Vi a un ángel cabe mí hacia el lado izquierdo en forma corporal... No era grande, sino pequeño, hermoso mucho, el rostro tan encendido que parecía de los ángeles muy subidos, que parece todos se abrasan... Veíale en las manos un dardo de oro largo, y al fin del hierro me parecía tener un poco de fuego. Este me parecía meter por el corazón algunas veces y que me llegaba a las entrañas: al sacarle me parecía las llevaba consigo, y me dejaba toda abrasada en amor grande de Dios. Era tan grande el dolor que me hacía dar aquellos quejidos, y tan excesiva la suavidad que me pone este grandísimo dolor que no hay desear que se quite, ni se contenta el alma con menos que Dios. No es dolor corporal, sino espiritual, aunque no deja de participar el cuerpo algo, y aun harto. Es un requiebro tan suave que pasa entre el alma y Dios, que suplico yo a su bondad lo dé a gustar a quien pensare que miento... Los días que duraba esto andaba como embobada, no quisiera ver ni hablar, sino abrasarme con mi pena, que para mí era mayor gloria, que cuantas hayan tomado lo criado.

Vida. Capítulo 29.

Este acontecimiento, también conocido como el Éxtasis de Santa Teresa, ha tenido una gran relevancia en la devoción y el arte católicos. El papa Benedicto XIII estableció el 26 de marzo de 1726 la fiesta de la Transverberación del corazón de santa Teresa el día 25 de agosto.

De acuerdo al biógrafo francés Pierre Boudot:

En todas las páginas (del libro de su vida) se ven las huellas de una pasión viva, de una franqueza conmovedora, y de un iluminismo consagrado por la fe de fieles. Todas sus revelaciones atestiguan que creía firmemente en una unión espiritual entre ella y Jesucristo; veía a Dios, la Virgen, los santos y los ángeles en todo su esplendor, y de lo alto recibía inspiraciones que aprovechaba para la disciplina de su vida interior. En su juventud las aspiraciones que tuvo fueron raras y parecen confusas; sólo en plena edad madura se hicieron más distintas, más numerosas y también más extraordinarias. Pasaba de los cuarenta y tres años cuando por vez primera vivió un éxtasis. Sus visiones intelectuales se sucedieron sin interrupción durante dos años y medio, entre 1559–1561. Sea por desconfianza, sea para probarla, sus superiores le prohibieron que se abandonase a estos fervores de devoción mística, que eran para ella una segunda vida, y le ordenaron que resistiera a estos arrobamientos, en que su salud se consumía. Obedeció ella, mas, a pesar de sus esfuerzos, su oración era tan continua que ni aun el sueño podía interrumpir su curso. Al mismo tiempo, abrasada de un violento deseo de ver a Dios, se sentía morir. En este estado singular tuvo en varias ocasiones la visión que dio origen al establecimiento de una fiesta particular en la Orden del Carmelo.

El biógrafo francés agrega:

Hasta exhalar el último suspiro Teresa gozó la dicha de conversar con las personas divinas, que la consolaban o revelaban ciertos secretos del cielo; la de ser transportada al infierno o al purgatorio, y aun la de presentir lo venidero.

 

¿Fue realmente así, queridos amigos? ¿Gozó Teresa de la dicha de conversar con las personas divinas? ¿O fue una persona con un desorden mental que hoy llamamos esquizofrenia?

Evidentemente, los años transcurridos y la precariedad de la medicina de aquel entonces, hacen imposible responder con certeza estas preguntas. Sin embargo, lo que ha sido mi interés en esta nota es establecer que la actitud más prudente es barajar todas las posibilidades y no aceptar ciegamente una de ellas sin considerar posibles alternativas.

¿Fueron Juana de Arco y Teresa de Ávila dos esquizofrénicas? Imposible afirmarlo.

¿Pueden haber sido Juana de Arco y Teresa de Ávila dos esquizofrénicas? Si, pueden haberlo sido. 

¿Son las ECM solo un efecto de la química y la estructura del cerebro? ¿O demuestran que hay un más allá donde nos esperan Dios y los seres queridos?

Tampoco podemos responder con absoluta certeza estas preguntas, aunque en esta nota he ofrecido posibles explicaciones. Quedará, entonces en cada uno de nosotros inclinarse por alguna de las respuestas o, inclusive, encontrar otras alternativas.

 

 

 

 

domingo, 1 de mayo de 2022

Ciencias Políticas

 Supongamos, estimados amigos, que asistimos a un turno con el cardiólogo. Mientras el hombre nos toma los datos, se establece un diálogo entre ambos y, en un momento dado, le preguntamos de que universidad es egresado con el título de médico. El hombre nos contesta que, en realidad, él no es médico, es escribano. Como se dice en italiano: C’è qualcosa che non va!

Asombrados, le preguntamos que cómo entonces desempaña la función de médico. Muy suelto de cuerpo, nuestro hombre nos contesta que lo hace porque siempre le gustó la cardiología y ha leído bastante al respecto…

Creo no equivocarme mucho al pensar que casi inmediatamente abandonaríamos su “consultorio”.

Y qué tal si asistimos a un estudio de abogados por un caso que nos atañe y nos atiende un profesional que se presenta y nos invita a que narremos el motivo que nos lleva a consultarlo. Mientras charlamos, vemos un diploma de cocinero, emitido por la prestigiosa academia Le cordon bleu, colgando primorosamente de la pared. Con una sonrisa comentamos que, ya que está exhibido el diploma de cocinero, ¿Dónde está el de abogado? Muy suelto de cuerpo, nuestro hombre nos contesta que, en realidad, él es cocinero, no abogado.

Creo no equivocarme mucho al pensar que casi inmediatamente abandonaríamos su “estudio”.

Y ustedes se preguntarán: ¿A qué viene este introito?

Pues, viene a lo siguiente: En una sociedad donde, por ejemplo, para sacar la licencia de conducir hay que hacerse exámenes y rendir una prueba de manejo, no existe cosa similar para algo mucho más importante como es ser legislador de la nación e, incluso, presidente. ¡Cualquiera puede serlo! Así es como hemos tenido en la Cámara de Diputados de la Nación a un Herminio Iglesias, de infausta memoria. Por poner solo un ejemplo.

Y esta, queridos amigos, es otra diferencia que explica el fracaso de la democracia, cuyo análisis iniciáramos en la nota anterior.

Y hay que aclarar algo importante: Alguien podría argüir que, si en la democracia de las ciudades estado griegas, cualquier ciudadano de más de veinte años podía ocupar cargos de gobierno, por qué no podría hoy ser lo mismo. La respuesta es simple, pero categórica: Porque los problemas que aquejan a una sociedad moderna son enormemente más complejos que aquellos que debían enfrentar los griegos de hace dos mil trecientos años. Y, es claro que, problemas más complejos exigen actores más preparados. Ya no basta la buena voluntad de querer solucionar problemas. Es necesario tener los conocimientos de cómo hacerlo.

Esto (y la corrupción) explica por qué los legisladores, en Argentina, tienen un promedio de 20 asesores cada uno (con el consiguiente gasto para el estado): ¡Porque no tienen los conocimientos necesarios para desempeñar sus funciones!

¿Y entonces? ¿Qué proponés vos Martín?

Yo propongo que, al igual que en el caso de la licencia de conducir, quien desee seguir la carrera política con ambiciones de ocupar cargos como legislador, ministro, presidente, etc., deba aprobar un curso previo de, podríamos llamarlo, Ciencias Políticas, donde deberá cursar materias tales como Economía, Geopolítica, Educación, Salud Pública, Mecánica de las Instituciones Políticas, etc. El curso se podría dar en los propios partidos políticos que proponen al candidato, pero la evaluación será independiente, a cargo de un organismo a designar.

Por supuesto que no se pretende que el candidato se convierta en un economista, por ejemplo. Pero, sí que tenga el background suficiente como para saber de qué se está hablando y poder opinar y discutir al respecto.


Por más argentinos que seamos, es hora de comprender que no cualquiera sirve para cualquier cosa…

Ustedes, ¿Qué opinan?

 

Conjeturas, hipótesis, teorías.

La especulación o conjetura, es una forma filosófica de pensar para ganar conocimiento yendo más allá de la experiencia o práctica tradicion...