domingo, 31 de diciembre de 2023

El SNE

 

¿Qué tal, queridos amigos, si les cuento que, según un nuevo estudio sobre cómo tratar el síndrome del intestino irritable y otros trastornos digestivos, existe, en nuestro cuerpo, un “segundo cerebro”?

¿Qué?, ¿Cómo? ¿Dónde está que no se ve?

Bueno, vamos por partes, este estudio se refiere al llamado sistema nervioso entérico, -SNE- una subdivisión del sistema nervioso, encargado de controlar directamente nuestro sistema digestivo por medio de unos 100 millones de neuronas.

Es a este Sistema Nervioso Entérico que, a menudo, se lo denomina, el “segundo cerebro”. Se trata de una compleja red de neuronas que reside en el tracto gastrointestinal. Esta intrincada red neural, que se extiende desde el esófago hasta el recto, tiene la capacidad única de operar de manera semiindependiente del Sistema Nervioso Central (SNC).

Es decir que el sistema nervioso entérico, al ser notablemente independiente, permitiría que los intestinos puedan realizar muchas de sus tareas habituales incluso si de alguna manera se desconectaran del sistema nervioso central. Y la cantidad de células especializadas del sistema nervioso -a saber, neuronas y células de glía- que viven en el intestino de una persona, es aproximadamente equivalente a la cantidad que podemos encontrar en el cerebro de un gato. Es una extensa red de neuronas y células de glía que recubre nuestro sistema digestivo.

¿Y cuáles son las funciones de este segundo cerebro?

Distinguiremos cuatro:

Control de la Digestión:

El SNE regula la motilidad intestinal y la secreción de enzimas, desempeñando un papel crucial en la digestión y absorción de nutrientes.

Influencia en el Estado de Ánimo:

Se ha descubierto que el segundo cerebro produce y responde a neurotransmisores como la serotonina, vinculando el estado de ánimo con la salud intestinal.

Respuesta Inmunológica:

El SNE interactúa con el sistema inmunológico, afectando directamente la capacidad del cuerpo para combatir infecciones y enfermedades.

Comunicación Bidireccional:

Existe una comunicación constante entre el SNE y el SNC, creando un diálogo esencial conocido como el eje intestino-cerebro.

Un cerebro en las entrañas

Las neuronas son las células más conocidas del sistema nervioso. Son las encargadas de conducir las señales eléctricas dentro del mismo. Las glías, por su parte, no son eléctricamente activas, lo que ha hecho que para los investigadores resulte mucho más difícil descifrar cuál es su función. Así, una de las principales teorías postula que las células gliales brindan un apoyo pasivo a las neuronas.

Y en este sentido, este estudio ha demostrado que las células gliales desempeñan un papel mucho más activo en el sistema nervioso entérico de lo que se pensaba. De modo que, la investigación revela que la glía actúa de una manera muy precisa para influir en las señales transportadas por los circuitos neuronales; un descubrimiento que podría allanar el camino para el desarrollo de nuevos tratamientos para enfermedades intestinales que afectan un buen porcentaje de la población.

Si pensamos en este segundo cerebro como en un ordenador, la glía serían los chips que trabajan en la periferia. Son una parte activa de la red de señalización, pero no funcionan como las neuronas, si no que actúan modulando o modificando la señal, añade. Adoptando una metáfora musical, las neuronas serían las notas tocadas por una guitarra eléctrica y la glía actuaría como los pedales y amplificadores que modulan el tono y el volumen de dichas notas.

Este trabajo nos otorga una imagen más completa, aunque más compleja, de cómo funciona el sistema nervioso entérico, lo que crea crea nuevas oportunidades para tratar los trastornos intestinales, por ejemplo. Ahora se puede investigar si hay una manera de apuntar a un tipo específico o conjunto de células de glía para cambiar su función de alguna manera y corregir una patología.

Patologías que incluyen, por ejemplo, el síndrome del intestino irritable, una condición dolorosa que actualmente no tiene cura y afecta a entre el 10% al 15% de la población.

La glía también podría estar involucrada de la misma manera en otras diversas afecciones de salud, incluidos los varios trastornos de la motilidad intestinal, como es el estreñimiento.

Y, teniendo en cuenta la influencia del SNE en el estado de ánimo, su condición también puede ser causa de la depresión.

Esta interconexión plantea nuevas oportunidades para el desarrollo de terapias que aborden tanto el bienestar físico como el mental.

A medida que avanzamos en la comprensión del segundo cerebro humano, se abren perspectivas emocionantes para el tratamiento de enfermedades gastrointestinales y trastornos neuropsiquiátricos.

Aunque la ciencia aún no está en el punto de brindar tratamientos para estos problemas, se encuentra ahora mejor equipada para investigarlos y comprenderlos.

Ahora bien, volviendo a la analogía musical, los estudios nos llevan a la conclusión de que hay dos actores principales residentes en nuestro intestino que serían el director de orquesta (segundo cerebro) y los músicos (microbiota intestinal). Nuestro bienestar depende de que ambos funcionen correctamente. Ya he descripto en notas anteriores cómo “contratar” buenos “músicos”. Pero, quisiera referirme aquí a qué hacer cuando no se dispone de ellos, es decir, cuando se tiene una microbiota de mala calidad o escasa en bacterias buenas.

Allá en la oscura profundidad privada de oxígeno de los intestinos, hay un ecosistema tan rico como una selva tropical o un arrecife de coral.

Pero hay una bacteria dañina,  llamada Clostridium difficile, apodada C. difficile, que puede tomar control y dominar el territorio intestinal.

La bacteria C. difficile está asociada a la resistencia a los antibióticos y es potencialmente letal.

 Se trata de un microbio oportunista que normalmente se hace con el poder después de que los pacientes han recibido un tratamiento con antibióticos.

Los medicamentos antibióticos son uno de los milagros de la era moderna, pero matan tanto las bacterias malas como las buenas.

Son como un incendio en un bosque que quema el microbioma intestinal, la colección de microorganismos que allí vive.

Atrás dejan un terreno microbiano chamuscado, arrasado, en el que la C. difficile florece.

De ahí que, después de un tratamiento con antibióticos, está especialmente indicado renovar la presencia de bacterias buenas consumiendo alimentos que las contengan como el kéfir, la combucha, en kimchi, el sauerkraut, etc.

Sin embargo, en los casos más urgentes, se puede apelar a los transplantes fecales.

El trasplante fecal probablemente ganaría el título del procedimiento médico más desagradable.

Más o menos es como ya se lo imaginan, queridos amigos: se le da a una persona parte de las heces fecales de otra.

El objetivo es introducir microbios que son beneficiosos para la salud en el sistema digestivo de un paciente.

Y puede salvar vidas.

Un trasplante de heces, clínicamente un "trasplante fecal de microbiota", tiene por objetivo repoblar el intestino del paciente con los microbios de una persona sana.

Normalmente se utilizan heces de un familiar, para que tengan bacterias intestinales similares.

Primero se toma una muestra, que se mezcla con agua.

Algunas técnicas deshacen las heces a mano, otras utilizan una licuadora como las del hogar.

Y esencialmente hay dos rutas para hacer llegar la muestra a la ubicación requerida: por la boca o por el recto. Los procedimientos varían, pero se ha experimentado con enema, colonoscopia, por vía oral con una cápsula o mediante un tubo nasogástrico o nasoduodenal.

Muchos son los casos registrados en la literatura médica acerca de la bondad de estos transplantes. Valga un botón de muestra.

Una mujer de 61 años que tenía una diarrea crónica de ocho meses y había perdido ya 27kg y corría el riesgo de morir por una infección de C.difficile porque ningún antibiótico le daba resultado.

Su marido donó una muestra de heces para el trasplante.

El éxito de los resultados fue sorprendente. Dos días después podía tener heces normales, iba al baño como cuando estaba sana, básicamente se curó.

Pasó de un estado muy enfermo, desde el punto de vista de las especies microbianas que tenía, a tener un microbioma saludable que era muy parecido al de su marido.

Los experimentos sugieren que el procedimiento es eficaz en el 90% de los casos.

Y el entusiasmo en este campo de la medicina ha hecho que se desarrollen proyectos, como el OpenBiome, que es, esencialmente, un banco de heces.

Bien, el tema es apasionante y lo continuaremos en notas futuras para charlar, por ejemplo, de cómo las bacterias están cambiando todo el tiempo nuestro estado de ánimo.

Por el momento me despido no sin desearles un:

¡Feliz 2024!

domingo, 24 de diciembre de 2023

El micobioma

En la nota del 19 de junio pasado, titulada Microbiota, probióticos y prebióticos, analicé el significado de estos términos y su creciente importancia en el área de la salud humana.

Pues bien, resulta ser, estimados amigos, que hay otro bioma escondido dentro del microbioma y, en esta nota, veremos por qué es tan importante. Téngase presente que cualquiera de nosotros tiene parientes celíacos o, quizás, alguno con autismo, o el tan común intestino irritable. Bien, esta nota será de mucho interés para ellos.

Sucede que el microbioma tiene sus propias comunidades de hongos que viven en el intestino, la piel y el tracto respiratorio. Como no podía ser de otra manera, estas comunidades de hongos son conocidas como el micobioma y su papel en la salud general es un área de interés emergente.

Para ilustrarles acerca del micobioma haré uso de una nota aparecida en la National Geographic el 4 de diciembre de 2023.

Veamos.


El microbioma intestinal ha recibido mucha atención en los últimos años a medida que una avalancha de estudios científicos lo vinculan con una serie de dolencias, desde el síndrome del intestino irritable hasta trastornos neurológicos.

De los muchos tipos de organismos microscópicos que forman el microbioma intestinal, las bacterias reciben la mayor atención. Pero otros organismos diminutos del intestino podrían ser igualmente importantes para la salud general y, a menudo, se pasan por alto.

El microbioma también tiene su propio micobioma o comunidades de hongos que viven en el intestino, la piel y el tracto respiratorio. Estudios recientes muestran que el micobioma podría ayudar a mantener a raya a los microbios peligrosos y regular el sistema inmunológico -- o causar enfermedades crónicas.

Los científicos han vinculado las comunidades de hongos en el intestino con innumerables enfermedades, incluida la COVID prolongada y docenas de otras enfermedades intestinales, neurológicas y respiratorias. Y aunque los investigadores apenas están comenzando a comprender cómo los hongos afectan nuestra salud, esto es lo que sí sabemos.

¿Qué constituye el microbioma intestinal?

Los investigadores han estudiado el microbioma bacteriano durante siglos, pero han ignorado en gran medida el micobioma, dice Mahmoud Ghannoum, microbiólogo y profesor de la Facultad de Medicina de la Universidad Case Western Reserve y del Centro Médico de los Hospitales Universitarios de Cleveland, quien acuñó el término "micobioma". (Ghannoum también cofundó BIOHM Health, una empresa de biotecnología que está probando suplementos nutricionales y bioterapéuticos probióticos).

El micobioma representa aproximadamente el 0,1 % del microbioma, un término que incluye no sólo bacterias y hongos sino también arqueas, virus y parásitos que colonizan nuestra piel, intestino, tracto respiratorio y tracto urogenital. Si bien los científicos han documentado cientos de especies de hongos en el intestino humano, sólo unas pocas docenas son comunes entre los individuos.

Aunque constituyen una minoría del microbioma, los hongos siguen siendo extremadamente importantes, sostienen los investigadores. Los estudios muestran que los hongos influyen en el crecimiento y la diversidad de las bacterias y, juntas, estas comunidades pueden ayudarnos a digerir los alimentos y protegernos de las enfermedades. Siew Ng, profesor y médico de la Universidad China de Hong Kong y director del Centro de Investigación de la Microbiota Intestinal de la universidad, compara el microbioma con un vibrante ecosistema de selva tropical. "Están ahí para protegernos", dice.


Pero a veces, estas comunidades microbianas también pueden desequilibrarse, y cuando ciertos hongos comienzan a apoderarse del microbioma, esto puede significar problemas. Ghannoum explica que tanto los hongos como las bacterias pueden formar una "placa" digestiva densa conocida como biopelícula que es resistente a los antibióticos y literalmente forma una barrera para evitar que el cuerpo absorba nutrientes.

Este estado de desequilibrio microbiano se conoce como disbiosis, y algunas de las formas en que puede ocurrir son por tomar antifúngicos o antibióticos de amplio espectro o por tener una mala alimentación. Los científicos lo han relacionado con decenas de enfermedades y no sólo con las intestinales.

¿Cuál es el impacto del micobioma en la enfermedad?

Las herramientas modernas de secuenciación genética permiten a los científicos perfilar todos los microbios en el intestino y otros órganos de una persona. Al comparar los micobiomas de individuos sanos y enfermos, los estudios muestran que los pacientes con síndrome del intestino irritable tienden a tener niveles altos del hongo Candida albicans en el intestino. Asimismo, los científicos han relacionado la disbiosis con la enfermedad celíaca, la enfermedad inflamatoria intestinal, el cáncer colorrectal y varios otros trastornos intestinales.

Ng, por ejemplo, estudia el micobioma de las personas con obesidad y ha descubierto que tienen micobiomas intestinales diferentes a los de las personas que no son obesas. En un próximo estudio, actualmente está probando la teoría de que ciertas bacterias y hongos descomponen los alimentos más fácilmente que otros, y cree haber aislado un hongo que puede desempeñar un papel en la descomposición de la grasa.

La pandemia de COVID-19 brindó a los científicos más información sobre cómo el micobioma influye en la enfermedad. Iliyan Iliev, inmunólogo de mucosas y profesor asociado de microbiología e inmunología en medicina en el Instituto Médico Weill Cornell, había estudiado los hongos y el síndrome del intestino irritable durante una década. Pero cuando llegó la pandemia, cambió su enfoque a la investigación de COVID. Fue entonces cuando encontró algo sorprendente: los pacientes con COVID grave tenían niveles anormalmente altos de antígenos que instruyen al sistema inmunológico a atacar a los hongos, incluso si no se detectaba ninguna infección por hongos. Cuanto más grave era su enfermedad, más antígenos producían esos pacientes.

Al continuar observando la sangre y las heces de pacientes con COVID-19 grave, Iliev y su equipo descubrieron que los hongos intestinales pueden causar una inflamación destructiva en los pulmones después de una infección por COVID-19 al acelerar las células inmunes llamadas neutrófilos. Estas células producen altos niveles de una proteína que estimula la inflamación llamada citocina IL6 y pueden permanecer elevadas en los pacientes hasta un año después de la infección.

"Te encuentras en una situación en la que tu sistema inmunológico siempre está alerta", dice Iliev.

El micobioma también podría ser un componente crítico del eje intestino-cerebro, el modo de comunicación bidireccional entre los dos órganos. Los estudios muestran que los micobiomas de las personas con autismo son diferentes a la flora intestinal fúngica de las personas sin autismo. Más allá del intestino, los desequilibrios fúngicos también están relacionados con enfermedades respiratorias como el asma y la enfermedad pulmonar obstructiva crónica, así como con varias enfermedades de la piel.

¿Cómo se puede mejorar el micobioma?

Hasta ahora, la mayoría de los estudios sólo han demostrado correlaciones entre los desequilibrios fúngicos y las enfermedades, dice Ng. El siguiente paso es empezar a observar si los desequilibrios microbianos causan enfermedades. Los científicos pueden hacer esto estudiando ratones libres de gérmenes, explica, un proceso que implicaría introducir microbios en los intestinos de los ratones para ver si desarrollan síntomas de enfermedad gastrointestinal.

Pero el "santo grial", afirma Ng, será aprovechar el micobioma para tratar enfermedades.

Eso ya está en marcha. Los científicos buscan medicamentos o suplementos nutricionales que puedan reequilibrar el microbioma, incluidos los hongos. Ghannoum ha publicado recientemente los resultados de ensayos clínicos que muestran que los suplementos nutricionales diseñados para descomponer las biopelículas fúngicas y bacterianas y reequilibrar el intestino pueden reducir potencialmente los síntomas gastrointestinales.

"Aún estamos en una etapa temprana", afirma Ghannoum.

Ng, que no participó en el estudio, dice que este tipo de intervenciones son prometedoras. "Creo que podremos tratar muchas afecciones diferentes utilizando este tipo de terapia", afirma.

Ng añade que ella y sus colegas han demostrado que los trasplantes fecales pueden ser eficaces en el tratamiento de determinadas enfermedades. Ha tenido éxito en el tratamiento de la enfermedad de injerto contra huésped, que ocurre cuando un paciente que recibe un trasplante rechaza el tejido nuevo. Ng ha descubierto que aislar los microbios de las heces de individuos sanos y trasplantarlos a un paciente enfermo puede reducir los síntomas de la enfermedad de injerto contra huésped en los niños.

Para las personas sanas, los expertos dicen abrumadoramente que la mejor manera de tener un micobioma saludable (y también un microbioma saludable) es comer una dieta diversa llena de frutas y verduras fibrosas, hacer ejercicio y controlar el estrés. Mientras tanto, el consumo de alcohol, el tabaquismo y las dietas ricas en azúcares y sales procesadas pueden alterar el equilibrio del micobioma, dice Ghannoum.

"Siempre digo que es como un jardín. En verano, se fertilizan las flores y se arrancan las malas hierbas", dice Ghannoum. "Está en nuestras manos: podemos hacer lo mismo para reequilibrar el intestino y tener buena salud".



Bien, hasta aquí la nota de la National Geographic. Espero que les haya interesado y, más aún, que les sea útil.

¡Feliz Navidad!
¡Hasta la próxima!

domingo, 17 de diciembre de 2023

Audiovisual

 Así es, queridos amigos, he querido que esta nota les presente un contenido puramente audiovisual, para variar un poco el formato habitual. Lo que no va a variar es la temática que vuelve a ser la Inteligencia Artificial, sus progresos, su posible consciencia, el futuro con ella, etc. Y he seleccionado para escoger los videos una fuente seria como es Deutsche Welle.

En una nota futura comentaremos lo que en los tales videos se dice, por el momento, los dejo entretenerse con ellos.

¡Hasta la próxima!


¿La inteligencia artificial amenaza la identidad humana?

https://www.youtube.com/watch?v=YUZoeRTRFyU&t=16s

¿Podrán los seres humanos amar a los robots con IA?

https://www.youtube.com/watch?v=MMAvjs46tnY&t=58s

¿De qué es capaz la inteligencia artificial?

https://www.youtube.com/watch?v=34Kz-PP_X7c&t=238s

Robocalipsis

https://www.youtube.com/watch?v=sHVwwriaT6k&t=21s

Líderes mundiales debaten riesgos de la inteligencia artificial

https://www.youtube.com/watch?v=2fNP_MUx8nw


domingo, 10 de diciembre de 2023

¿Serán conscientes o no?

 

En varias notas he manifestado, estimados amigos, que mi impresión es que la consciencia es el fruto de la actividad de la red neuronal que adquirimos de los genes maternos y paternos, de modo que no se ve imposibilidad teórica para que se pueda emular la dicha red neuronal con dispositivos electrónicos y lograr así seres conscientes no biológicos. Y, además de lo que ya hemos hablado en notas anteriores, siguen acumulándose novedades que hacen a este tema.

Por ejemplo, el prestigioso Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT por las iniciales de su nombre en inglés, Massachusetts Institute of Technology) que, como ustedes sabrán es una universidad privada localizada en Cambridge, Massachusetts (Estados Unidos) y considerada por numerosos rankings como una de las mejores y más prestigiosas universidades a nivel mundial, manteniendo durante diez años consecutivos el título de la mejor universidad del mundo según la clasificación mundial de universidades QS. Ese prestigioso instituto, digo, realizó una investigación que vinculó biología con tecnología, que puede tener varias aplicaciones en el desarrollo de IAs, llegando a la conclusión de que el cerebro humano procesa la información de una manera “sorprendentemente similar” a la de los modelos computacionales o viceversa, si ustedes quieren.


Los seres humanos, desde que nacen, se encuentran expuestos a constantes procesos de aprendizaje. Con esa motivación, investigadores del Instituto Tecnológico de Massachusetts, compararon el procesamiento de información del cerebro humano con el funcionamiento de modelos computacionales avanzados y hallaron que ambos componentes funcionan de manera “sorprendentemente similar”.

Este recientemente identificado vínculo entre la biología y la tecnología tiene consecuencias significativas y amplias. Arroja nueva perspectiva sobre el fenómeno de la cognición humana, al mismo tiempo que respalda de manera sólida las actuales metodologías de desarrollo en inteligencia artificial.

Es que las tácticas empleadas por las neuronas para establecer conexiones y aprender de los estímulos del entorno comparten similitudes con los algoritmos de aprendizaje autodirigido, que posibilitan a las máquinas aprender de la experiencia sin instrucciones explícitas.

Esto quiere decir, en buen romance, que, si la red neuronal biológica y los programas computacionales que constituyen una IA funcionan de manera similar y de los primeros emerge una consciencia, es dable esperar que de los segundos también emerja.

Bueno, bueno, Martín, pero, antes de seguir por qué no nos explicas qué es el aprendizaje autodirigido.

 Bien, se trata de una rama del aprendizaje automático que se centra en la habilidad de un sistema para aprender y hacer inferencias a partir de datos que no han sido etiquetados previamente, es decir, que no estaban en su base de datos.

 Tal como les dijera en la nota Novedades en la IA: La red neuronal es capaz de aprender nuevos conceptos y combinarlos con los que ya están registrados en su data.

Algo, queridos amigos, que suena muy parecido a… ¡pensar!

 El aprendizaje autodirigido se diferencia del aprendizaje supervisado en que este último depende de un conjunto de datos extensivamente aportado por humanos para entrenar modelos.

 El aprendizaje autodirigido permite a los modelos computacionales generar sus propias conclusiones a partir de la estructura inherente de los datos no procesados. Este enfoque simula de manera más auténtica la manera en que los seres humanos aprenden sobre su entorno, observando y deduciendo patrones sin instrucciones explícitas.

 Por ejemplo, al presentar a una IA una imagen de un paisaje urbano, el sistema podría identificar y separar elementos como edificios, vehículos y peatones, aprendiendo de esta manera qué características definen cada uno de esos elementos y cómo se relacionan entre sí dentro del entorno visual, sin que haya sido necesario enviarle previamente las fotos de los coches, edificios y personas del entorno.

 El contraste entre el aprendizaje supervisado y el autodirigido es significativo en términos de eficiencia y capacidad de generalización. Mientras que el aprendizaje supervisado puede requerir miles de ejemplos etiquetados para entender un concepto, el aprendizaje autodirigido puede lograr una comprensión similar con menos recursos, ya que se basa en la estructura de los datos para autogenerar sus etiquetas y conclusiones.

 Ahora bien, estimados amigos, esto es en el área de la programación de las IA, pero también hay novedades en el área del hardware, o sea, del soporte electrónico de dichos programas, de la maquinería. Se trabaja desde hace años en un enfoque de inteligencia artificial inspirado en la arquitectura del cerebro humano. El resultado es un sistema compuesto por una cantidad enorme de cables colocados sobre un lecho de electrodos. El sistema recibe la señal de entrada y produce la de salida mediante impulsos eléctricos. Cada uno de los cables es tan pequeño que su diámetro se mide en nanómetros (milmillonésimas de metro).

Es decir, tanto en lo que hace a los programas de IA como en lo que hace a los circuitos que los soportan nos acercamos, cada vez más, a lo que es el cerebro humano y a como trabaja. Y no es raro que así sea, la Naturaleza ha diseñado, a lo largo de miles de años de evolución, un dispositivo maravilloso que funciona a las mil maravillas: el cerebro. Lógico es, entonces, que nuestros esfuerzos vayan en la dirección de copiarlo.

 Y, más allá de las obvias implicancias que todo esto tiene en la mejora de las IA que amenazan con superar todos los límites imaginables, también está el tema, que a mi me interesa mucho, de que, si seguimos este camino llegaremos a obtener seres conscientes o no. Daremos respuesta de este modo a la acuciante pregunta de si la consciencia es producto del alma o si es producto del hardware y del software del cerebro, sea biológico o electrónico.

 No falta mucho para saberlo, amigos. ¡Estaré atento para informarles!

 ¡Hasta la próxima!

domingo, 3 de diciembre de 2023

Minitour por la historia de la Filosofía - Nota 2

Seguimos en este minitour explorando la Filosofía de la Grecia antigua, queridos amigos, aun cuando repitamos el pensamiento de algunos filósofos. Una segunda mirada siempre hace bien a la interpretación del pensamiento de estos titanes.

La Antigua Grecia es, sin lugar a dudas, el lugar privilegiado de la filosofía, marcando un antes y un después en la historia del pensamiento. Aquí emerge una nueva manera de razonar, acompañada por grandes filósofos griegos que aún son objeto de reflexión en la actualidad.

Aunque los más conocidos son Sócrates, Platón y Aristóteles, como ya hemos visto en la nota anterior, existieron muchos otros pensadores antes y después de ellos. En este artículo, queridos amigos, veremos un listado con los 19 filósofos de Grecia más importantes para la historia de esta disciplina. Abordaremos sus contribuciones y su manera de ver la realidad. ¡Vamos allá!

La vuelta a los filósofos griegos

Es posible que uno se pregunte por qué volvemos a Grecia siempre que hablamos de Filosofía.

Y es que una serie de sucesos preparó el terreno para que la filosofía emergiera. Uno de ellos es la adopción de la escritura y la adquisición de una mentalidad racional. Esto en contraposición a los relatos míticos que circulaban en su momento. De esta manera, surgió un nuevo modo de contemplar la realidad.

En este sentido, la siguiente lista de eruditos da cuenta de la nueva etapa que nace en la historia del pensamiento. Ella no solo es importante para la época en que surgió, sino también para nosotros mismos, herederos de la filosofía griega.

1. Tales de Mileto (624 a. C. – 546 a. C.)

El pensamiento de Tales de Mileto, a quien Aristóteles consideró como uno de los «primeros que filosofaron», se inscribe bajo la reflexión sobre la naturaleza. En ella este filósofo descubre un principio elemental que es causa de todo lo que existe. Los filósofos lo denominan como arché y en el caso de Tales dicho origen es la humedad o el agua.

Tales de Mileto decía que agua somos y de agua venimos, porque eso para él es la naturaleza misma, la fuente de todas las cosas, y el principio originador, el inicio del universo. Por aquel entonces creía que la Tierra era un disco plano que flotaba sobre el agua, y que el principio de todas las cosas era el agua (es decir, todo proviene del agua y, finalmente, todo vuelve al agua). Y, por lo tanto, creía que todo en el universo era solo una modificación del agua.

Un punto muy interesante de su reflexión es que no existe algo así como una naturaleza muerta o inerte; en cuanto ella existe es real y, por tanto, debe estar viva.

Su fuente de vida será la humedad. De esta manera, Tales introduce una novedad en el campo de la reflexión filosófica: la de poner en relación algo conocido con algo viviente o en movimiento. Filósofos posteriores interpretan esto como el ser humano existiendo en armonía con la naturaleza.

2. Anaximandro (610 a. C. – 546 a. C.)

Se cuenta que Anaximandro fue oyente de Tales y él también dio una respuesta a la pregunta sobre el principio de la realidad. Este filósofo sostuvo que el origen de la realidad es lo indefinido, en griego tó ápeiron. Esta indefinición tiene un aspecto material, ya que contiene los gérmenes de los elementos opuestos, es decir, caliente y frío, húmedo y seco, entre otros.

Dicha oposición se forma por fuera del principio que propone este pensador, generando así todo lo que existe. Tiempo después, Heráclito de Éfeso dirá que de estos opuestos surge la armonía. Sin embargo, Anaximandro fue el primero en darse cuenta de ello, debido a que consideraba que había un pasaje entre el equilibrio y el desequilibrio; ambos eran necesarios para volver a un estado de justicia.

Para Anaximandro pues, el principio de todo no es algo material, como si lo era para Tales; más bien es el infinito: de él se desprenden elementos como el calor, el frío, lo seco y lo húmedo y de la interacción de estos es que brota toda la naturaleza.

3. Parménides de Elea (515 a. C. – 470 a. C.)

Junto con Heráclito, Parménides es uno de los filósofos griegos más influyentes en la historia del pensamiento. En primer lugar, nos ofrece una nueva perspectiva para pensar y es la de preguntarnos por el ser de las cosas. En específico, la cuestión es divagar en torno al ser o no ser de la realidad.

Así, nos presenta dos caminos contrarios entre sí. Uno es la vía de la verdad, representado a través del ser, y el otro es la senda de la opinión, es decir, el no ser. De esta manera, aquel que desea sumergirse en las profundidades del conocimiento debe recorrer el camino del ser.

Por su parte, el segundo de ellos está formado por la ilusión que supone para nosotros las cosas sensibles u objetos. Esto se debe a que Parménides considera que la multiplicidad se opone al carácter único del ser.

De tal manera, este filósofo abre una nueva línea de pensamiento. En ella se privilegia la pregunta por la existencia de las cosas, es decir, no lo supone, como es el caso de los filósofos anteriores.

4. Heráclito de Éfeso (535 a. C. – 470 a. C.)

El pensamiento de Heráclito es divergente debido a las múltiples interpretaciones que sus fragmentos pueden ocasionar. Es uno de los filósofos griegos más reconocidos dentro de los presocráticos. Su reflexión lo lleva a postular que la naturaleza se encuentra estructurada según un logos o razón que ordena la totalidad del universo.

Dicho logos es común a todo lo que existe, por lo tanto, la tarea del sabio es descubrir esta estructura ordenadora. Heráclito considera que la razón del universo está compuesta por la unidad de los elementos opuestos. Esto se conoce como la armonía en los contrarios.

Heráclito utiliza la metáfora del río (­nunca te bañarás en el mismo río) para ilustrar la fugacidad y el cambio permanente de la realidad. Nunca te bañarás en el mismo río porque sus aguas ya no son las mismas (la siguiente vez), ni tu eres el mismo.

5. Anaxímenes (585 a. C. – 528 a. C.)

Seguidor de Anaximandro, Anaxímenes es otro de los filósofos griegos presocráticos que dio una respuesta sobre el principio de la realidad. Según él, el aire es el origen de todas las cosas.

Su propuesta filosófica es interesante porque a este elemento lo vincula con el alma. Él explica que el aire es el elemento vital del mundo, ya que sin este moriría, tal como cualquier persona fallecería sin él.

Podemos preguntarnos qué ocurre con los demás elementos. Anaxímenes propone que lo cálido, lo húmedo y lo seco derivan del elemento primordial, es decir, del aire. Yendo incluso un paso más allá, sostiene que los mismos se forman a partir de la condensación y la rarefacción del principio originario.

6. Jenófanes (570 a. C. – 478 a. C.)

Jenófanes no es de manera estricta un filósofo, más bien se dedicó a la poesía. Sin embargo, en varios de sus poemas se puede rastrear cierto contenido filosófico relacionado con la religiosidad de su época.

Este erudito fue un crítico de la religión y exhibe una propuesta revolucionaria para ese momento. Para él, existe un Dios unitario, que es el más grande de todos los hombres e incluso de los dioses mismos.

De este modo, fue considerado como el padre del monismo filosófico. Filósofos posteriores, como es el caso de Platón, redujeron su concepción religiosa de la siguiente manera: si dios es todo, y como dios es uno, todo es uno.

Asimismo, Jenófanes se encargó de delimitar los límites del conocimiento humano. En este sentido, sostuvo que los seres humanos no pueden conocer con certeza las cuestiones que conciernen a los dioses, solo pueden tener meras opiniones al respecto. Esto es muy similar a la propuesta de Platón, como veremos.

7. Anaxágoras (500 a. C. – 428 a. C.)

Anaxágoras entra también dentro de los filósofos presocráticos. Como dijimos, la reflexión de estos pensadores giró en torno al problema de la naturaleza y la razón que marca la regularidad del mundo que nos rodea. Además, era conocido en Atenas como un «experto del cielo». Esto se debe a que sus contemporáneos dicen que prestándole atención a la bóveda celeste pudo prever la caída de un meteorito.

Este hecho trajo como consecuencia que Anaxágoras considerara que los astros son piedras y no dioses. Por supuesto que fue exiliado por sus dichos, ya que no respetaba las creencias y tradiciones de los dioses. Otro concepto muy importante de este filósofo es el de noús o intelecto.

De acuerdo él, esta inteligencia era la causante del cambio y el devenir en el mundo. Anaxágoras miró a su alrededor y se dio cuenta de que no existe tal cosa como una realidad estática, sino que esta se encuentra en continuo movimiento.

8. Pitágoras (570 a. C. – 490 a. C.)

Pitágoras es uno de los filósofos griegos más importantes de la historia; inició el pitagorismo. Este movimiento filosófico sostuvo que el principio de todas las cosas se encontraba en los números. De ahí su relevancia para las matemáticas.

El hecho de que el origen de todo sean los números significa que la realidad puede explicarse a través de proporciones numéricas. Incluso, postularon su concepción de la armonía como aquella relación entre lo limitado y lo ilimitado.

Lo ilimitado se representa a través de los números pares, mientras que lo limitado se ilustra con los números impares. De la unión de ambos, surge la unidad. Por otro lado, sostuvieron una visión muy innovadora en relación con el alma humana, que luego Platón retomará con algunas modificaciones.

Según Pitágoras, el alma es inmortal y cuando alguien muere la misma pasa a otro ser humano. Así puede aproximarse de manera gradual hacia la sabiduría.

Se sabe que Pitágoras nació en Samos, probablemente en el año 569 antes de nuestra era. Aparentemente, era hijo de un mercader, al que acompañó en muchas de sus correrías. Se tiene constancia de que recibió una buena educación, la cual incluía poesía e interpretación de la lira.

Lo más probable es que sus dos grandes maestros hayan sido Tales de Mileto y Anaximandro, discípulo del primero. Parece que el propio Pitágoras los buscó para formarse con ellos cuando tenía entre 18 y 20 años. Quedó sumamente impresionado por sus conocimientos en matemáticas y cosmología. Tales le aconsejó ir a Egipto para profundizar en el mundo de los números.

Todo parece indicar que Pitágoras viajó durante varios años. Haciéndole caso a su maestro fue a Egipto, pero también a Fenicia, Babilonia, Arabia y quién sabe a cuántos lugares más. Al parecer, estuvo preso en Babilonia y allí entró en contacto con una secta de magos de la época.

No se sabe cómo fue liberado, pero sí que, luego de ello, viajó a Crotona, en el sur de Italia. Allí, dio inicio a su propia escuela que podría haber contado con más de 300 miembros en su mejor momento.

9. Empédocles (483/2 a. C. – 430 a. C.)

Empédocles es conocido por desarrollar una teoría sobre el origen del universo, partiendo de que el mismo es formado a partir de los cuatro elementos: agua, fuego, aire y tierra.

En un principio reinaban el bien y el orden. Luego el odio se interpuso generando diversificación y división en los seres. Es interesante que, en la explicación de este filósofo, el amor y el odio son dos fuerzas que generan unión o separación.

10. Protágoras (481 a. C. – 411 a. C.)

Protágoras fue un sofista griego y gran adversario de Sócrates y Platón. Estos últimos no estaban de acuerdo con las prácticas de enseñanza que mantenía, ya que las consideraban como interesadas. Sin embargo, su pensamiento tiene un profundo sentido filosófico.

En este orden de ideas, Protágoras sostiene que es imposible alcanzar una verdad absoluta y universal para todos los seres humanos. La causa de ello se encuentra en el constante cambio que sufre nuestro entorno.

Este relativismo subjetivista se encuentra representado en su célebre frase: «El hombre es la medida de todas las cosas». Con ella nos quiere demostrar que cada uno de nosotros estamos condicionados por la época en la que vivimos.

Esto quiere decir que lo que era verdad hace 100 años, puede que no lo siga siendo en la actualidad. Este postulado, entonces, es una crítica que el sofista hace contra todos aquellos que pretendían alcanzar verdades invariables y universales.

11. Sócrates (469 a. C. – 399 a. C.)

¿Habrá ser humano que no conozca a Sócrates? Es uno de los filósofos griegos más importantes de la historia. Nació en el año 469 a. C. en Atenas, donde vivió toda su vida hasta el año 399 a. C.

Su pensamiento fue muy revolucionario para la época, ya que marcó un antes y después en la reflexión filosófica. En primer lugar, convierte a la filosofía en una forma de vida y pone en el centro de su pensamiento al ser humano.

Por otra parte, se interesa en especial por el quehacer político de Atenas, en un momento histórico en que esta ciudad se encontraba en decadencia. Por lo tanto, la filosofía de Sócrates se preocupa en especial por la virtud del ser humano, para que sea un sujeto justo en el orden político.

Gracias a la biografía de Sócrates, hoy sabemos que su aspecto era motivo de burlas, ya que no era agraciado. Además, era muy austero, pues siempre llevaba la misma capa y su mesa era muy exigua. Mantenía una vida sencilla pero notable debido a su gran inteligencia. En particular, se volvieron célebres sus preguntas, siempre incisivas.

Sócrates resaltó por sus razonamientos y por la facilidad con que usaba las palabras en sus conversaciones. Filósofos como Jenofonte, Aristófanes y Platón lo describieron como un sabio apasionado por el diálogo.

Uno de sus principales aportes fueron el método del diálogo y la ética. Su filosofía enseña que la verdad está dentro de uno mismo. Por lo tanto, no hay que buscarla en el mundo, sino darle a luz a través del pensamiento, del cuestionamiento, de la filosofía.

Durante mucho tiempo, Sócrates solía caminar por Atenas, charlando con jóvenes y adultos, ya fueran ricos o trabajadores. Estas charlas eran parte de su forma especial de enseñar, llamada «mayéutica».

Sócrates decía que su técnica era como la labor de una comadrona, como lo fue su madre. Su objetivo era ayudar a la gente a «dar a luz» sus propias ideas y descubrir verdades que ya estaban en su mente. Lo hacía mediante preguntas y cuestionando las respuestas que le daban, para ver si lo que decían era real o solo una idea errónea.

En los escritos de Platón, vemos que Sócrates tenía un estilo particular al hablar. Empezaba elogiando a la persona con la que hablaba y se mostraba como alguien que no sabía nada. Luego, hacía preguntas hasta que la persona se diera cuenta de que en realidad no sabía mucho sobre el tema.

Para Sócrates, era importante que la gente se diera cuenta de su ignorancia. Decía que no puedes aprender si crees que ya lo sabes todo. El primer paso para ser sabio es admitir que no se sabe (sólo sé que nada sé). Una vez que la persona admitía esto, Sócrates usaba la mayéutica. Con más diálogo y preguntas, ayudaba a la persona a encontrar una respuesta clara.

Como ya hemos esbozado un poco, su método, la mayéutica, consistía en formular una pregunta tras otra, de modo que a través de las respuestas se fuera estableciendo un hilo discursivo coherente. Su capacidad para ahondar en cualquier tema con gran ingenio comenzó a darle fama y pronto se hizo célebre en Atenas, y llegaron a su lado muchos discípulos.

Lo que este filósofo hacía era cuestionar «las certezas». Sus seguidores lo amaban porque su método los hacía partícipes en la construcción del conocimiento y de las ideas. Su alumno más brillante fue Platón. De hecho, gracias a este último se recuperó buena parte del pensamiento socrático, ya que el padre de la filosofía nunca escribió.

El método socrático se puede dividir en dos grandes partes: la ironía socrática y la mayéutica como procedimiento. El primero, a su vez, se divide en dos:

La ironía:
Sócrates actuaba como si no supiera nada sobre el tema a discutir y preguntaba sobre ello con ironía. La ironía era una actitud que le permitía suspender sus saberes para escuchar y ayudar al interlocutor a ver sus propias verdades.

La refutación: mediante este recurso, Sócrates demostraba la ignorancia de la persona. Para ello exponía las contradicciones de las ideas y argumentos.

Después de la ironía y la refutación venía la mayéutica. Sócrates buscaba ayudar a la persona a dar a luz un nuevo conocimiento, luego de que ella se hubiera despojado de lo que sabía. Destruir para luego construir con base en una nueva verdad, esa era su ruta.

Este pensador rompió con la tradición filosófica que, hasta ese momento, solo se enfocaba en el cosmos y su origen. Por tanto, inauguró un giro en la historia de la filosofía griega —llamado período antropológico— al reflexionar sobre el ser humano y la ética.

Según Sócrates, nadie obra mal a sabiendas. Es decir, defendía que el hombre no puede hacer el bien si no lo conoce. Por ejemplo, aquel que engaña al prójimo ignora que los beneficios de la honestidad (confianza, honorabilidad, estima, etc.) son muy superiores a los que puede proporcionar el engaño (riquezas, poder, entre otros).

Asimismo, afirmaba que el ser humano aspira a la felicidad y que solo la conducta virtuosa es la que lo conduce a ella. Cabe destacar que, para este pensador, la virtud no es una cualidad innata, o que surge de manera espontánea en ciertos hombres. Al contrario, esta puede aprenderse mediante el razonamiento.

De esta forma, la sabiduría, la virtud y la felicidad son nociones inseparables en la filosofía socrática. Como vemos, el conocimiento está en el centro de las reflexiones éticas de Sócrates, y el primer paso para alcanzarlo es la aceptación de la propia ignorancia.

Así, surge con Sócrates un método que nos permite formular conceptos, desde el saber que poseemos hacia el fundamento de ese conocimiento. Esto seguirá desarrollándose a lo largo de toda la historia de la filosofía.

12. Leucipo (460 a. C. – 370 a. C.)

Poco se conoce sobre este filósofo, sin embargo, diversas fuentes revelan que fue discípulo de Parménides o Zenón de Elea. A su vez, fue maestro de Demócrito, uno de los representantes del atomismo. Los gérmenes de esta teoría se encuentran en el pensamiento de Leucipo, quien sostuvo que el universo estaba formado por átomos y vacío.

Leucipo reflexionó sobre cómo son generadas las cosas que nos rodean. En este sentido, consideraba que los objetos se producen por la unión de los átomos en el vacío. Cuando apreciamos la corrupción o la destrucción de los mismos se debe a que estas partículas se separan unas de otras en el vacío. Podemos pensar que aquí se encuentra los inicios de la física moderna, ¿verdad?

13. Demócrito de Abdera (460 a. C. – 370 a. C.)

Demócrito de Abdera es uno de los continuadores de la filosofía atomista iniciada con Leucipo. La novedad se encuentra en la herencia que recibe de los presocráticos y que supo sintetizar a la perfección. Así, Demócrito sostiene que el ser y el no ser son representados a través de los átomos y el vacío, respectivamente.

De esta manera, el fundamento de todo lo que existe está en los átomos, infinitos en cantidad. Además, ofrece un marco para pensar el cambio y la transformación de las cosas, a través de la noción de vacío. Por esto se considera que Demócrito ofrece una solución racional al problema del ser y el devenir.

14. Platón (427 a. C. – 347 a. C.)

Sin lugar a dudas, Platón es uno de los pensadores más influyentes de la filosofía. No solo por ser discípulo y continuador del pensamiento de Sócrates, sino por sus aportes a la disciplina. Ellos fueron determinantes para su desarrollo posterior.

Su contribución más importante fue su teoría de las ideas, a partir de la cual se despliega toda su filosofía. La misma sostiene que la realidad está dividida entre el mundo sensible y el mundo de las ideas. Esta última representa la verdad absoluta, y por tanto es fuente de verdadero conocimiento.

La realidad sensible solo puede ser una copia imperfecta de esta última y por eso solo pueden llegar a formularse meras opiniones sobre ella. Platón es uno de los primeros filósofos que expone de manera sistemática una doctrina filosófica. Luego, la misma será criticada o reformulada pero todavía en la actualidad es objeto de reflexión.

El mito de la caverna de Platón nos permitió entender de qué manera este filósofo percibía el mundo. Una relación entre lo físico y el mundo de las ideas que dan lugar a una realidad llena de luces y de sombras. Platón (428 a. de C.-347 a. de C.) usa esta figura alegórica para explicar la difícil tarea del filósofo de intentar guiar a las personas hacia el conocimiento verdadero, pues, de acuerdo con él, la gente puede llegar a sentirse cómoda en su ignorancia y a rechazar cualquier posible mirada emancipadora.

Podemos encontrar este texto en el libro VII de La República y se nos presenta a través de un diálogo en el cual Sócrates, maestro de Platón, conversa con uno de sus discípulos sobre la importancia del conocimiento y la educación en la forma en la que cada uno de nosotros percibe la realidad. Por una parte, tenemos la realidad tal cual es. Por otra, nos encontramos con una realidad ficcionada donde nuestras creencias e ilusiones toman protagonismo. Pero, antes de sumergirnos más en todo esto, ¿qué narra el mito de la caverna?

En el mito se nos presenta a unos hombres encadenados en lo más profundo de una caverna donde solo pueden ver una pared. Nunca, desde que nacieron, han podido salir y tampoco han podido mirar hacia atrás para saber el origen de las cadenas que les atan.

Sin embargo, a sus espaldas hay un muro y un poco más lejos una hoguera. Entre el muro y la hoguera hay hombres que portan objetos. Gracias a la hoguera, las sombras de los objetos son proyectadas sobre la pared y los hombres encadenados pueden verlas.

Los hombres sola habían visto lo mismo desde que nacieron, por lo que no tenían la necesidad, ni la curiosidad de darse la vuelta y comprobar qué era lo que reflejaban esas sombras. Pero esta era una realidad engañosa, artificial. Esas sombras los distraían de lo que era la verdad.

Sin embargo, uno de ellos se atrevió a girar y ver más allá. En un principio se sintió confuso y todo le molestaba, sobre todo esa luz que veía al fondo (la hoguera).

Entonces, empezó a desconfiar. ¿Había creído que las sombras eran lo único existente cuando no era así? Cada vez que avanzaba, sus dudas le tentaban con la posibilidad de regresar a sus sombras.

No obstante, con paciencia y esfuerzo siguió adelante. Acostumbrándose, poco a poco, a lo que ahora le resultaba tan desconocido. Sin dejarse vencer por la confusión ni entregarse a los caprichos del miedo, salió de la caverna.

Eso sí, cuando corrió hacia atrás para contárselo a sus compañeros, estos le recibieron con burlas e, incluso, violencia. Un menosprecio que reflejaba la incredulidad que sentían aquellos habitantes de la caverna por lo que el aventurero les contaba.

La Alegoría de la caverna tiene distintos planos de análisis en razón al punto de la historia en el que decidamos enfocarnos. Así, por un lado, el mito se refiere a la naturaleza humana y a nuestras propias limitaciones corporales para alcanzar la plenitud del conocimiento. El paso de la ignorancia al mundo de las ideas es posible solo si nos liberamos de nuestras ataduras perceptuales y buscamos el conocimiento a partir de la reflexión intelectual.

Por otra parte, si tomamos al sol como una metáfora del bien y del verdadero conocimiento y al preso liberado como representación de la figura del filósofo, podríamos ver en el mito la postura de Platón en cuanto a la importancia de la filosofía para guiar a las personas hacia el conocimiento y del lugar del filósofo como aquel que ha alcanzado un estadio superior y estaría en condición de mostrar a otros la verdad.

Así pues, los personajes son en realidad individuos que no tienen el conocimiento de las cosas y que son arrastrados por lo que dicen los demás y no se dejan guiar por la luz de la razón. El ascenso de los encadenados hacia la salida es la representación del largo camino que debe seguir el hombre: quitarse las cadenas, voltear el rostro y caminar cuesta arriba, hacia la salida, hacia el verdadero conocimiento, hacia la Verdad.

Finalmente, podemos hacer una interpretación desde el plano pedagógico, en cuanto el mito muestra cómo no solo es necesaria la presencia de un maestro que nos guíe, sino, sobre todo, la voluntad para buscar el conocimiento y el deseo individual de abandonar la ignorancia.

El preso que sale de la caverna debe adaptarse a la luz, o sea, a ver las cosas en su verdadera realidad. El hombre libre que ha desatado el yugo ficción y de la esclavitud debe regresar nuevamente a la caverna para llevar a la luz a los otros que se han quedado dentro de ella. Pero ¿para qué?, pues para que caminen hacia la razón y el conocimiento. Para romper las cadenas de los sujetos atrapados, el hombre libre (el filósofo) debe usar la dialéctica:

«[…]el método dialéctico es el único que marca, cancelando los supuestos, hasta el principio mismo, a fin de consolidarse allí. Y dicho método empuja poco a poco al ojo del alma, cuando está sumergido realmente en el fango de la ignorancia, y lo eleva a las alturas, utilizando como asistentes y auxiliares para esta conversión a las artes que hemos descrito» (Patón, 2011).

La dialéctica ayuda a los hombres a subir, pero también la necesidad de conocimiento que tienen en su alma y en su razón, ya que el camino de ascenso satisface este anhelo que algunos tienen por comprender la realidad de las cosas. Entonces, se puede decir, a modo de cierre, que hay personas encargadas de desencadenar a los demás y llevarlos a la luz, al conocimiento, para que vean las cosas en la realidad (Calva, 2013).

https://www.youtube.com/watch?v=PCJC1MNtryU&t=16s

15. Teofrasto (371 a. C. – 287 a. C.)

Teofrasto tiene un lugar destacado entre los filósofos griegos, ya que fue discípulo de Aristóteles, llegando incluso a compilar sus obras. Se ocupó de variados temas, no obstante, su contribución a la lógica fue muy importante. Tanto es así que es considerado como uno de los grandes lógicos de la época.

Esto se debe a que compuso un sistema lógico basado en ideas aristotélicas, sumado a sus propios descubrimientos. Asimismo, el concepto de noús o intelecto vuelve a aparecer en escena con él, pues este era considerado la parte superior y divina del ser humano.

16. Aristóteles (384 a. C. – 322 a. C.)

Aristóteles es uno de los filósofos griegos más importantes, culminando la triada de intelectuales griegos con Sócrates y Platón. Su pensamiento siguió la línea de este último en relación con el problema de los universales. Es decir, cómo podemos comprender el mundo que nos rodea de manera verdadera.

En este sentido, sugiere utilizar a la lógica como un instrumento que nos ayude a razonar correctamente. Junto con esto, su fin es llegar a consolidar definiciones o conceptos. Para ello, se aleja del dualismo platónico entre mundo inteligible y mundo sensible. En su lugar, Aristóteles nos propone que para lograr un conocimiento verdadero es necesario captar lo universal en lo individual.

Esto significa que en cada cosa presente del mundo que vivimos podemos aprehender lo general que en ello se esconde. De manera similar a Platón, desarrolló una ética-política cuyo bien principal es la ciudad.

No obstante, existen diferencias entre ambos filósofos. En este sentido, Aristóteles sostiene que para lograr la felicidad es necesario que el ser humano desarrolle sus capacidades en el seno de una ciudad.

La gran importancia de Aristóteles exigirá una nota más amplia en el futuro.

17. Epicuro (341 a. C. – 271 a. C.)

El pensamiento de este griego puede resumirse en utilizar la filosofía como medicamento de manera tal que aleje los males que afligen al ser humano. Ahora bien, ¿a qué males se refiere? Se trata de las opiniones que circulan en relación con la muerte, los dioses y el sufrimiento.

La propuesta filosófica de Epicuro es conocer la verdadera naturaleza de las cosas y aplicar estos mismos saberes a nuestra vida diaria. Sobre los dioses, este filósofo sostiene que los mismos en realidad no están tan interesados en los asuntos humanos como creemos. Por eso no debemos temerles, porque tienen poca incidencia en los asuntos mundanos.

Del mismo modo, no debemos temerle a la muerte, puesto que mientras estamos vivos no podemos sentirla. El filósofo nos invita a reconocer nuestra condición mortal. Así podremos vivir de manera plena, sabiendo que en algún momento nuestra vida tendrá un fin.

18. Zenón de Citio (334 a. C. – 262 a. C.)

A Zenón de Citio se lo conoce por ser uno de los filósofos griegos de la época helenística. El mismo fue iniciador de la escuela filosófica conocida como estoicismo. Su nombre se debe a que Zenón se reunía con sus seguidores frente a los pórticos del ágora de Atenas (stoa poikilê). Allí, la primera generación de filósofos estoicos se congregaba y daba sus conferencias. Fue la escuela más importante del periodo helenístico, y su popularidad se mantuvo también durante la época romana.

En cuanto a su pensamiento, se puede sintetizar bajo la sentencia «vivir según la naturaleza». La filosofía iniciada por este sabio es más bien práctica y un concepto que lo ilustra muy bien es el de áskesis. La misma significa afinar algo mediante una práctica. Y, en este sentido, el ejercicio que los estoicos proponían era vivir conforme a la naturaleza.

Ahora bien, ¿qué significa esto? Zenón y el estoicismo en general, nos quieren decir que debemos tomar consciencia del estado natural del ser humano. Así, debemos adecuar nuestras conductas a pautas que no pongan en peligro ese estado natural.

19. Diógenes Laercio (180 d. C.- 240 d. C.)

Diógenes Laercio fue un historiador. Merece estar dentro de la categoría de filósofos griegos debido a la importancia que su figura representa. Él es nombrado por muchos estudiosos de la filosofía porque reconstruyó en un libro gran parte del conocimiento antiguo.

En este sentido, la obra mediante la cual se hizo conocido Diógenes Laercio fue Vidas y opiniones sobre los filósofos, en la cual sostiene una gran tesis sobre el origen de la filosofía. Además, expone que la misma es y debe ser de origen griego, lugar en el que incluso sitúa el inicio de la especie humana.

Importancia de los filósofos griegos

Volver a los filósofos griegos es muy importante, no solo porque, como hemos dicho, existe un común acuerdo en situar el inicio de la filosofía en Grecia, sino porque estos pensadores marcaron la agenda del porvenir filosófico. Es decir, fueron el punto de partida alrededor de los cuales comenzó a motorizarse la historia del pensamiento.

En sus inicios, los filósofos presocráticos nos proporcionaron fundamentos racionales para explicar el origen del universo. Más aún, fueron los primeros en darse cuenta de que vivimos en un mundo en constante cambio. Ante ello, cada uno dio una respuesta distinta para explicar este fenómeno.

De esta manera, los siglos siguientes fueron discusiones sobre lo ya dicho y nuevas maneras de dar respuesta a los fenómenos con los que se encontraban. Así, la historia de la Filosofía se caracteriza por este diálogo atemporal. Todavía hoy seguimos debatiendo con estos filósofos más influyentes de la historia.

Bien, es todo por ahora. Sin embargo, me queda mencionarles que esta nota la he construido en base a los trabajos de Cristina Roda Rivera, Gema Sánchez Cuevas, Raquel Lemos Rodríguez y Jennifer Rojas, publicados en La mente es maravillosa.

Ahora sí, ¡Hasta la próxima!


Conjeturas, hipótesis, teorías.

La especulación o conjetura, es una forma filosófica de pensar para ganar conocimiento yendo más allá de la experiencia o práctica tradicion...