domingo, 30 de julio de 2023

Tres propuestas

 En la nota de hoy, estimados amigos, quiero tratar unos temas, por así decirlo, "municipales". Municipales porque hacen al desenvolvimiento de la sociedad en ese ámbito. Y son tres los que traigo hoy a la consideración de ustedes. Veamos:

1.- Lomos de burro, badenes y tachas.

Habrán observado ustedes el amplio despliegue de estos recursos para reducir la velocidad de los automotores por todas las ciudades.

Y bien, ¿Cuál es el problema con ellos, Martín?

El problema, tal como yo lo veo, es que iguala para abajo. Es decir, trata a los que cumplen con las normas de tránsito del mismo modo que a los que no las cumplen. En otras palabras, trata del mismo modo a los infractores y a los que manejan correctamente. Esto no me parece justo. ¿Por qué, quien cumple las normas tiene que soportar que sus cubiertas se dañen con las tachas y con los tornillos que quedan visibles cuando estas se rompen? ¿Por qué debe soportar que sus amortiguadores se dañen al pasar por badenes, o por lomos de burro.

Tachas

Y vos, ¿qué proponés, Martín?

Yo propongo eliminar todos estos artefactos de las calles y dejar el control en manos de policías de tránsito que paren al infractor y le apliquen la multa que corresponda. Inclusive, la quita de la licencia de conducir a los reincidentes un número determinado de veces. Esto permite que, quien cumple con las normas salga de su casa sin el temor de dañar su auto y, quien no cumple, sea penalizado.

2.- Tiempo de respuesta.

Se denomina así al tiempo que transcurre entre que los ojos ven algo, envían la información al cerebro, este la procesa y, finalmente toma una decisión que implica, normalmente, una acción a llevar a cabo.

Por ejemplo, un conductor, sorpresivamente, ve una niña delante de su auto que la va a chocar. Los ojos transmiten la información al cerebro, este la procesa y ordena a los músculos de la pierna que aprieten el freno. El tiempo en que se han llevado a cabo todas estas acciones se denomina tiempo de respuesta.

Bien, ¿de cuánto es el tiempo de respuesta?

Bueno, en un individuo normal, que no padece ninguna enfermedad debilitante, ni está bebido o drogado, el tiempo de respuesta oscila entre 0, 5 seg y 1 seg. Por supuesto que, un individuo que ha bebido tiene un tiempo de respuesta mucho mayor.

Pues bien, supongamos que un automóvil viaja a la reducida velocidad de 30 Km/h y, 5 metros delante de él aparece la niña de marras, sorpresivamente. Considerando un tiempo de respuesta normal, de 0,8 seg, ¿Puede evitar atropellarla el conductor, o no?

Sorprendentemente, el conductor recién empieza a apretar el pedal del freno luego de haber recorrido 6, 67 metros. Es decir, la atropelló. ¡Y ni siquiera está frenando todavía! ¡Y a la ridícula velocidad de 30 km/h!

Y, si el conductor llega a una esquina a 60 km/h y, en lugar de aminorar la velocidad sigue con la misma (Cosa que hacen muchos, pero muchos) y por la calle transversal viene otro automóvil con la misma velocidad y con rumbo de colisión y, supongamos que el punto de encuentro se encuentra a 10 metros de ambos, ¿pueden frenar a tiempo suponiendo el tiempo de respuesta de 0,8 seg?

Resuelto el cálculo correspondiente, sucede que necesitan 13,33 metros ¡PARA EMPEZAR A FRENAR! o sea que chocan inevitablemente.

Por esto, está bien la calificación que las compañías de seguro dan a estos choques: SINIESTROS. No son accidentes. Un accidente es algo sorpresivo e inesperado. El meteorito que extinguió los dinosaurios fue un accidente, algo que no se podía prever, un choque como el que acabo de relatar, no.

Y si ustedes se paran en una esquina verán, estimados, que solo unos pocos autos frenan al llegar a ella, otros siguen como vienen, ¡y otros aceleran!

Es más, la mayoría de los conductores desconoce estas matemáticas y creen, alegremente, que nunca les pasará nada...

De nuevo es necesario contar con una policía de tránsito que vele por el cumplimiento de las normas, por ejemplo, de que hay que aminorar la velocidad al llegar a la esquina.

3.- Multa por promover la ignorancia.

¿De qué se trata esto?

Pues, muy sencillo, yo propongo que se multe a quien exhiba letreros, avisos, pancartas, etc. al público, con errores de ortografía.

¿Por qué?

Porque está divulgando la ignorancia de las normas de correcta escritura. Quien ve un aviso con faltas puede habituarse a ello y creer que es lo correcto. No es lo mismo LIBRERIA que LIBRERÍA.

Estimulemos lo correcto, desalentemos lo incorrecto.

Bien, amigos, hasta aquí lo que quería comentar hoy.

¡Hasta la próxima!








domingo, 23 de julio de 2023

El heraldo de la ciencia

Con esta nota, estimados amigos, inauguro una nueva sección titulada: El heraldo de la ciencia. Estará destinada a comentar las últimas novedades que surgen de la investigación científica y de la innovación tecnológica. Hoy en día estas dos se producen a diario y es por ello que he decidido dedicarles una nota periódica con mis comentarios al respecto.

Y para comenzar, quisiera hablarles de una noticia que ha circulado en los últimos días acerca de las nuevas, y aun en germen, terapias de rejuvenecimiento.

El envejecimiento se acepta como parte inevitable de la vida, pero tal vez deje de serlo en no mucho tiempo. Un nuevo estudio dirigido por científicos de la Escuela de Medicina de Harvard ha identificado cócteles químicos que pueden restaurar las células a un estado más juvenil, allanando el camino para tratamientos de reversión del envejecimiento que son más accesibles que la terapia génica.

Es decir, no solo tenemos una vía posible de tratamiento, la terapia génica, sino que, ahora tenemos otra: Un cóctel de sustancias químicas.

Veamos un poco de que se trata cada uno de ellos.

El genoma contiene todos los datos genéticos necesarios para crear un organismo, pero no es el cuadro completo. Nos encontramos, además del genoma, con el epigenoma, término que se deriva de la palabra griega epi, que significa literalmente “por encima”, ¿de qué cosa?, del genoma. El epigenoma se compone de compuestos químicos que modifican, o marcan, el genoma de manera que le dicen qué hacer (dentro de todo lo que se puede), dónde hacerlo y cuándo hacerlo. O sea, instruye a diferentes células para que expresen genes específicos del genoma, vitales para su función. Para decirlo de otra manera, el genoma es como un grueso manual de instrucciones que indican todo lo que se puede hacer, mientras que el epigenoma es quien le dice al genoma qué hacer, cuando y donde.

En 2006, un equipo de científicos japoneses descubrió moléculas llamadas factores de Yamanaka que reprograman el epigenoma para revertir las células adultas a un estado de células madre, es decir, a su estado inicial. Desde entonces, este trabajo, ganador del Premio Nobel, ha impulsado una oleada de investigaciones sobre las células madre y sobre tratamientos antienvejecimiento.

El equipo de la Facultad de Medicina de Harvard utilizó anteriormente la terapia génica para administrar factores de Yamanaka en ratones, lo que efectivamente “reinicia” el epigenoma y revierte los síntomas del envejecimiento. Sin embargo, la terapia génica puede ser costosa y difícil de administrar a los pacientes, por lo que en el nuevo estudio los investigadores buscaron una vía alternativa consistente en sustancias químicas que pudieran funcionar de la misma manera y de una forma mucho más accesible.

Establecieron sistemas de muestras de células expuestas a diferentes sustancias químicas y las monitorearon en busca de señales de proteínas específicas que indicaran la salud de las células, distinguiendo entre células jóvenes, viejas y senescentes (o inactivas). Al hacerlo, el equipo identificó seis cócteles químicos que parecían restaurar las células a estados más juveniles. Mejor aún, esta reversión del envejecimiento tuvo lugar en menos de una semana.

“Hasta hace poco, lo mejor que podíamos hacer era envejecer lentamente. Los nuevos descubrimientos sugieren que ahora podemos revertir el envejecimiento”, dijo David Sinclair, científico principal del estudio. "Este proceso requería anteriormente terapia génica, lo que limitaba su uso generalizado".

Los investigadores dicen que este tipo de tratamiento epigenético no solo podría revertir el envejecimiento, sino también prevenir o tratar enfermedades comunes como el cáncer, el Alzheimer, la diabetes y las enfermedades cardiovasculares. ¡Menudo avance! ¿No?

Por supuesto, todavía hay mucho más trabajo por hacer. Las pruebas con animales deberán seguir, antes de que se puedan realizar eventuales ensayos en humanos. Pero, aun así, es intrigante que la salud deteriorada por el envejecimiento no sea tan inevitable como pensamos que es.

“Este nuevo descubrimiento ofrece el potencial de revertir el envejecimiento con una sola píldora, con aplicaciones que van desde mejorar la vista hasta tratar de manera efectiva numerosas enfermedades relacionadas con la edad”, dijo Sinclair.

La investigación fue publicada en la revista Aging.

Parece demasiado bueno para ser verdad, ¿No es cierto?

Sin embargo, aparece, refrendando el tema, la última publicación del genetista David Sinclair.


El científico lidera un laboratorio en la Universidad de Harvard donde estudia las causas del envejecimiento

“Demostramos que es posible la reversión de la edad con cócteles químicos”. Así anunció el experto genetista y especialista en envejecimiento de la Escuela de Medicina de la Universidad de Harvard, David Sinclair, el último hallazgo del que fue autor junto con su equipo.

Según publicó, junto a un equipo de investigadores en la revista Aging, fueron identificados “seis cócteles químicos” que, en menos de una semana y sin comprometer la identidad celular, restauran un perfil juvenil de todo el genoma.

“Anteriormente demostramos que la reversión de la edad es posible mediante la terapia génica para activar los genes embrionarios —publicó el genetista en su cuenta de Twitter—. Ahora demostramos que es posible con cócteles químicos, un paso hacia el rejuvenecimiento asequible de todo el cuerpo”.

Es que Sinclair, sobre la base de un fenómeno conocido como “envejecimiento inverso” ya había asegurado que era posible combatir el deterioro del organismo y las enfermedades relacionadas con la edad. Ahora, comprobó que “el rejuvenecimiento por reversión de la edad se puede lograr, no sólo por medios genéticos, sino también químicos”.



Sinclair ya había demostrado que las células senescentes "no son del todo malas" y su rol sería clave en la medicina antienvejecimiento (Getty)

“La senescencia celular es un estado de detención permanente del ciclo celular que facilita la reparación de heridas, la remodelación de tejidos y la prevención del cáncer al detener la proliferación en células envejecidas y dañadas”, explicaron los investigadores en la publicación.

Las células senescentes son aquellas que, en respuesta al estrés celular, dejaron de dividirse permanentemente, pero no han muerto. A medida que los organismos envejecen, aumenta el número de células senescentes en el cuerpo. Esta acumulación se considera actualmente una de las características del envejecimiento y se ha relacionado con una variedad de enfermedades, incluido el cáncer.

Así, “la senescencia se asocia con alteraciones en la morfología celular, la arquitectura de la cromatina y la liberación de factores inflamatorios en un proceso denominado fenotipo secretor asociado a la senescencia (SASP)”, ahondaron los autores del trabajo.

Y tras asegurar que en este estudio desarrollaron y utilizaron nuevos métodos de detección para distinguir fácilmente entre células jóvenes, viejas y senescentes, Sinclair y su equipo destacaron: “Identificamos una variedad de nuevos cócteles químicos capaces de rejuvenecer las células y revertir la edad. Por lo tanto, es posible revertir aspectos del envejecimiento sin borrar la identidad celular utilizando medios químicos en lugar de genéticos”.

“Hasta hace poco, lo mejor que podíamos hacer era retrasar el envejecimiento. Nuevos descubrimientos sugieren que ahora podemos revertirlo”, remarcó Sinclair.

“Este nuevo descubrimiento ofrece el potencial de revertir el envejecimiento con una simple pastilla, con aplicaciones que van desde mejorar la vista hasta tratar de manera efectiva numerosas enfermedades relacionadas con la edad”, dijo Sinclair en un comunicado de prensa.

Pero, aunque los investigadores dijeron que la nueva técnica desarrollada es prometedora, es demasiado pronto para saltar a esas conclusiones, según otros expertos.

La controversia desatada por el estudio no es por el hallazgo en sí, sino por la afirmación que asegura haber encontrado una especie de “elixir antienvejecimiento” cuando, en realidad, aún no se probaron los cócteles de drogas en modelos animales.

“Este es un informe preliminar de un nuevo método de detección en una línea celular que utiliza medidas indirectas del estado epigenético. Aquí no hay evidencia de reprogramación en un tejido, órgano o animal completo”, concluyó al respecto el biogerontólogo Matt Kaeberlein, quien dirige un laboratorio en el Centro Médico de la Universidad de Washington.

Así es, estimados amigos, claramente este hallazgo no está todavía accesible para un tratamiento en humanos, pero con la velocidad con la que avanza la ciencia hoy en día, no me extrañaría que lo estuviera en cuatro o cinco años.

Para un joven que siga este tratamiento a partir de sus 35 años, por ejemplo, será algo normal y sin historia ser joven for ever. Pero, para alguien que conoció la vejez, volver a los 35 años será, claramente, maravilloso.

Mientras tanto, queridos amigos, ¡habrá que tratar de no morir!

¡Hasta la próxima!


domingo, 16 de julio de 2023

Hipatia de Alejandría

Mis ojos pecadores, estimados amigos, recorrían morosamente los lomos de los libros y revistas que habitan mi otrora colmada biblioteca (llegué a tener unos 5000 libros en ella). De repente, un lomo de fino espesor reclamó mi vigorosa atención. Se trataba de un ejemplar de la revista La Aventura de la Historia, que aguardaba pacientemente que me ocupara de ella desde su alumbramiento en 2009.

Alegre, lo extraje de la fila y comencé a hojearlo. Me encontré allí con una buena cantidad de artículos interesantes que me atraparon por un buen rato.

Y en una de sus páginas me aguardaba una propaganda de tres libros exhibidos por www.esediciones.es. Uno de ellos llevaba por título Hipatia y la eternidad que fue el que más me interesó.

Como ustedes seguramente recordarán, queridos amigos, Hipatia fue la última persona en ocupar el cargo de director de la famosa Biblioteca de Alejandría.

La Biblioteca de Alejandría fue una de las bibliotecas más importantes y prestigiosas, así como uno de los mayores centros de difusión del conocimiento en la Antigüedad. Instituida en el siglo III antes de nuestra era (a.n.e.) en el complejo palaciego de la ciudad de Alejandría durante el período helenístico del Antiguo Egipto, la biblioteca formaba parte de una institución de investigación conocida como Museion, que estaba dedicada a las musas, las nueve diosas de las artes. La idea de su creación deriva de Alejandro Magno quien, como buen discípulo de Aristóteles que era, intentaba promover la difusión de la cultura en general y de la helénica en particular. De hecho, posiblemente al menos parte de las obras del Liceo de Aristóteles fue adquirida por la Biblioteca de Alejandría.

Poco después de su fundación, se abrió una segunda biblioteca análoga a la principal, aunque más pequeña.​ Se adquirieron un gran número de rollos de papiro gracias, sobre todo, a las políticas agresivas y bien financiadas de los reyes ptolemaicos para la obtención de textos. No se sabe con exactitud cuántas obras componían sus fondos, pero se estima que la principal albergaba cuatrocientos noventa mil volúmenes literarios, académicos y religiosos y la segunda cerca de cuarenta y tres mil.​ Estas bibliotecas crecieron tanto que, durante el reinado de Ptolomeo III Evergetes, se creó una dependencia de las mismas en el Serapeum de Alejandría.

La Biblioteca fue un polo de cultura y sabiduría por varios siglos hasta su final, ignominioso por cierto, en el año 415. Y respecto de este final existen, estimados amigos, distintas versiones; algunas de ellas, según mi opinión, teñidas de parcialidad por cuestiones religiosas y, por tanto, faltas de veracidad. Yo me voy a inclinar en esta nota por la versión que de él da Carl Sagan en su libro Cosmos. En primer lugar, porque Sagan no escribía de algo sin haberlo investigado seriamente primero y segundo porque era un escritor muy honesto en lo que decía (nótese, por ejemplo, cómo critica su amada ciencia por haber dado origen a la pseudociencia de la Astrología). Es más, voy a dejar que sea el mismo Sagan quien los ilustre al respecto con tres pasajes que escribiera sobre el tema en Cosmos.

Decía Sagan en diversas partes del libro:

Sobre la Biblioteca de Alejandría

Fue en Alejandría, durante los seiscientos años que se iniciaron hacia el 300 a.n.e., cuando los seres humanos emprendieron, en un sentido básico, la aventura intelectual que nos ha llevado a las orillas del espacio. Pero no queda nada del paisaje y de las sensaciones de aquella gloriosa ciudad de mármol. La opresión y el miedo al saber han arrasado casi todos los recuerdos de la antigua Alejandría. Su población tenía una maravillosa diversidad. Soldados macedonios y más tarde romanos, sacerdotes egipcios, aristócratas griegos, marineros fenicios, mercaderes judíos, visitantes de la India y del África subsahariana —todos ellos, excepto la vasta población de esclavos— vivían juntos en armonía y respeto mutuo durante la mayor parte del período que marca la grandeza de Alejandría.

La ciudad fue fundada por Alejandro Magno y construida por su antigua guardia personal. Alejandro estimuló el respeto por las culturas extrañas y una búsqueda sin prejuicios del conocimiento. Según la tradición —y no nos importa mucho que esto fuera o no cierto— se sumergió debajo del mar Rojo en la primera campana de inmersión del mundo. Animó a sus generales y soldados a que se casaran con mujeres persas e indias. Respetaba los dioses de las demás naciones. Coleccionó formas de vida exóticas, entre ellas un elefante destinado a su maestro Aristóteles. Su ciudad estaba construida a una escala suntuosa, porque tenía que ser el centro mundial del comercio, de la cultura y del saber. Estaba adornada con amplias avenidas de treinta metros de ancho, con una arquitectura y una estatuaria elegante, con la tumba monumental de Alejandro y con un enorme faro, el Faros, una de las siete maravillas del mundo antiguo.

Pero la maravilla mayor de Alejandría era su biblioteca y su correspondiente museo (en sentido literal, una institución dedicada a las especialidades de las Nueve Musas). De esta biblioteca legendaria lo máximo que sobrevive hoy en día es un sótano húmedo y olvidado del Serapeo, el anexo de la biblioteca, primitivamente un templo que fue reconsagrado al conocimiento. Unos pocos estantes enmohecidos pueden ser sus únicos restos físicos. Sin embargo, este lugar fue en su época el cerebro y la gloria de la mayor ciudad del planeta, el primer auténtico instituto de investigación de la historia del mundo. Los eruditos de la biblioteca estudiaban el Cosmos entero. Cosmos es una palabra griega que significa el orden del universo. Es en cierto modo lo opuesto a Caos. Presupone el carácter profundamente interrelacionado de todas las cosas. Inspira admiración ante la intrincada y sutil construcción del universo. Había en la biblioteca una comunidad de eruditos que exploraban la física, la literatura, la medicina, la astronomía, la geografía, la filosofía, las matemáticas, la biología y la ingeniería. La ciencia y la erudición habían llegado a su edad adulta. El genio florecía en aquellas salas. La Biblioteca de Alejandría es el lugar donde los hombres reunieron por primera vez de modo serio y sistemático el conocimiento del mundo.

Además de Eratóstenes, hubo el astrónomo Hiparco, que ordenó el mapa de las constelaciones y estimó el brillo de las estrellas; Euclides, que sistematizó de modo brillante la geometría y que en cierta ocasión dijo a su rey, que luchaba con un difícil problema matemático: "no hay un camino real hacia la geometría"; Dionisio de Tracia, el hombre que definió las partes del discurso y que hizo en el estudio del lenguaje lo que Euclides hizo en la geometría; Herófilo, el fisiólogo que estableció, de modo seguro, que es el cerebro y no el corazón la sede de la inteligencia; Herón de Alejandría, inventor de cajas de engranajes y de aparatos de vapor, y autor de Autómata, la primera obra sobre robots; Apolonio de Pérgamo. el matemático que demostró las formas de las secciones cónicas —elipse, parábola e hipérbola—, las curvas que como sabemos actualmente siguen en sus órbitas los planetas, los cometas y las estrellas; Arquímedes, el mayor genio mecánico hasta Leonardo da Vinci; y el astrónomo y geógrafo Tolomeo, que compiló gran parte de lo que es hoy la seudociencia de la astrología: su universo centrado en la Tierra estuvo en boga durante 1500 años, lo que nos recuerda que la capacidad intelectual no constituye una garantía contra los yerros descomunales. Y entre estos grandes hombres hubo una gran mujer, Hipatia, matemática y astrónoma, la última lumbrera de la biblioteca, cuyo martirio estuvo ligado a la destrucción de la biblioteca siete siglos después de su fundación, historia a la cual volveremos.

Los faraones griegos de Egipto que sucedieron a Alejandro tenían ideas muy serias sobre el saber. Apoyaron durante siglos la investigación y mantuvieron la biblioteca para que ofreciera un ambiente adecuado de trabajo a las mejores mentes de la época. La biblioteca constaba de diez grandes salas de investigación, cada una dedicada a un tema distinto, había fuentes y columnatas jardines botánicos, un zoo, salas de disección, un observatorio, y una gran sala comedor donde se llevaban a cabo con toda libertad las discusiones críticas de las ideas.

El núcleo de la biblioteca era su colección de libros. Los organizadores escudriñaron todas las culturas y lenguajes del mundo. Enviaban agentes al exterior para comprar bibliotecas. Los buques de comercio que arribaban a Alejandría eran registrados por la policía, y no en busca de contrabando, sino de libros. Los rollos eran confiscados, copiados y devueltos luego a sus propietarios. Es difícil de estimar el número preciso de libros, pero parece probable que la biblioteca contuviera medio millón de volúmenes, cada uno de ellos un rollo de papiro escrito a mano. ¿Qué destino tuvieron todos estos libros? La civilización clásica que los creó acabó desintegrándose y la biblioteca fue destruida deliberadamente. Sólo sobrevivió una pequeña fracción de sus obras junto con unos pocos y patéticos fragmentos dispersos. Y qué tentadores son estos restos y fragmentos. Sabemos por ejemplo que en los estantes de la biblioteca había una obra del astrónomo Aristarco de Samos quien sostenía que la Tierra es uno de los planetas, que orbita el Sol como ellos, y que las estrellas están a una enorme distancia de nosotros. Cada una de estas conclusiones es totalmente correcta, pero tuvimos que esperar casi dos mil años para redescubrirlas. Si multiplicamos por cien mil nuestra sensación de privación por la pérdida de esta obra de Aristarco empezaremos a apreciar la grandeza de los logros de la civilización clásica y la tragedia de su destrucción.

Hemos superado en mucho la ciencia que el mundo antiguo conocía, pero hay lagunas irreparables en nuestros conocimientos históricos. Imaginemos los misterios que podríamos resolver sobre nuestro pasado si dispusiéramos de una tarjeta de lector para la Biblioteca de Alejandría. Sabemos que había una historia del mundo en tres volúmenes, perdida actualmente, de un sacerdote babilonio llamado Beroso. El primer volumen se ocupaba del intervalo desde la Creación hasta el Diluvio un período al cual atribuyó una duración de 432.000 años, es decir cien veces más que la cronología del Antiguo Testamento. Me pregunto cuál era su contenido.

Más adelante agrega Sagan

Sólo en un punto de la historia pasada hubo la promesa de una civilización científica brillante. Era beneficiaria del Despertar jónico, y tenía su ciudadela en la Biblioteca de Alejandría, donde hace 2.000 años las mejores mentes de la antigüedad establecieron las bases del estudio sistemático de la matemática, la física, la biología, la astronomía, la literatura, la geografía y la medicina. Todavía estamos construyendo sobre estas bases. La Biblioteca fue construida y sostenida por los Tolomeos, los faraones griegos que heredaron la porción egipcia del imperio de Alejandro Magno. Desde la época de su creación en el siglo tercero a.n.e. hasta su destrucción siete siglos más tarde, fue el cerebro y el corazón del mundo antiguo.

Alejandría era la capital editorial del planeta. Como es lógico no había entonces prensas de imprimir. Los libros eran caros, cada uno se copiaba a mano. La Biblioteca era depositaria de las copias más exactas del mundo. El arte de la edición crítica se inventó allí. El Antiguo Testamento ha llegado hasta nosotros principalmente a través de las traducciones griegas hechas en la Biblioteca de Alejandría. Los Tolomeos dedicaron gran parte de su enorme riqueza a la adquisición de todos los libros griegos, y de obras de África, Persia, la India, Israel y otras partes del mundo. Tolomeo III Evergetes quiso que Atenas le dejara prestados los manuscritos originales o las copias oficiales de Estado de las grandes tragedias antiguas de Sófocles, Esquilo y Eurípides. Estos libros eran para los atenienses una especie de patrimonio cultural; algo parecido a las copias manuscritas originales y a los primeros folios de Shakespeare en Inglaterra. No estaban muy dispuestos a dejar salir de sus manos ni por un momento aquellos manuscritos. Sólo aceptaron dejar en préstamo las obras cuando Tolomeo hubo garantizado su devolución con un enorme depósito de dinero. Pero Tolomeo valoraba estos rollos más que el oro o la plata. Renunció alegremente al depósito y encerró del mejor modo que pudo los originales en la Biblioteca. Los irritados atenienses tuvieron que contentarse con las copias que Tolomeo, un poco avergonzado, no mucho, les regaló. En raras ocasiones un Estado ha apoyado con tanta avidez la búsqueda del conocimiento.

Los Tolomeos no se limitaron a recoger el conocimiento conocido, sino que animaron y financiaron la investigación científica y de este modo generaron nuevos conocimientos. Los resultados fueron asombrosos: Eratóstenes calculó con precisión el tamaño de la Tierra, la cartografió, y afirmó que se podía llegar a la India navegando hacia el oeste desde España. Hiparco anticipó que las estrellas nacen, se desplazan lentamente en el transcurso de los siglos y al final perecen; fue el primero en catalogar las posiciones y magnitudes de las estrellas y en detectar estos cambios. Euclides creó un texto de geometría del cual los hombres aprendieron durante veintitrés siglos, una obra que ayudaría a despertar el interés de la ciencia en Kepler, Newton y Einstein. Galeno escribió obras básicas sobre el arte de curar y la anatomía que dominaron la medicina hasta el Renacimiento. Hubo también, como hemos dicho, muchos más.

Alejandría era la mayor ciudad que el mundo occidental había visto jamás. Gente de todas las naciones llegaban allí para vivir, comerciar, aprender. En un día cualquiera sus puertos estaban atiborrados de mercaderes, estudiosos y turistas. Era una ciudad donde griegos, egipcios, árabes, sirios, hebreos, persas, nubios, fenicios, italianos, galos e íberos intercambiaban mercancías e ideas. Fue probablemente allí donde la palabra cosmopolita consiguió tener un sentido auténtico: ciudadano, no de una sola nación, sino del Cosmos. Ser un ciudadano del Cosmos...

Es evidente que allí estaban las semillas del mundo moderno. ¿Qué impidió que arraigaran y florecieran? ¿A qué se debe que Occidente se adormeciera durante mil años de tinieblas hasta que Colón y Copérnico y sus contemporáneos redescubrieron la obra hecha en Alejandría? No puedo daros una respuesta sencilla. Pero lo que sí sé es que no hay noticia en toda la historia de la Biblioteca de que alguno de los ilustres científicos y estudiosos llegara nunca a desafiar seriamente los supuestos políticos, económicos y religiosos de su sociedad. Se puso en duda la permanencia de las estrellas, no la justicia de la esclavitud. La ciencia y la cultura en general estaban reservadas para unos cuantos privilegiados. La vasta población de la ciudad no tenía la menor idea de los grandes descubrimientos que tenían lugar dentro de la Biblioteca. Los nuevos descubrimientos no fueron explicados ni popularizados. La investigación les benefició poco. Los descubrimientos en mecánica y en la tecnología del vapor se aplicaron principalmente a perfeccionar las armas, a estimular la superstición, a divertir a los reyes. Los científicos nunca captaron el potencial de las máquinas para liberar a la gente. Los grandes logros intelectuales de la antigüedad tuvieron pocas aplicaciones prácticas inmediatas. La ciencia no fascinó nunca la imaginación de la multitud. No hubo contrapeso al estancamiento, al pesimismo, a la entrega más abyecta al misticismo. Cuando al final de todo, la chusma se presentó para quemar la Biblioteca no había nadie capaz de detenerla.

Sobre Hipatia y la Biblioteca de Alejandría


El último científico que trabajó en la Biblioteca fue una matemática, astrónoma, física y jefe de la escuela neoplatónica de filosofía: un extraordinario conjunto de logros para cualquier individuo de cualquier época. Su nombre era Hipatia. Nació en el año 370 en Alejandría. Hipatia, en una época en la que las mujeres disponían de pocas opciones y eran tratadas como objetos en propiedad, se movió libremente y sin afectación por los dominios tradicionalmente masculinos. Todas las historias dicen que era una gran belleza. Tuvo muchos pretendientes, pero rechazó todas las proposiciones matrimoniales. La Alejandría de la época de Hipatia —bajo dominio romano desde hacía ya tiempo— era una ciudad que sufría graves tensiones. La esclavitud había agotado la vitalidad de la civilización clásica. La creciente Iglesia cristiana estaba consolidando su poder e intentando extirpar la influencia y la cultura paganas. Hipatia estaba sobre el epicentro de estas poderosas fuerzas sociales. Cirilo, el arzobispo de Alejandría, la despreciaba por la estrecha amistad que ella mantenía con el gobernador romano y porque era un símbolo de cultura y de ciencia, que la primitiva Iglesia identificaba en gran parte con el paganismo. A pesar del grave riesgo personal que ello suponía, continuó enseñando y publicando hasta que, en el año 415, cuando iba a trabajar, cayó en manos de una turba fanática de feligreses de Cirilo. La arrancaron del carruaje, rompieron sus vestidos y, armados con conchas marinas, la desollaron arrancándole la carne de los huesos. Sus restos fueron quemados, sus obras destruidas, su nombre olvidado. Cirilo fue proclamado santo.

Hipatia

La gloria de la Biblioteca de Alejandría es un recuerdo lejano. Sus últimos restos fueron destruidos poco después de la muerte de Hipatia. Era como si toda la civilización hubiese sufrido una operación cerebral infligida por propia mano, de modo que quedaron extinguidos irrevocablemente la mayoría de sus memorias, descubrimientos, ideas y pasiones. La pérdida fue incalculable. En algunos casos sólo conocemos los atormentadores títulos de las obras que quedaron destruidas. En la mayoría de los casos no conocemos ni los títulos ni los autores. Sabemos que de las 123 obras teatrales de Sófocles existentes en la Biblioteca sólo sobrevivieron siete. Una de las siete es Edipo rey. Cifras similares son válidas para las obras de Esquilo y de Eurípides. Es un poco como si las únicas obras supervivientes de un hombre llamado William Shakespeare fueran Coriolano y Un cuento de invierno, pero supiéramos que había escrito algunas obras más, desconocidas por nosotros, pero al parecer apreciadas en su época, obras tituladas Hamlet, Macbeth, Julio César, El rey Lear, Romeo y Julieta.

Por último, les dejo el link al libro que les mencioné al comienzo. No lo he leído así que no puedo recomendarlo. Juzguen ustedes mismos.

www.hypatiaylaeternidad.com

¡Ah, no quiero olvidarme de comentarles que esta es la centésima nota que se publica en este blog!

¡Hasta la próxima!

                   ¡¡¡BOLETÍN 161!!!


La dirección electrónica desde donde podrán bajar el nuevo número del Boletín de Novedades en la Ciencia y en la Tecnología, el 161.

https://www.dropbox.com/scl/fi/y32y22ipww6qxatl9tfdv/CyT-161.docx?dl=0&rlkey=rytnnwghv8jeywehisdbkgvh7

Recuerden que, la manera de operar es copiando el enlace y pegándolo en la ranura de direcciones, luego Enter.

El número 161 del Boletín trae artículos muy interesantes, como:


ANTROPOLOGÍA - El primer beso entre amantes

ARQUEOLOGÍA - Utilizo un robot para restaurar los frescos destrozados de Pompeya

ASTRONOMÍA - Comprar terrenos en la Luna y otros astros: Una mirada a la legalidad

COMPUTACIÓN - Idean un nuevo sistema de voto electrónico resistente a ataques informáticos

COMPUTACIÓN Y MEDICINA - Descubrimiento, mediante inteligencia artificial, de un medicamento contra una bacteria farmacorresistente

GENÉTICA - El genoma humano en mayor profundidad que nunca antes


...y muchos más. ¡Disfrútenlo y hasta la próxima!










domingo, 9 de julio de 2023

Panem et circenses

El tema de esta nota, queridos amigos, surge de una conversación que tuve con una amiga y lectora de este blog acerca de la gran diversidad de cosas que el humano cree, muchas serias y profundas y otras muchas poco serias y superficiales. Lo que no es fácil de encontrar es a un humano que no tenga ninguna creencia, sea en lo que sea.

Y entonces, uno se pregunta por qué y, además, qué consecuencias tiene dicha conducta en la sociedad. Hoy quiero exponer a la consideración de ustedes las inesperadas consecuencias que puede acarrear la tal conducta. Y, concretamente, quiero referirme a las consecuencias en el plano político.

Veamos. Consideremos las primeras formas de gobierno de la historia, las de los imperios egipcio, acadio, hitita, asirio, babilonio, persa, macedonio y sumerio.

¿Cómo se estructuraba la sociedad?

Pues, en la cima había un rey o emperador, luego las clases altas, constituidas por sacerdotes y militares y abajo, bien abajo, el pueblo.

En estos imperios, el pueblo no tenía ni voz ni voto y su función era obedecer ciegamente las directivas emanadas desde el emperador-dios.

Luego tenemos un despertar en política, como en todo lo demás, con los griegos. Por primera vez en la historia el pueblo es tenido en cuenta y no solo eso, es el encargado de gobernar. La democracia.

La democracia griega era una forma de organización social y política que atribuía la titularidad del poder al conjunto de la ciudadanía. En sentido estricto, la democracia era un tipo de organización del Estado en el cual las decisiones colectivas eran adoptadas por el pueblo mediante mecanismos de participación directa.

Por primera vez, el pueblo ostentaba el poder. ¡Y de que forma!

Luego, los romanos vivieron una época de República, heredada de los griegos, pero volvieron después, con el Imperio, a ser regidos por un conductor supremo.

Sin embargo, ni aún en el Imperio se abandonó al pueblo. Por ejemplo, en el Senado romano existía la figura del tribuno de la plebe, encargado de salvaguardar los intereses del mismo.

Sin embargo, dada la vastedad del Imperio y las variadas etnias que lo componían no era sencillo escuchar a todos en sus reclamos y necesidades. De manera que, ¿Qué hacer con el pueblo?

Pues, no tardó en aparecer una solución al problema de qué hacer con el pueblo para que no interfiera con la acción de gobierno. La misma es la que el poeta Juvenal menciona en su sátira X, cuyo texto viéramos en la nota De Conductores y Conducidos del 31 de enero de 2022.

Panem et circenses. Pan que se repartía gratis (la annona) para mantenerlo calmado y que no haya agitación social, manteniendo al pueblo en sus casas y juegos de circo para desviarlo de la conducción del Imperio y tenerlo aturdido con ellos.

Nótese que este sistema de tratar al pueblo se ha mantenido a lo largo de la historia en todos los lugares del planeta. A modo de ejemplo, consideremos el caso de la Argentina bajo el gobierno del presidente Néstor Kirchner:

· La annona fueron los planes sociales y

· Los juegos de circo fue el programa de TV Fútbol para todos que era pago y fue declarado gratis por el gobierno.

Así pues, vemos una tendencia a separar al pueblo de la acción de gobierno ocupándolo en otras cosas de modo que “no moleste”. Veremos, más adelante, que esto derivó en multitud de otras formas, algunas de ellas muy peligrosas.

Lo que no se debe dejar de lado es que este sistema de separar al pueblo cuenta con la inconsciente colaboración de éste pues, tal como viéramos en la mencionada nota De Conductores y Conducidos, ya hay quienes nos han advertido que:

“Son pocos los que prefieren la libertad,
la mayoría prefiere un amo justo”

Cayo Salustio Crispo

O Maquiavelo que nos recuerda que:

"El que engaña siempre encontrará
personas dispuestas a ser engañadas"

Ahora bien, en cuanto a la pregunta, ¿Por qué la mayoría de los hombres no querría la libertad?, podemos comenzar por escuchar al moralista y pensador francés Michel de Montaigne quien nos advierte que:

…estoy convencido que es más fácil
y más satisfactorio seguir que conducir…

Y la más dura sentencia nos la dejó Voltaire cuando dijo:

…la verdadera razón (de que se deje el poder en manos de otro) se encuentra en que raramente los hombres son dignos de gobernarse por sí mismos.

Voltaire

Es decir, mientras yo tenga qué comer y en qué divertirme, que otro se haga cargo de la difícil y tediosa tarea de conducir…

Pero, sigamos con la historia. En la Edad Media, visto lo difícil que es mantener a todo el mundo contento, se retornó al sistema del macho alfa, el rey o el emperador, con las consabidas clases altas de sacerdotes y militares… ¡y los siervos de la gleba! Es decir, el pueblo fue nuevamente reducido a la nada.

Sin embargo, está claro que, con el crecimiento de la población y de la cultura aparecieron aquí y allá ideas de que este sistema de dejar el pueblo fuera de las decisiones, debía terminar. Y así llegamos al 5 de mayo de 1789 en que da inicio la Revolución francesa. Un conflicto social y político, con diversos periodos de violencia, que convulsionó a Francia y, por extensión de sus implicaciones, a otras naciones de Europa que enfrentaban a partidarios y opositores del sistema conocido como el Antiguo Régimen.

Si bien después de que la Primera República cayó tras el golpe de Estado de Napoleón Bonaparte, y la organización política de Francia durante el siglo XIX osciló entre república, imperio y monarquía constitucional, lo cierto es que la revolución marcó el final definitivo del feudalismo y del absolutismo en el país,​ y dio a luz un nuevo régimen donde la burguesía, apoyada en ocasiones por las masas populares, se convirtió en la fuerza política dominante. La revolución socavó las bases del sistema monárquico transformándolo en ilegítimo.

La Revolución francesa marca el inicio de la Edad Contemporánea sentando las bases de la democracia moderna. Abrió nuevos horizontes políticos basados en el principio de la soberanía popular, que será el motor de las revoluciones posteriores.

Y así, queridos amigos, pareció que se volvía al ideal griego de la democracia, pero…

Pero persistía el problema de cómo gobernar cuando en el pueblo unos quieren ir hacia el sur, otros hacia el norte, otros al noreste, otros al sursureste, etc.

Y entonces, se volvió al sistema de panem et circenses. El pan sigue siendo las dádivas del Estado pero, los juegos de circo han adquirido múltiples y variadas formas, algunas de ellas, perversas.

Veamos, para mantener al pueblo ocupado en otras cosas que no sean la acción de gobierno (dejando así las manos libres a los gobernantes), se instalan en la sociedad diversos temas que incluyen el leguaje inclusivo, el aborto, los derechos de la mujer, el colectivo LTGB, la transexualidad, la autopercepción, etc.

De este modo se ofrece al pueblo diversas opciones tras las cuales embanderarse de modo de mantenerlo ocupado en otras cosas que no sean la acción de gobierno.

Pero, hablé de opciones perversas, ¿Cuáles serían?

Pues, hay una que me preocupa especialmente y es la droga. Déjenme que lo ponga de la siguiente manera:

El 2 de enero de 2020, EE.UU. mató en un ataque relámpago en Irak a Qasem Soleimani, el alto mando militar iraní que Teherán consideraba un héroe en vida y al que EE.UU. acusaba de la muerte de “cientos” de sus ciudadanos.

La operación, según el Pentágono, “está destinada a disuadir futuros planes de ataque de Irán”.

Es decir, el país del norte puede eliminar a un héroe de un país rival sin dar cuentas a nadie. Y tácitamente diciéndole a Irán: ¡Chist, y calladitos! ¿Eh?

Por otro lado, EE.UU. tiene claro conocimiento de quienes son y dónde están en cada momento los jefes mejicanos de la droga. Sin embargo, no toma ninguna medida contra ellos. Pudiendo hacerlo tranquilamente pues los puede acusar de la muerte de “cientos” de sus ciudadanos, como a Soleimani.

También podría tomar medidas mucho más enérgicas para evitar la comercialización de la droga en su territorio y no lo hace. Por ejemplo, la famosa avenida Kensington, en Filadelfia, es un muestrario de drogadictos que viven en sus veredas, drogándose continuamente. Véanlo ustedes mismos.

https://www.youtube.com/watch?v=racU3prPeiU

Una respuesta podría ser que no lo hace porque es un negocio del que saca partido. No me convence mucho esta respuesta porque, en ese caso, es más caro el collar que el perro.

Me convence más la posibilidad de que sea otra forma de tener al ciudadano “fuera de acción” y solo tomar medidas contundentes si el tema se sale de cauce.

Analicemos lo que ocurre en la avenida Kengsinton. Tenemos tres actores del drama en ella: Los drogadictos que, como zombis se mueven por sus veredas, los vendedores de la droga que se encuentran en los automóviles estacionados en la dicha avenida y la policía que la recorre.

Y uno se pregunta dos cosas:

1.- ¿Para qué está la policía si no detiene a los vendedores que ejercen una actividad ilícita?

2.- ¿Qué función cumple entonces?

La respuesta a la primera pregunta es que no detienen a los vendedores porque interesa que ese sector de la población que se droga continúe haciéndolo y no moleste la acción de gobierno.

Y la respuesta a la segunda pregunta es que está allí para evitar que la cosa se desmadre y se produzcan severas trifulcas.

Ahora, el año pasado la sobredosis de droga cobró 100.000 muertes en EE.UU. y este año la cifra va en aumento. Cuando el número llegue a ser peligroso, recién ahí, actuará la policía
.

¡Quién sabe si, teniendo a un genio de la propaganda en sus filas, como era Joseph Goebbels, el sentimiento antijudío azuzado por los nazis no fue otro de estos juegos de circo!

Pero entonces, Martín, ¿vivimos una ficción de democracia?

Pues, saque cada cual sus conclusiones. De cualquier forma, volviendo a leer las sentencias de Voltaire, Salustio, Montaigne y Maquiavelo se puede concluir que no toda la culpa es del que está arriba…

                    ¡¡¡BOLETÍN 161!!!


La dirección electrónica desde donde podrán bajar el nuevo número del Boletín de Novedades en la Ciencia y en la Tecnología, el 161.

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El número 161 del Boletín trae artículos muy interesantes, como:


ANTROPOLOGÍA - El primer beso entre amantes

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COMPUTACIÓN - Idean un nuevo sistema de voto electrónico resistente a ataques informáticos

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...y muchos más. ¡Disfrútenlo y hasta la próxima!

domingo, 2 de julio de 2023

La computación neuromórfica

   En alguna de mis notas anteriores, de cuyo nombre no puedo acordarme, mencioné la idea de que, para poder estar a la altura del desafío que representarán los robots asistidos por IA, sería necesario transformarnos en cyborgs.

  En el mundo en constante evolución de la tecnología, la idea de un "hombre cibernético" ha dejado de ser solo una fantasía de ciencia ficción para convertirse en una posibilidad real. Este concepto fascinante plantea la idea de combinar la biología humana con la electromecánica para mejorar nuestras capacidades físicas y mentales. En este artículo, examinaremos el concepto del hombre cibernético y las implicaciones que podría tener para el futuro de la humanidad.

  Un cíborg​ o cyborg (del inglés cyber [‘cibernético’] y organism [‘organismo’], ‘organismo cibernético’) es una criatura compuesta de elementos orgánicos y dispositivos electrónicos y/o mecánicos​ generalmente con la intención de mejorar las capacidades de la parte orgánica mediante el uso de la tecnología. Esto podría incluir desde implantes cerebrales y prótesis biónicas hasta mejoras genéticas y nanotecnología. El objetivo principal es aumentar las capacidades humanas más allá de los límites naturales, permitiendo una mayor resistencia, fuerza, velocidad y habilidades cognitivas. (Abuelo me contaba de la serie de televisión El hombre nuclear, que se emitió entre 1973 y 1978, en la que Steve Austin es un astronauta y piloto de prueba, que sufre un terrible accidente durante un vuelo experimental. Pierde su ojo izquierdo, ambas piernas y el brazo derecho. Una agencia gubernamental, que trabajaba en el desarrollo de un proyecto secreto llamado Biónica, toma a Steve como sujeto de prueba y reemplaza sus miembros perdidos por partes cibernéticas que tienen un coste de seis millones de dólares.)

  La idea del hombre cibernético plantea emocionantes posibilidades en áreas como la medicina, la exploración espacial y el rendimiento humano. Imaginen ustedes, queridos amigos, un mundo en el que las personas puedan recuperar la movilidad perdida a través de prótesis avanzadas o controlar dispositivos electrónicos con el poder de la mente. Este tipo de avances podrían cambiar la vida de millones de personas en todo el mundo.


  Sin embargo, el hombre cibernético también plantea cuestiones éticas y filosóficas. ¿Dónde trazamos la línea entre lo humano y lo artificial? ¿Qué impacto tendría en nuestra identidad y el sentido de uno mismo? ¿Cómo afectaría nuestra relación con la tecnología y la sociedad en general?

  A medida que avanzamos en la comprensión y aplicación de la tecnología, ya estamos viendo avances en este campo. Por ejemplo, las prótesis biónicas han permitido a las personas con discapacidades físicas llevar una vida más activa y funcional. Los implantes cerebrales están siendo utilizados para ayudar a las personas con enfermedades neurológicas a recuperar la movilidad y la comunicación, por ejemplo, los implantes cocleares. Y los avances en la inteligencia artificial y la realidad virtual están abriendo nuevas posibilidades para la interacción entre humanos y máquinas.

  Sin embargo, es importante abordar los retos asociados con el hombre cibernético. La seguridad y la privacidad de los datos son preocupaciones clave, así como las desigualdades socioeconómicas que podrían surgir si solo unos pocos tienen acceso a estas mejoras tecnológicas.

  En conclusión, el concepto del hombre cibernético nos desafía a explorar los límites de la biología y la tecnología. Si bien aún estamos en las primeras etapas de este campo, los avances en áreas como la inteligencia artificial, la biotecnología y la robótica nos acercan cada vez más a un futuro en el que la fusión entre humanos y máquinas sea una realidad. Y esta fusión me recuerda la de humanos y neandertales, que sucedió en el remoto pasado y que finalizó con la extinción de uno de ellos...

  Y, a guisa de ejemplo, deseo comentarles acerca de un proyecto pionero que desarrollará sensores con material orgánico que imitan el funcionamiento del cerebro. Sí, como lo leen, sensores con material orgánico que replican, no ya el funcionamiento del corazón, o de algún músculo, no, no, ¡replican el cerebro! Estos dispositivos, que se adaptan a la piel, han sido pensados, inicialmente, para detectar y analizar señales que emite el cuerpo humano y que aportan información sobre diferentes procesos biológicos.

  Diversas instituciones europeas participan en este proyecto pionero de la así llamada computación neuromórfica, un campo de la informática y la neurociencia que se enfoca en el desarrollo de sistemas inspirados en el funcionamiento del cerebro humano.

  El objetivo es desarrollar sensores neuromórficos con tecnología orgánica, basada sobre todo en polímeros. Estos dispositivos pueden ser de mucha utilidad en el campo de la salud, puesto que permitirán analizar, mediante un circuito que imita el cerebro, los datos que llegan a través de bioseñales, que son señales emitidas por el cuerpo humano y que aportan información sobre diferentes procesos fisiológicos del organismo.

  Una de las novedades del proyecto, que lleva por nombre BAYFLEX, es el uso de materiales orgánicos, para todos los componentes, en la fabricación de los sensores, básicamente polímeros. Ello permitirá que estos dispositivos sean de bajo coste, sostenibles, imprimibles, flexibles y que se adapten a la piel. “Los sensores detectarán las bioseñales, que llegarán a una red neuronal de transistores y de aquí pasarán a un circuito clasificador. En todo este proceso, utilizaremos materiales orgánicos en sustitución del silicio, que es el que se usa de forma habitual”, explican los investigadores del proyecto.

  El proyecto BAYFLEX está financiado por el programa Horizon Europe de la Unión Europea y forma parte de Pathfinder, un subprograma muy exigente que solo acepta de media un 5% de las propuestas que se presentan. Los proyectos tienen que ser realmente disruptivos y tienen que contar con un análisis de riesgos y un plan de contingencia muy precisos.

  La computación neuromórfica “está emergiendo actualmente y soluciona algunos de los problemas que plantea la inteligencia artificial, que utilizando la computación tradicional tiene un consumo muy elevado para utilizar el hardware convencional (basado en la separación entre la memoria y las unidades procesadoras), y también utiliza materiales rígidos por el hecho de basarse en el silicio”, explica el investigador. Apunta que, a pesar de que el silicio aporta más rapidez, en este caso no se requiere una velocidad muy alta, puesto que “lo que interesa es que las señales se detecten de forma precisa, y esta tecnología lo permite hacer”. Así, esta “inteligencia artificial low cost y reciclable”, tal como la define el investigador, será de gran utilidad e importancia en el campo de la salud, a la hora de detectar y analizar las señales que emite el organismo.

  ¡Notable! ¿Verdad?

  Ahora bien, estamos hablando de simular el cerebro. ¿Nos llevará esta tecnología, a la larga, a cerebros artificiales, totalmente funcionales, que definan una nueva especie sobre la Tierra? Especie no concebida de madre, sino de probeta. Y conviviendo con cyborgs, con humanos “normales” y con robots asistidos por IA.

   Y, por último, conociendo el historial de guerras y dominación del homo sapiens, ¿será posible una convivencia pacífica entre todas ellas…?


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Conjeturas, hipótesis, teorías.

La especulación o conjetura, es una forma filosófica de pensar para ganar conocimiento yendo más allá de la experiencia o práctica tradicion...