domingo, 22 de enero de 2023

Las pruebas de Tomás

 La tarde discurría morosamente cuando Nivi (o sea, yo, ¿recuerdan?) dio en recordar una anécdota del pasado… que añoro, un tiempo viejo que lloro y que nunca ha de volver…, eehhh, no, perdón. Digo, una anécdota del pasado en la que, con unos briosos 29 años, me encontraba con unos amigos disfrutando de una deliciosa pizza en una pizzería céntrica de Mendoza, Argentina.

La charla derivaba por diversos carriles cuando, imprevistamente, fuimos a dar al origen del Cosmos. Orgulloso, expuse entonces una hipótesis que se me había ocurrido a mis aún más briosos 17 años (dicho sea de paso, la Ciencia también la ha contemplado). La misma consistía en suponer que el Universo, que se había iniciado con un Big Bang, o sea con una Gran Explosión se expandiría, haciéndose cada vez más grande, hasta que la gravedad de la materia que contiene lo frenaría y comenzaría una etapa de compresión que terminaría con un Big Crunch, o sea con un Gran Aplastamiento, para recomenzar con un nuevo Big Bang.

Uno de los comensales, mientras masticaba una especial de jamón y queso, me preguntó:

Þ          ¿Y cuándo ocurrió este proceso por primera vez?

Þ           Nunca, contesté. Ha ocurrido siempre y siempre ocurrirá. Es cíclico.

Alarmado, a mi amigo casi se le atraganta el bocado y, dejando la porción en el plato, me dijo:

Þ          ¿Qué? ¿Supongo que no pensarás que voy a creer que un proceso natural no tiene comienzo ni fin, que es eterno?

Mantuve la calma ante ese embate iconoclasta y, sabiendo que mi amigo era creyente, contraataque diciendo:

Þ          ¿Pero cómo? ¿Vos si podés creer que un ser poderoso, llamado Dios, que no podemos ver ni palpar, es eterno y ha existido siempre y siempre existirá y no podés creer que un Universo, que si podés ver y palpar, tiene los mismos atributos?

Un pesado silencio se abatió sobre la mesa y juzgamos oportuno entonces dedicarnos, mejor, a cosas más mundanas como la especial de jamón y queso.

 

Pues bien, queridos amigos, el recordar esta anécdota me hizo reflexionar también en lo mucho que el hombre ha querido siempre “inventar” a Dios. Al menos, en el curso de la Historia (o sea sin contar con la Prehistoria de la que no tenemos registros) no ha habido civilización que no haya tenido un Dios o varios Dioses. Y, siguiendo la cadena de pensamientos, fui a parar a Tomás de Aquino y sus cinco pruebas de la existencia de Dios. Y es acerca de ellas que quiero que reflexionemos en esta nota.

 

La existencia de Dios ha sido durante mucho tiempo un tema de gran interés para las personas de todo el mundo. Numerosos teólogos, filósofos y observadores cotidianos tienen argumentos avanzados a favor y en contra de la probabilidad de que una Deidad todopoderosa reine sobre el universo. El teólogo y filósofo medieval Tomás de Aquino aportó, en el siglo XIII, cinco argumentos clásicos intentando demostrar la existencia de Dios.

Pero… ¿Quién fue Tomás de Aquino?

Tomás de Aquino (también conocido como Tomás de Aquin o Aquino) fue un sacerdote dominico italiano de la Iglesia Católica medieval. El nombre «Aquino» no es un apellido, sino más bien un nombre que se le dio en virtud de su lugar de origen.

Nacido en el año 1225, Tomás se convertiría en uno de los teólogos más destacados de la Europa anterior a la Reforma. Fue un prolífico defensor de la teología natural y fue inmensamente influyente en el pensamiento occidental.

Gran parte de la filosofía moderna tiene una deuda de gratitud con sus escritos.

Como queda dicho, Tomás nació en el año de 1225 en el reino de Nápoles. Hijo del Conde Landulf y la Condesa Teodora de Theati, Su familia esperaba que siguiera el camino benedictino, ya que era el destino esperado para cualquier hijo de la nobleza italiana.

Por lo mismo, muy pronto comenzó su formación en instituciones educativas y religiosas. A los 16 años dejó la Universidad de Nápoles, donde había estudiado con los dominicanos y franciscanos.

Tenía la intención de continuar su formación dominicana, lo que no agradó a su familia. De hecho, los biógrafos de Tomás de Aquino cuentan que decidieron encerrarlo durante más de un año en el castillo de Roccasecca, donde había nacido, para evitar su ingreso en dicha orden. ¡Vaya con los métodos pedagógicos de la familia!

Finalmente, pasado el encierro, ingresó en 1244 a la Escuela Dominicana de Colonia (insistidor el hombre), y en 1245 a la Universidad de París, donde se formó en filosofía y teología de la mano de Alberto Magno. Para 1248 fue nombrado profesor, y es esta la época donde inicia formalmente su vida académica, literaria y publica.

Después de haber estado durante muchos años en Francia, donde desarrolló gran parte de su obra, Tomás de Aquino regresó a Nápoles. Murió en la misma ciudad el 7 de marzo de 1274 por una enfermedad repentina. 50 años después de su muerte fue canonizado y reconocido como uno de los intelectuales más representativos del medievo.

  El 11 de abril de 1567 el papa Pío V honró su memoria con el título de Doctor de la Iglesia, título otorgado por el papa o un concilio ecuménico a ciertos santos en razón de su erudición y en reconocimiento como eminentes maestros de la fe para los fieles de todos los tiempos.

  El pensamiento filosófico de Aquino es uno de los más influyentes en la liturgia cristiana, especialmente en la Iglesia Católica Romana. Se le reconoce como un importante empirista de tradición aristotélica, que influyó en el desarrollo posterior de la filosofía occidental.

Entre otras cosas, Aquino sostenía que para el ser humano era imposible adquirir cualquier conocimiento verdadero sin ayuda de Dios, ya que es este último quien tiene el poder de transformar el intelecto en acto.

Decía, no obstante, que los seres humanos sí tenemos la posibilidad de conocer una parte del mundo de manera natural (sin intervención divina). Había entonces dos tipos de componentes del conocimiento verdadero. Por un lado, la verdad se conoce a través de la razón, es decir, por “revelación natural”. Por otro lado, la verdad se conoce por medio de la fe, que se corresponde con una “revelación sobrenatural”. Esta última nos es dada en las sagradas escrituras y las enseñanzas los profetas; mientras que la primera tiene que ver con la naturaleza humana.

Para Tomás de Aquino, era posible encontrar pruebas racionales de la existencia de Dios y de sus atributos (la verdad, el bien, la bondad, el poder, el conocimiento, la unidad). En cambio, la Trinidad sólo se puede conocer a través de revelaciones sagradas especiales.

Más que elementos contradictorios, para Tomás de Aquino, la razón y la fe son complementarios, y su ejercicio es lo que lleva al conocimiento verdadero.

Entre los filósofos anteriores, que marcaron de manera importante sus obras, se encuentra Platón, las principales teorías de Aristóteles, el pensamiento del judío Avicena, y la obra de Alberto Magno, con quien se formó durante muchos años.

Su pensamiento teológico estuvo influenciado de manera importante por la obra de Agustín de Hipona, la biblia y los decretos de los concilios y los papas. Es decir, combina el pensamiento de la filosofía griega con la doctrina cristiana.

Retomando la conexión entre razón y fe, para Aquino, la teología (la doctrina sagrada) es en sí misma una ciencia. Y las escrituras sagradas son la replicación fiel de los datos de dicha ciencia, ya que han sido producidas tanto por revelación como por conocimiento natural.

Para Aquino, el objetivo último de la teología es el uso de la razón para conocer a Dios y para encontrar salvación verdadera. En la misma línea habló de las propiedades esenciales de Dios, sosteniendo que su existencia no es evidente y que no puede ponerse fácilmente a prueba.

En una de sus grandes obras, Summa Theologica, sostiene sus argumentos ontológicos sobre la existencia de Dios: hay cinco vías que se corresponden con cinco cualidades de Dios y son, por lo tanto, pruebas racionales de su existencia:

Vía Primera: Dios en simple (no se descompone en partes más simples).

Vía Segunda: Dios es perfecto (a diferencia de cualquier otro ser, no le falta nada).

Vía Tercera: Dios es infinito (porque su naturaleza es distinta de la finitud de la física).

Vía Cuarta: Dios es inmutable (su esencia y carácter no se modifican).

Vía Quinta: Dios es unidad (no se diversifica dentro de sí mismo).

Así mismo, Tomás de Aquino sostiene que la existencia de Dios puede comprobarse a través del movimiento de los objetos, a través de la jerarquía de los valores y los elementos del mundo, a través de cómo están ordenados los cuerpos naturales y a través del mundo de las posibilidades.

Y así llegamos a las cinco pruebas de la existencia de Dios de Tomás de Aquino.

Partiendo de la lógica del maestro Aristóteles, Tomás de Aquino describió razones, que juzgó convincentes, para que las personas adopten la existencia de Dios. Sus argumentos fueron:

Argumento del movimiento

Dicho de manera muy simple, la prueba de movimiento dice que algo en movimiento tenía que ponerse en tal situación. En otras palabras, si algo se está moviendo, alguien o algo tuvo que moverlo. Por ejemplo, un automóvil se mueve porque un pie empuja el acelerador. Sin embargo, ¿quién empuja el pie? Por supuesto, la persona pegada al pie lo hace. Pero, ¿quién empuja a la persona que empuja el pie, que empuja el coche? En una escala mayor, ¿quién empuja la Tierra?, ¿quién mueve a la persona, ¿quién empuja el pie, ¿quién empuja el automóvil?

La respuesta firme de Aquino es Dios. Dios es el primer y último motor. ¡El movimiento es prueba de que Él existe!

Argumento de causa

Es similar a la prueba del movimiento, esta prueba argumenta que todo lo que es se ha hecho. Dicho de otra manera, alguien hizo que existiera. Sí, algunas cosas tienen muchos creadores, ¡pero en última instancia debe haber un creador supremo que hizo todos los demás creadores!

Por ejemplo, echemos un vistazo a la jalea. La gelatina está hecha de frutas y azúcar. Algún agricultor en algún lugar plantó algunas semillas para obtener caña de azúcar y fresas, pero ¿quién hizo las semillas? Más aún, ¿quién hizo al granjero? Del mismo modo, el aire está compuesto de oxígeno y nitrógeno, pero ¿quién compuso estos elementos? Estamos hechos de agua y sustancia viscosa, pero ¿quién nos hizo?

Una vez más, Tomás de Aquino respondió: Dios. Dios es el primer y último creador. ¡Él lo ha causado todo!

Argumento de la perfección

El universo contiene una pirámide de seres (desde organismos simples y básicos hasta organismos avanzados como los humanos). Este «grado de perfección cada vez mayor» apunta hacia un ser final que debe ser perfecto e ideal.

Argumento del diseño

El mundo contiene un orden o diseño observable. Tal diseño no puede atribuirse al objeto u objetos en cuestión. Debe haber un Diseñador externo para dar cuenta de la complejidad de la vida y el orden del universo. De nuevo, si hay un reloj, debe haber un relojero. No puede el reloj provenir de la nada.

Argumento de la necesidad

Todo lo que existe lo hace en relación con otras cosas. Dentro de esta red observada de relaciones, todo lo que existe depende de otra cosa. Sin embargo, una regresión infinita de tales relaciones es contradictoria e imposible. Debe haber un «ser necesario» que no depende de nada más para su existencia.

 

Bien, hasta aquí la inteligente labor de Tomás. No queda sino reconocer que fue una sólida argumentación para el siglo XIII. Sin embargo, los siete siglos transcurridos desde entonces han aportado otras alternativas a la misma. Comencemos por considerar la que casi hace atragantar a mi amigo con la especial de jamón y queso:

El Universo, tal como lo conocemos, comienza con un gran estallido, el Big Bang como lo bautizara risueñamente el físico ruso George Gamow. A partir de allí, el tal Universo se expande, producto de la explosión, pero, la materia que contiene ejerce una fuerza de atracción que provoca que dicha expansión se vaya frenando, se detenga y se invierta el movimiento, de modo que ahora el Universo se contrae hasta que llega al punto inicial, donde la materia, brutalmente condensada (es el Big Crunch), explota nuevamente provocando otro ciclo de expansión-contracción.

Este ciclo de expansión-compresión podría haber existido desde siempre y existir por siempre, tornando innecesaria la labor de un Creador. ¿Qué puede haber existido igual un Creador? Si, puede haber existido igual, pero ya no es necesario como suponía Tomás.

Cabe acotar que los últimos descubrimientos destacan que la velocidad de expansión se está acelerando, no frenando. Sin embargo, aún queda mucha materia y energía por detectar en el Universo, las así llamadas materia oscura y energía oscura, por lo que el tema está sobre el tapete.

 

Y, en segundo lugar, hay que considerar que en el momento inicial del Big Bang, la materia ocupa un volumen infinitesimal por lo que entra en juego la rama de la Física que estudia lo muy pequeño: la Mecánica Cuántica. Y, según esta, deja de tener validez aquello de que nada puede provenir de la nada. De hecho, y usando el lenguaje técnico, El propio Universo podría haber aparecido debido a una “fluctuación cuántica de la nada”. O sea, todo este Universo, con sus miles de millones de galaxias, sus cientos de miles de millones de estrellas, polvo, seres vivos, etc. podrían provenir… ¡de la nada!

Justo es reconocer que la nada, en Física, no es equivalente a ausencia de absolutamente todo. De hecho, existe una energía de la nada.

Pero, la Mecánica Cuántica es una rama extremadamente compleja de la Física por lo que no pretendo explayarme aquí sobre ella, baste decir que pone en duda la inevitabilidad del principio de causalidad, tan fundamental a los argumentos de Tomás. Para darnos una idea de lo compleja que es la Mecánica Cuántica, nada mejor que escuchar al físico americano, premio Nobel de Física, Richard Feynman quien dijo: “si usted cree haber comprendido la Mecánica Cuántica, es que no ha entendido nada”.

Existen por lo menos tres objeciones al principio de causalidad desde la mecánica cuántica:

La primera es que el carácter no determinista de los sistemas cuánticos es incompatible con el principio de causalidad.

La segunda es que las desigualdades de Bell muestran que hay correlaciones sin una explicación causal. Me siguen, queridos amigos, hay correlaciones, entre partículas, por ejemplo, para las que NO EXISTE UNA EXPLICACIÓN CAUSAL. ¡Sorprendente!, ¿no?

La tercera es que las teorías cuánticas de campo muestran que las partículas pueden venir a la existencia y dejar de existir al azar. ¡Más sorprendente! ¿no?

 

En suma, estimados amigos, yo felicitaría a Tomás de Aquino por su excelente labor, llevada a cabo en el siglo XIII. La actualidad, al considerar otros factores en la ecuación arroja dudas sobre su argumentación. Esto, sin embargo, no quita el mérito por su estupendo trabajo en el tiempo que le tocó vivir.

Y, antes de finalizar, queridos amigos, no resisto la tentación de contarles la anécdota de la vez que Tomás de Aquino me habló. Verán, me encontraba yo huroneando en la biblioteca de los jesuitas, habrá sido en mi cuarto o quinto año de secundaria, cuando vi, en un anaquel, los trece tomos de la Suma Teológica de Tomás. Curioso, elegí uno al azar y lo abrí en una página al azar. Hecho lo cual, seleccione un párrafo al azar y lei: Lo superior a ti, no escudriñes. Juzgué que el propio Tomás me lo decía y entonces, obediente, cerré el libro y lo volví al anaquel... 😄

  Y ya sobre el final, les traigo, como es habitual, esta noticia: La dirección electrónica desde donde podrán bajar el Boletín de Novedades en la Ciencia y en la Tecnología 156.

 Hela aquí: https://www.dropbox.com/scl/fi/5a6vqk25e1fz8lfwijfc4/CyT-156.docx?dl=0&rlkey=vam0mbyvzc8hnmogg3duscyfl
 Recuerden que, la manera de operar es copiando el enlace y pegándolo en la ranura de direcciones, luego Enter.

  El número 156 del Boletín trae artículos muy interesantes, como:

  CIENCIA DE LOS MATERIALES - Una aleación simple reclama la corona del material más resistente jamás registrado

  OBSTETRICIA - Útero con vista: la granja de bebés EctoLife elimina el embarazo y el parto

  MEDICINA - La leucemia "incurable" de un adolescente se cura con una nueva terapia génica de edición básica

  INTELIGANCIA ARTIFICIAL - ¿Qué sigue para la IA?

  MEDICINA - "Horquillas" hechas de ADN artificial sujetan y matan el cáncer

  AUTOMOTORES - Bertone resurge con un hipercoche de 1.100 CV alimentado con residuos plásticos


...y muchos más. ¡Disfrútenlo y hasta la próxima!

 



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