domingo, 13 de agosto de 2023

Oppenheimer

 Hace pocos días, estimados amigos, concurrí al cine a ver el film Oppenheimer, en compañía de un exalumno mío que gentilmente me había invitado. Si bien yo sabía de quién se trataba y que proyecto había liderado, la película me aportó aspectos de la vida de Oppenheimer que yo desconocía. De entre todos ellos, el que más llamó mi atención fue que se trataba de una persona naïve.
Robert Oppenheimer
 ¿Por qué digo esto?
 Porque Oppenheimer siempre creyó que la bomba atómica, y los conocimientos y tecnología que implica, debía ser controlada por un gobierno mundial que impidiera su mal uso.
 ¡Como se ve que Oppenheimer no había leído las notas de mi blog 😉 y no se había enterado que el homo no es sapiens, sino predator! Y pretender que el homo predator se comporte como él pedía es, como mínimo, una utopía. Y a guisa de ejemplo, de UN ejemplo, no de EL ejemplo, les cuento la historia de Curtis LeMay.

 El General Curtis LeMay era un guerrero frío y beligerante que fue retratado en la película satírica Dr. Strangelove, como el general de gatillo fácil Jack D. Ripper.
 En las campañas aéreas contra Japón durante la Segunda Guerra Mundial, LeMay abandonó la política establecida del bombardeo de precisión a la luz del día. En cambio, cargó sus B29 con bombas incendiarias y los envió a lo largo de las ciudades japonesas durante la noche. Como LeMay describió: Los B29 "chamuscaron, cocinaron y hornearon hasta la muerte, a unos 330.000 japoneses".
 Después de la Segunda Guerra Mundial, LeMay sirvió en el Pentágono. En 1947, fue trasladado a Wiesbaden, Alemania para comandar las Fuerzas Aéreas de EE.UU. en Europa. Regresó a los EE.UU. en octubre de 1948 para hacerse cargo del Comando Aéreo Estratégico (SAC).
 El primer plan de guerra de LeMay, redactado en 1949, propuso la descarga de "todo el arsenal de bombas atómicas en un solo ataque masivo" - dejando caer 133 de ellas en 70 ciudades de la Unión Soviética, en un lapso de 30 días. Él pensaba que había que aprovechar la ventaja nuclear que, en ese momento, llevaba EE.UU. sobre los soviéticos. Hacia el final de su mandato, el SAC estuvo en constante alerta y listo para ejecutar un ataque atómico sin cuartel en cualquier momento. LeMay fue comandante del SAC hasta junio de 1957.
 Fue nombrado Vice Jefe de Estado Mayor de la Fuerza Aérea de los Estados Unidos en 1957 y Jefe de Estado Mayor en 1961. Como miembro del Estado Mayor Conjunto durante la Crisis de los Misiles de Cuba, LeMay recomendó que el presidente John F. Kennedy enviara la Armada y el SAC a rodear Cuba y si es necesario, "freírla". Cuando la crisis terminó pacíficamente, LeMay lo llamó "la mayor derrota de nuestra historia."
 Noel Twyman en Sangrienta Traición escribió sobre la agria relación del general LeMay con el presidente Kennedy:
 John Kennedy y su gente clave estaban decididos a tomar el control sobre los militares - una hazaña que ningún presidente había logrado desde la Segunda Guerra Mundial. Los jefes se resintieron con los Kennedy y sus jóvenes promesas que tenían poca o ninguna experiencia en el mando militar, los jefes estaban acostumbrados a presidentes que les permiten hacer sus cosas sin una molesta interferencia de políticos.
 Tal vez los dos generales más peligrosos de todos fueran Curtis LeMay y su jefe del Comando Aéreo Estratégico, el General Thomas Power. El general LeMay era legendario por su manía de empezar la Tercera Guerra Mundial provocando a la Unión Soviética con los vuelos de reconocimiento no autorizados que penetraron sus límites prohibidos.
 LeMay al parecer se había vuelto inmune al horror de la matanza. Había dirigido el ataque incendiario con napalm contra Japón –estimando que murieron "más personas en un período de seis horas que en cualquier momento en la historia del hombre". Dijo de la guerra: "Hay que matar a la gente y cuando has matado lo suficiente dejan de pelear". Una vez dijo: "Matamos -qué- veinte por ciento de la población de Corea del Norte" Más de dos millones de civiles murieron en la campaña de LeMay de bombardeos con napalm y destrucción de enormes presas para inundar las vías fluviales.
 En la década de 1950, bajo Eisenhower, LeMay tenía autoridad para ordenar un ataque nuclear sin autorización presidencial, si el presidente no podía ser contactado. Esa opción fue extendida hacia los niveles inferiores por el general Thomas Power, jefe de la SAC, quien el mismo LeMay describió como "no estable" y un "sádico". La propuesta de LeMay para un madrugador ataque nuclear y la destrucción masiva de los soviéticos fue desechada por Eisenhower, a quien LeMay llegó a considerar como indeciso. Se disgustó aún más con Kennedy, a quien LeMay consideró un cobarde. LeMay habló abiertamente sobre un ataque preventivo en el que cien millones de personas morirían.
 Si alguna vez hubo un general loco, que diera un golpe de Estado, ese parece haber sido el general Curtis LeMay.
 Después de LeMay se retiró de la Fuerza Aérea, se asoció con el gobernador segregacionista George Wallace en una candidatura fracasada para la vicepresidencia. En los años posteriores a su fallida carrera política se convirtió en algo así como un recluso, rara vez salía de su casa. LeMay murió en 1990.
 Como pueden ver, estimados amigos, se torna muy difícil concretar la utopía de Oppenheimer con homos como LeMay. Y suerte tuvo la humanidad de que sus "planes" con respecto a la URSS no se concretaran. ¡Y bastante cerca de ello estuvieron!
 Para completar el perfil de LeMay, vayan algunas frases y anécdotas:
 - "Recuerdo Curtis LeMay sentado allí [en una galería del hospital, en la autopsia de JFK] con un gran cigarro en la mano". - Paul O'Connor, técnico de laboratorio que ayudó en la autopsia del presidente Kennedy, citado por William Law, en el Ojo de la Historia. ¿Qué hacía LeMay en Dallas, Texas, a poco del atentado contra JFK? Según mi hipótesis personal (que será motivo de una nota o más en el futuro), controlaba que JFK estuviera efectivamente muerto. De no ser así vaya a saber hasta donde habría llegado. 
 - "¡Tranquilo! ¿Por qué estás tan preocupado por salvar sus vidas? ¡Todo el tema es matar a los bastardos! Al final de la guerra, si hay dos estadounidenses y un ruso, ¡hemos ganado!" Thomas Power, comandante en jefe del Comando Aéreo Estratégico 1957-1964, en declaraciones a William Kaufmann de la RAND Corporation en 1960, citado por Fred Kaplan, Los Hechiceros de Armageddon
 - "Bueno, tal vez si hacemos bien este sobrevuelo, podemos conseguir que empiece la Tercera Guerra Mundial." - Curtis LeMay, en declaraciones a Hal Austin, miembro de la tripulación del RB-47 'Stratojet' de la 91ª Ala de Reconocimiento Estratégico, citado por Paul Lashmar, Washington Post, "Stranger than 'Strangelove': Incursiones de un general en la Zona Nuclear," 03 de julio 1994, C9.
 - "Mirando atrás a todo ese lío de Cuba, una de las cosas que me horroriza más fue la falta de un juicio amplio por algunos de los jefes de los servicios militares. Cuando usted piensa en el largo proceso de selección competitiva que tienen que sortear para llegar a ser el hombre número uno de su servicio en particular, desde luego, es razonable esperar que también sean brillantes, con un amplio buen criterio. Durante años he estado buscando en esas filas de cintas y esas cuatro estrellas y concediendo una cierta calificación superior que no se obtiene en la vida civil. Bueno, si –y– son lo mejor que los servicios pueden producir, mucha más atención se deberá dar sus consejos en el futuro antes de que cualquier acción sea tomada como resultado de ellos."- El presidente Kennedy, hablando con el Secretario de Marina Auxiliar Paul Fay, The Pleasure of His Company
 - "Recientemente, en una cena en Georgetown, la esposa de un senador líder se sentó junto al general Curtis LeMay, jefe del Estado Mayor de la Fuerza Aérea. Él le dijo que una guerra nuclear era inevitable. Comenzaría en diciembre y estaría todo terminado el primero de año. En ese intervalo, cada ciudad importante de Estados Unidos –Washington, Nueva York, Filadelfia, Detroit, Chicago, Los Angeles– sería reducida a escombros. Del mismo modo, las principales ciudades de la Unión Soviética serían destruidas. La señora, como ella misma relató, le preguntó si había algún lugar donde pudiera llevar a sus hijos y nietos con seguridad; el general, por supuesto, en la primera alerta estaría dentro de una guarida subterránea de alto secreto, cerca de Washington, desde el ataque de represalia sería lanzado. Él le dijo que ciertas áreas despobladas en el lejano oeste serían seguras ". - Marquis Childs, columnista nacional sindicado, Washington Post, 19 de julio 1961.
 Creo que queda claro, queridos amigos, que, si uno va a evaluar el posible curso futuro de las acciones, en cualquier campo, no debe descartar los LeMays que pueden aparecer en el camino. Justamente esto es lo que no hizo Oppenheimer.
 Pero, como dice el tango: La historia vuelve a repetirse, mi muñequita dulce y buena... 
 ¿Y en qué campo se repite, Martín?
 Pues, como ya hemos adelantado en este foro, se repite el mismo error con la Inteligencia Artificial ya que, al mejor estilo Oppenheimer, se propone que un foro mundial controle su desarrollo y crecimiento.
  Jajaja, no, queridos amigos, no. Esto es desconocer en forma supina a los LeMays, que ya estarán diciendo: Debemos adelantarnos a los chinos, o debemos adelantarnos a los americanos. Es desconocer en forma supina que el homo no es sapiens, es predator.
 
 Bien, en una próxima nota veremos en qué anda la IA, al día de hoy.
 ¡Hasta entonces!

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