Así es, queridos
amigos, ¡Qué siglo este! ¡Qué siglo!
Resulta ser que, como
se puede presumir, los cambios que el envejecimiento produce en el cuerpo
humano están estrechamente vinculados al desarrollo de las enfermedades
responsables de las muertes en el mundo. Por eso, si envejecemos más
lento, tendremos más años de vida. N’est-ce pas?
Y, entonces, nos
enteramos que la perspectiva de terapias médicas que retrasen el proceso de
envejecimiento se ha acercado un poco más después de que investigadores en
del Instituto Salk, en San Diego, EEUU, trataron animales sanos con una forma
de terapia génica que refrescó las células más viejas, haciendo que los
animales fueran más jóvenes de acuerdo con los marcadores biológicos que se
utilizan para medir los efectos del envejecimiento. Los resultados se
publicaron en la revista especializada Nature Aging. ¿Qué tal?
Está claro que repetir
el proceso en humanos está lejos por ahora y no es una tarea sencilla, pero los
hallazgos impulsarán el interés en nuevas terapias que apunten a
retrasar o revertir el proceso de envejecimiento como un medio para abordar
enfermedades relacionadas con la edad como el cáncer, los huesos quebradizos y
el Alzheimer.
Los niños nacidos en
2070 podrían vivir hasta los 150 años gracias a los avances en la tecnología de
envejecimiento, afirman los principales expertos.
De hecho, estimados amigos,
ya en el 2010, las compañías aseguradoras de EE.UU. otorgaban a los nacidos ese
año una expectativa de vida de 120 años. Esto no solo podría duplicar
la esperanza de vida promedio mundial actual, sino que también podría
reducir el tiempo que las personas viven con problemas de salud relacionados
con la edad.
Lo que alguna vez se
pensó como una fantasía distante ahora se está acercando a la realidad después
de que el citado estudio científico logró revertir de manera segura el
proceso de envejecimiento en ratones de edad avanzada. Los científicos
ahora predicen que la tecnología podría estar lista para los humanos en
unas décadas.
Escuchemos algunas opiniones: El doctor Andrew
Steele, biólogo computacional y autor de Sin edad: la Nueva Ciencia de
envejecer sin volverse viejo (Ageless: The New Science of Getting Older Without
Getting Old), dijo que los ensayos en humanos pronto estarían en el
horizonte. “Sería un tonto si apostara en contra de que funcione en los
próximos 50 años”, dijo.
El profesor Jürg
Bähler, genetista de la Universidad College de Londres (UCL) aseguró que
esta tecnología podría ayudar a aumentar la esperanza de vida hasta en un siglo
y medio como máximo. “Algunas personas, incluyéndome a mí, dirían que hay
un techo natural para la vida humana, alrededor de 150 años, y no se puede ir
más allá”, aseguró.
¿Y cómo es la cosa
actualmente?
La esperanza de vida
para hombres y mujeres a nivel mundial se ubica en 69,8 y 74,2 años, según
datos de la Organización Mundial de la Salud publicados en 2019. En los
países desarrollados las estadísticas son más auspiciosas, como ejemplo, la
expectativa de vida para los nacidos en el Reino Unido es de 79 años para los
hombres y de 82,9 años para las mujeres.
¡Muy bien! Veamos ahora
algo del sustento bioquímico del estudio. Los científicos se basaron en
trabajos previos del premio Nobel japonés, el profesor Shinya Yamanaka,
quien demostró que una mezcla de cuatro moléculas, conocidas como factores
de transcripción de Yamanaka, puede “rebobinar” las células adultas en células
madre jóvenes que son capaces de formar casi cualquier tejido del cuerpo. De
modo que, utilizando estas cuatro moléculas los científicos lograron
restablecer parcialmente las células de los ratones a “estados más juveniles”. Algunos
experimentos previos de rejuvenecimiento celular dieron como resultado que los
ratones desarrollaran cáncer o fallas en los órganos, pero esto no sucedió en
el último experimento.
Los experimentos
demostraron que el rejuvenecimiento fue más efectivo cuando la terapia se
administró durante un período prolongado, de siete a 10 meses, a partir de los
12 a 15 meses de edad de los animales, equivalente a la edad de 35 a 50 años en
humanos. Cuando los animales más viejos, equivalentes a 80 años en términos
humanos, fueron tratados durante un mes, los científicos vieron poco impacto.
(Por ahora, digo yo, ya nos ocuparemos de los viejitos).
Los experimentos
anteriores con los factores de Yamanaka habían contrarrestado los signos del
envejecimiento y aumentado la esperanza de vida en ratones criados con una
enfermedad de envejecimiento prematuro, sin embargo, el último estudio fue el
primero en probarlo en ratones normales.
Los factores de
Yamanaka esencialmente restablecen el reloj molecular dentro de las
células animales, devolviéndolas a un estado más joven y adaptable. Después de
inyectar estas moléculas en ratones de varias edades, los órganos y la piel de
los animales mostraron signos de rejuvenecimiento.
Desde luego, queridos
amigos, que, en la vida nada es cuestión de entrar y servirse. Hay que ir con pie
de plomo con el uso de los factores de don Yamanaka en humanos
porque trabajos anteriores han demostrado que las células completamente
reprogramadas pueden convertirse en grupos de tejido canceroso llamados
teratomas.
El doctor Steele dijo: “No
creo que sea extraño ver reprogramación por rejuvenecimiento en humanos
en los próximos 10, 15, 20 años”. Y explicó que esto podría adoptar una
forma similar a la terapia génica, que consiste en alterar los
genes de una persona infectándola con un virus inofensivo que ha sido diseñado
genéticamente para reemplazar o desactivar un gen defectuoso. “Ya estamos
usando la terapia génica en humanos”, señaló Steele.
Algunos escépticos del
aumento de la longevidad argumentan además que podría conducir a la sobrepoblación
o que el acceso se limitaría a la población de altos ingresos y causaría una
mayor división social.
Ciertamente, son temas
que habrá que atender, en su momento.
Bien, esta noticia,
estimados amigos, es de junio de 2022. Y sucede que, al poco tiempo, agosto de
2022 ya tenemos otra, muy relacionada con la del Instituto Salk. Veámosla:
Descifraron el genoma de
la medusa inmortal
y se abre una puerta
contra el envejecimiento
Se trata de la Turritopsis dohrnii de solo
unos pocos milímetros de longitud, que tiene la asombrosa capacidad de revertir
la dirección de su ciclo vital
Un grupo de científicos de la Universidad de
Oviedo, en España ha descubierto los secretos
de la vida eterna de la denominada ‘medusa inmortal’ mediante una
investigación en la que secuenciaron el genoma del animal y lo compararon con
el de la medusa Turritopsis rubra,
su hermana mortal, para ver en qué se diferencian. ¡Epa, qué tal!
Un equipo de investigadores de la Universidad de
Oviedo ha logrado descifrar el genoma de la medusa
inmortal, Turritopsis dohrnii, y ha definido diversas claves genómicas que contribuyen a extender su longevidad hasta el punto de evitar su muerte. El estudio, que se publica en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS),
ha develado la capacidad de rejuvenecimiento tras la reproducción sexual de la
medusa Turritopsis dohrnii, una
especie que se puede encontrar en el
Océano Pacífico y en el Caribe, aunque también puede hallarse en el Mar
Mediterráneo.
Esta
diminuta medusa, de tan solo unos pocos
milímetros de longitud, tiene la asombrosa capacidad de revertir la
dirección de su ciclo vital hacia un estadio anterior asexual llamado pólipo.
La inmensa mayoría de los seres vivos, tras la etapa reproductiva, avanzan en
un proceso característico de envejecimiento celular y tisular que culmina con
la muerte del organismo. Sin embargo, T.
dohrnii tiene la facultad de escoger otro camino:
revertir su ciclo vital y rejuvenecer.
La clave del rejuvenecimiento está
asociada a los mecanismos que permiten a las células especializadas realizar su
función de reprogramación
Este ejemplar pertenece a la familia de las anémonas y los corales. Y
diferencia de otras medusas, éstas pueden repetir su etapa reproductiva de
forma indefinida. Tras el análisis de miles de genes y su comparación con la
medusa T.Rubra, el resultado
principal ha revelado que las principales diferencias se han encontrado en
varios aspectos como los genes asociados
con la replicación y la reparación del ADN, el mantenimiento de los telómeros,
la renovación de las células madre, la reducción del ambiente celular oxidativo
y la comunicación intercelular, tal y como revelaron los expertos.
En resumen, la clave del rejuvenecimiento está
asociada a los mecanismos que permiten a
las células especializadas realizar su función de reprogramación, y
convertirse en células madre que pueden tener la capacidad de convertirse en
nuevas células del organismo nuevo.
“Lo que hace especial a este animal es la
sinergia de todos esos cambios, que
hacen que esta medusa pueda rejuvenecer. Si se producía un cambio
genético durante la reversión, debería ser por algo importante”, acotan los
autores del estudio. Dicho rejuvenecimiento se llevaría a cabo a través de dos
procesos, la ruta polycomb - mediante la silenciación de genes relacionados con
el desarrollo de la célula - y la pluripotencia celular, es decir, el
incremento de la expresión de los genes relacionados con la capacidad de la
célula de convertirse en otro tipo de célula.
Por
su parte Carlos López-Otin, líder principal de la investigación realizada,
sostuvo que el objetivo principal del estudio pasa por “entender
las claves y los límites de la fascinante plasticidad celular que
permite que algunos organismos sean capaces de viajar atrás en el tiempo”.
Además, el estudio exhaustivo de los cambios en la
expresión génica durante el proceso de rejuvenecimiento en esta medusa inmortal ha permitido descubrir señales de
silenciamiento de genes mediadas por la denominada ruta “Polycomb” y el aumento
de la expresión de genes relacionados con la vía de pluripotencia celular. Ambos
procesos son necesarios para que células especializadas puedan desdiferenciarse
y ser capaces de convertirse en cualquier tipo de célula, formando así el nuevo
organismo. Estos resultados sugieren que estas dos rutas bioquímicas son
mediadoras fundamentales del rejuvenecimiento cíclico de esta medusa.
De modo que es la propia Madre Naturaleza,
queridos amigos, la que nos dice que la inmortalidad es posible. A diferencia
de lo que nos adelantó más arriba el profesor Jürg
Bähler, genetista de la Universidad College de Londres (UCL), que piensa
que 150 años es un techo no superable por el humano. Hoy en día, opiniones categóricas
como la del profesor Jürg Bähler, genetista de la Universidad College de
Londres (UCL), suelen durar de junio a agosto…
Nuestra prima lejana Turritopsis dohrnii nos muestra el camino,
queridos amigos.
¡Vamos a por ella!
¡Hasta la próxima!
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