domingo, 19 de febrero de 2023

El padre de la patria

 Una de las acepciones de la palabra padre, estimados amigos, es: Autor, creador o fundador de algo. Por ejemplo, Cervantes es el padre de la novela moderna.

 Bien, es en ese sentido que “el padre de la Patria” debe ser alguien que ha cumplido el rol de fundador de la misma. En Argentina, se atribuye ese rótulo al General Don José de San Martín. Y, a mi modo de ver, ello no resulta del todo correcto. Digo esto sin la menor intención de menoscabar la gloria que, merecidamente, le cabe al gran Libertador. El luchó por la Patria, pero, no la fundó.

¿Y a quién, entonces, deberíamos atribuir la tal distinción?

 Pues, sin ninguna duda, a Juan Bautista Alberdi.

 ¿Por qué Alberdi, Martín?

 Bueno, más allá de que lo veremos con más detalle, vaya una frase que lo pinta de cuerpo entero al creador de nuestra Constitución: …pero no olvidéis que la Constitución y las leyes constituyen el método más poderoso de pacificación y de orden. 
 
Veamos un par de frases más que nos pinten el pensar de nuestro hombre:

 * Hay que combatir el hambre y la ignorancia, porque el hambre se vende y la ignorancia se equivoca.

 * Todas las teorías que pretenden explicar la producción de la riqueza y la supresión de la pobreza por otros medios que el trabajo y el ahorro, en vez de la ociosidad y el dispendio, son teorías falsas, de engaño y de ruina que, lejos de servir para remediar las crisis, solo sirven para producirlas y agravarlas.

Pero, conozcamos más de cerca a Alberdi:

Juan Bautista Alberdi

 Juan Bautista Alberdi nació en el año 1810 en San Miguel de Tucumán, Argentina. Sus orígenes eran españoles, su padre, Salvador Alberdi, era un comerciante procedente de Guipúzcoa, en el País Vasco. Salvador tenía una pulpería que marchaba muy bien. Acotemos, también, que, en el conflicto entre Argentina e Inglaterra, fue uno de los encargados de defender la capital.

Su madre, Josefa Aráoz, era de origen criollo, miembro de una de las familias de mayor relevancia de la ciudad de Tucumán. Lamentablemente, Josefa falleció al dar a luz a Juan Bautista Alberdi, por lo que creció huérfano de madre. La familia de Alberdi tomó parte activa durante la Revolución de Mayo de 1810, acontecimiento político que alumbró la futura independencia de Argentina, hasta entonces dependiente de España.

El padre de Juan Bautista Alberdi falleció cuando este contaba con tan solo 11 años de edad. Huérfano ya de padre y madre, Juan quedó bajo la tutela del resto de sus hermanos. Se trasladó, entonces, a la ciudad de Buenos Aires para continuar su educación. Gracias a una subvención del gobierno, se pudo inscribir en el Colegio de Ciencias Morales.

Posteriormente, Juan Bautista Alberdi se matriculó, primero en la Universidad de Buenos Aires, después en la Universidad de Córdoba y finalmente en la de Montevideo (Uruguay), para estudiar jurisprudencia, disciplina en la que más adelante alcanzaría el grado de doctor, en Chile.

Paralelamente a su formación académica incursionó en el terreno musical y llegó a dominar diferentes instrumentos, como el piano, la flauta o la guitarra. De hecho, la primera obra que Juan Bautista Alberdi escribió trataba no de leyes, sino de música. La tituló El espíritu de la música.

De regreso a San Miguel de Tucumán, trabajó junto a Alejandro Heredia, gobernador de la región, preparando una obra a la que tituló Memoria descriptiva de Tucumán.

Tras la estancia en Tucumán, Juan Bautista Alberdi decidió regresar a la capital argentina. Era el año 1835. Una vez allí, Alberdi se sumó al Salón Literario, fundado por el escritor Marcos Sastre. Allí se llevaban a cabo reuniones donde los autores de la llamada Generación del 37 podían charlar y poner en común sus diferentes puntos de vista sobre diferentes temas.

La tal Generación promovía ideas democráticas y liberales. El grupo abogaba por una solución intermedia que satisficiera a aquellos que abogaban por la construcción de una nación unitaria pero también a los que preferían un modelo federalista. Alberdi estudió en profundidad la situación política para preparar su tesis doctoral.

Esta investigación le llevó a la elaboración de su obra, Fragmento preliminar al estudio del derecho. En ella exploraba diferentes vías para tratar de solventar los problemas en los que Argentina se encontraba sumida en estos convulsos años. Con ella sentó las bases del historicismo jurídico de este país.

Era el año 1837, un año prolífico en el que también emprendió el nuevo proyecto de creación de un diario, al que bautizó como La Moda, donde precisamente trataba sobre ese tema, especialmente hablando de las corrientes más importantes que había en el continente europeo en aquellos años. También trataba sobre otras artes, como la literatura o la música. El propio Juan Bautista Alberdi utilizaba el pseudónimo de Figarillo para escribir en esta publicación.

Sin embargo, La Moda tuvo una vida corta. Tan solo veintitrés números después, la publicación se discontinuó.

Durante estos años, la provincia de Buenos Aires estaba gobernada por Juan Manuel de Rosas, del cual Juan Bautista Alberdi era un firme opositor. Esto dio motivo a que se iniciara una persecución política tanto hacia él como hacia los miembros del Salón Literario, que tuvo que ser disuelto. Sin embargo, se creó, en secreto, una nueva asociación, llamada La joven Argentina, cuyo dirigente era el propio Alberdi. Pero, la situación era peligrosa y muchos de sus miembros decidieron salir de Argentina. En el caso de Juan Bautista Alberdi, su destino fue Montevideo, la capital de Uruguay. Fue un hecho dramático ya que, por esta época, él ya contaba con pareja y un hijo de corta edad y tuvo que separarse de ellos. ¡El futuro padre de la patria no llegó a ejercer como padre biológico!

En Uruguay profundizó sus ideas que recibieron gran aceptación. También tuvo la oportunidad de trabajar, tanto como abogado, dada su formación, como de periodista, oficio en el que también contaba con experiencia previa. Fue la época además en la que publicó dos obras de teatro diferentes. La primera se tituló La Revolución de Mayo, mientras que la segunda llevó el nombre de El gigante Amapolas.

También residió durante un tiempo en Chile, donde se convirtió en un abogado de renombre y donde, además, logró completar su tesis doctoral para doctorarse en esta disciplina. La tesis se tituló se llamó "Sobre la conveniencia y objetos de un congreso general americano". En dicha obra ya avanzaba la idea de la creación de un órgano supranacional que pusiera en común los intereses de las regiones hispanoamericanas.

Pasó un tiempo también en Europa, concretamente en París, estudiando la obra de Montesquieu, que era el germen para la creación de las constituciones de los florecientes países del continente americano. Estudió en concreto el modelo de la constitución de los EEUU, estudiando ideas para una futura constitución para Argentina.

En 1852 tuvo lugar la Batalla de Caseros, donde el Ejército Grande, compuesto por diferentes provincias argentinas, países colindantes y exiliados, acabaron con las fuerzas de la Confederación Argentina, movimiento al que pertenecía el gobernador Rosas. Esto supuso el regreso de aquellas personas que habían tenido que huir de la región previamente, como era el caso de Juan Bautista Alberdi.

El estudio de otras cartas magnas le valió a Alberdi la capacidad para enfrentarse a la tarea más importante de su vida: preparar el terreno para la nueva constitución que tendría que tener una Argentina independiente. Publicó una primera aproximación a esta cuestión, llamada Bases y puntos de partida para la organización política de la República Argentina.

Al año siguiente publicaría un nuevo tratado como extensión del anterior, titulado "Elementos de derecho público provincial argentino". Una de las claves que Juan Bautista Alberdi estableció como base para estos documentos fue el corte liberal que se apreciaba tanto en las cuestiones económicas como en las políticas.

Otra obra que escribió en esta línea fue la de Sistema económico y rentístico de la Confederación Argentina. Finalmente, en el año 1853 se reunieron las autoridades pertinentes en Santa Fe y sancionaron la nueva Constitución, utilizando los documentos que Juan Bautista Alberdi había preparado a tal efecto, por lo que se le puede considerar como el padre de la constitución argentina.

Tras estos acontecimientos, Juan Bautista Alberdi fue elegido como miembro del cuerpo diplomático, para el cual se trasladó a Europa, con el objetivo de conseguir el reconocimiento internacional de Argentina como país soberano, antes de que lo consiguieran los partidarios de la creación del Estado de Buenos Aires, que pretendía la independencia de esa región.

Juan Bautista Alberdi logró este propósito y la República Argentina se convirtió en una realidad. En 1878, volvió a su tierra natal, Tucumán, donde fue elegido como diputado. Este cargo le duró dos años, al serle retirado por un conflicto entre dos sectores que pugnaban por el establecimiento de la capital, que finalmente cayó del lado de Buenos Aires. Los diputados que no apoyaron este movimiento, fueron cesados del cargo.

En el año 1880, Juan Bautista Alberdi fue nombrado doctor honoris causa por la Universidad de Buenos Aires, concretamente desde la facultad de Derecho. Para entonces su salud ya era muy frágil, por lo que no pudo participar en los discursos. Uno de los alumnos leyó su texto por él. Se titulaba, La omnipotencia del Estado es la negación de la libertad individual.

Un último conflicto con el presidente Bartolomé Mitre, que se opuso a la edición de sus obras completas, provocó que Juan Bautista Alberdi emigrase a París, en Francia, donde falleció en el año 1884.



Como pueden ver, queridos amigos, Alberdi fue una figura excluyente en la formación de la República Argentina y nos dejó una especie de tutorial acerca de cómo construir un país y nos advirtió, como vimos en la frase del comienzo, sobre cuál es la mejor manera de comportarse para vivir en paz y en orden.

Por supuesto que, haga uno lo que haga, siempre se recogerán elogios y críticas y Alberdi tiene sus detractores. Sin embargo, creo yo que, puestas sus acciones en la balanza, pesa mucho más lo positivo que lo negativo. Es más, a mi modo de ver, es el verdadero Padre de la Patria.


Y, para ampliar el tema, les dejo a continuación un link a un archivo sobre Alberdi, escrito por el distinguido constitucionalista mendocino Dardo Pérez Guilhou:

https://www.dropbox.com/s/oyqwnd1ffm97405/Alberdi.pdf?dl=0

                                         ¡¡¡NUEVO NÚMERO!!!

Y ya sobre el final, les traigo, como es habitual, esta noticia: La dirección electrónica desde donde podrán bajar el nuevo número del Boletín de Novedades en la Ciencia y en la Tecnología, el 157.

Hela aquí: https://www.dropbox.com/scl/fi/mdl94hurhsrg7odsn8myp/CyT-157.docx?dl=0&rlkey=burwn4ar0cutiiqbdl3yibpt8
 Recuerden que, la manera de operar es copiando el enlace y pegándolo en la ranura de direcciones, luego Enter.

El número 157 del Boletín trae artículos muy interesantes, como:

ANTROPOLOGÍA - ¿Cómo perdieron la cola los primates que se convirtieron en humanos?

ÉTICA CIENTÍFICA Y PSICOLOGÍA - Videojuegos y dilemas morales

FÍSICA - La teoría de la relatividad: explicación fácil y ejemplos

GENÉTICA - La longevidad a la vista

INTELIGENCIA ARTIFICIAL - 10 usos sorprendentes para ChatGPT Smart Chatbot

MEDICINA - Nanopartícula con múltiples fármacos anticáncer

...y muchos más. ¡Disfrútenlo y hasta la próxima!






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