domingo, 2 de julio de 2023

La computación neuromórfica

   En alguna de mis notas anteriores, de cuyo nombre no puedo acordarme, mencioné la idea de que, para poder estar a la altura del desafío que representarán los robots asistidos por IA, sería necesario transformarnos en cyborgs.

  En el mundo en constante evolución de la tecnología, la idea de un "hombre cibernético" ha dejado de ser solo una fantasía de ciencia ficción para convertirse en una posibilidad real. Este concepto fascinante plantea la idea de combinar la biología humana con la electromecánica para mejorar nuestras capacidades físicas y mentales. En este artículo, examinaremos el concepto del hombre cibernético y las implicaciones que podría tener para el futuro de la humanidad.

  Un cíborg​ o cyborg (del inglés cyber [‘cibernético’] y organism [‘organismo’], ‘organismo cibernético’) es una criatura compuesta de elementos orgánicos y dispositivos electrónicos y/o mecánicos​ generalmente con la intención de mejorar las capacidades de la parte orgánica mediante el uso de la tecnología. Esto podría incluir desde implantes cerebrales y prótesis biónicas hasta mejoras genéticas y nanotecnología. El objetivo principal es aumentar las capacidades humanas más allá de los límites naturales, permitiendo una mayor resistencia, fuerza, velocidad y habilidades cognitivas. (Abuelo me contaba de la serie de televisión El hombre nuclear, que se emitió entre 1973 y 1978, en la que Steve Austin es un astronauta y piloto de prueba, que sufre un terrible accidente durante un vuelo experimental. Pierde su ojo izquierdo, ambas piernas y el brazo derecho. Una agencia gubernamental, que trabajaba en el desarrollo de un proyecto secreto llamado Biónica, toma a Steve como sujeto de prueba y reemplaza sus miembros perdidos por partes cibernéticas que tienen un coste de seis millones de dólares.)

  La idea del hombre cibernético plantea emocionantes posibilidades en áreas como la medicina, la exploración espacial y el rendimiento humano. Imaginen ustedes, queridos amigos, un mundo en el que las personas puedan recuperar la movilidad perdida a través de prótesis avanzadas o controlar dispositivos electrónicos con el poder de la mente. Este tipo de avances podrían cambiar la vida de millones de personas en todo el mundo.


  Sin embargo, el hombre cibernético también plantea cuestiones éticas y filosóficas. ¿Dónde trazamos la línea entre lo humano y lo artificial? ¿Qué impacto tendría en nuestra identidad y el sentido de uno mismo? ¿Cómo afectaría nuestra relación con la tecnología y la sociedad en general?

  A medida que avanzamos en la comprensión y aplicación de la tecnología, ya estamos viendo avances en este campo. Por ejemplo, las prótesis biónicas han permitido a las personas con discapacidades físicas llevar una vida más activa y funcional. Los implantes cerebrales están siendo utilizados para ayudar a las personas con enfermedades neurológicas a recuperar la movilidad y la comunicación, por ejemplo, los implantes cocleares. Y los avances en la inteligencia artificial y la realidad virtual están abriendo nuevas posibilidades para la interacción entre humanos y máquinas.

  Sin embargo, es importante abordar los retos asociados con el hombre cibernético. La seguridad y la privacidad de los datos son preocupaciones clave, así como las desigualdades socioeconómicas que podrían surgir si solo unos pocos tienen acceso a estas mejoras tecnológicas.

  En conclusión, el concepto del hombre cibernético nos desafía a explorar los límites de la biología y la tecnología. Si bien aún estamos en las primeras etapas de este campo, los avances en áreas como la inteligencia artificial, la biotecnología y la robótica nos acercan cada vez más a un futuro en el que la fusión entre humanos y máquinas sea una realidad. Y esta fusión me recuerda la de humanos y neandertales, que sucedió en el remoto pasado y que finalizó con la extinción de uno de ellos...

  Y, a guisa de ejemplo, deseo comentarles acerca de un proyecto pionero que desarrollará sensores con material orgánico que imitan el funcionamiento del cerebro. Sí, como lo leen, sensores con material orgánico que replican, no ya el funcionamiento del corazón, o de algún músculo, no, no, ¡replican el cerebro! Estos dispositivos, que se adaptan a la piel, han sido pensados, inicialmente, para detectar y analizar señales que emite el cuerpo humano y que aportan información sobre diferentes procesos biológicos.

  Diversas instituciones europeas participan en este proyecto pionero de la así llamada computación neuromórfica, un campo de la informática y la neurociencia que se enfoca en el desarrollo de sistemas inspirados en el funcionamiento del cerebro humano.

  El objetivo es desarrollar sensores neuromórficos con tecnología orgánica, basada sobre todo en polímeros. Estos dispositivos pueden ser de mucha utilidad en el campo de la salud, puesto que permitirán analizar, mediante un circuito que imita el cerebro, los datos que llegan a través de bioseñales, que son señales emitidas por el cuerpo humano y que aportan información sobre diferentes procesos fisiológicos del organismo.

  Una de las novedades del proyecto, que lleva por nombre BAYFLEX, es el uso de materiales orgánicos, para todos los componentes, en la fabricación de los sensores, básicamente polímeros. Ello permitirá que estos dispositivos sean de bajo coste, sostenibles, imprimibles, flexibles y que se adapten a la piel. “Los sensores detectarán las bioseñales, que llegarán a una red neuronal de transistores y de aquí pasarán a un circuito clasificador. En todo este proceso, utilizaremos materiales orgánicos en sustitución del silicio, que es el que se usa de forma habitual”, explican los investigadores del proyecto.

  El proyecto BAYFLEX está financiado por el programa Horizon Europe de la Unión Europea y forma parte de Pathfinder, un subprograma muy exigente que solo acepta de media un 5% de las propuestas que se presentan. Los proyectos tienen que ser realmente disruptivos y tienen que contar con un análisis de riesgos y un plan de contingencia muy precisos.

  La computación neuromórfica “está emergiendo actualmente y soluciona algunos de los problemas que plantea la inteligencia artificial, que utilizando la computación tradicional tiene un consumo muy elevado para utilizar el hardware convencional (basado en la separación entre la memoria y las unidades procesadoras), y también utiliza materiales rígidos por el hecho de basarse en el silicio”, explica el investigador. Apunta que, a pesar de que el silicio aporta más rapidez, en este caso no se requiere una velocidad muy alta, puesto que “lo que interesa es que las señales se detecten de forma precisa, y esta tecnología lo permite hacer”. Así, esta “inteligencia artificial low cost y reciclable”, tal como la define el investigador, será de gran utilidad e importancia en el campo de la salud, a la hora de detectar y analizar las señales que emite el organismo.

  ¡Notable! ¿Verdad?

  Ahora bien, estamos hablando de simular el cerebro. ¿Nos llevará esta tecnología, a la larga, a cerebros artificiales, totalmente funcionales, que definan una nueva especie sobre la Tierra? Especie no concebida de madre, sino de probeta. Y conviviendo con cyborgs, con humanos “normales” y con robots asistidos por IA.

   Y, por último, conociendo el historial de guerras y dominación del homo sapiens, ¿será posible una convivencia pacífica entre todas ellas…?


                        ¡¡¡BOLETÍN 161!!!


La dirección electrónica desde donde podrán bajar el nuevo número del Boletín de Novedades en la Ciencia y en la Tecnología, el 161.

https://www.dropbox.com/scl/fi/y32y22ipww6qxatl9tfdv/CyT-161.docx?dl=0&rlkey=rytnnwghv8jeywehisdbkgvh7

Recuerden que, la manera de operar es copiando el enlace y pegándolo en la ranura de direcciones, luego Enter.

El número 161 del Boletín trae artículos muy interesantes, como:


ANTROPOLOGÍA - El primer beso entre amantes

ARQUEOLOGÍA - Utilizo un robot para restaurar los frescos destrozados de Pompeya

ASTRONOMÍA - Comprar terrenos en la Luna y otros astros: Una mirada a la legalidad

COMPUTACIÓN - Idean un nuevo sistema de voto electrónico resistente a ataques informáticos

COMPUTACIÓN Y MEDICINA - Descubrimiento, mediante inteligencia artificial, de un medicamento contra una bacteria farmacorresistente

GENÉTICA - El genoma humano en mayor profundidad que nunca antes


...y muchos más. ¡Disfrútenlo y hasta la próxima!




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