La nota publicada el 14
de febrero en policromiadeideas, estimados amigos, titulada Robots
conscientes. ¿El próximo paso de la evolución? Actualización, contenía la
insidiosa pregunta siguiente: ¿Cuánto tiempo, creen ustedes, que pasará antes de
que veamos robots policías patrullando las calles de una ciudad? ¡Y
controlándolo todo! Si tiramos la colilla del cigarrillo en la vereda, si no
limpiamos la caca del perro, si cruzamos por la mitad de la cuadra, etc.
Pues bien, no hubo que esperar mucho para que se
diera el tal escenario. Sucede que Spot, un perro robot de la fábrica Boston
Dynamics, es el nuevo vigilante de las ruinas de Pompeya.
Además de vigilar el
preciado monumento, Spot recoge datos científicos sobre el terreno.
El papel de perro
guardián puede resultar un poco distópico para un robot tan avanzado como
Spot, pero lo cierto es que el perro de Boston Dynamics está perfectamente
preparado para su nuevo papel: Proteger las ruinas de Pompeya de los
saqueadores.
Como ustedes saben, Pompeya es un asentamiento romano que fue sepultado con todos sus habitantes por una erupción del volcán Vesubio en el año 79. Sus ruinas llevan siendo investigadas desde 1952, pero las excavaciones principales se detuvieron en los 60 cuando por fin dejaron la mayor parte de la ciudad al descubierto. Desde entones los proyectos arqueológicos en Pompeya han estado limitados a pequeñas áreas. La buena noticia (y la mala) es que estas pequeñas excavaciones hechas en 2018 han descubierto artefactos de gran valor histórico que aún estaban sepultados. Es una buena noticia para la ciencia, pero una mala noticia porque significa que los saqueadores han vuelto a interesarse por las ruinas.
Y ocurre que los restos
de Pompeya no son pequeños precisamente. Cubren una superficie de 400.000
metros cuadrados, es decir, unas 40 has. Muchas de las estructuras aún
permanecen enterradas y se sabe que los saqueadores excavan túneles en estas
zonas (sin ningún tipo de medida de seguridad) para tratar de recuperar artefactos
que vender en el mercado negro.
Para tratar de ayudar a
proteger el patrimonio del asentamiento, Boston Dynamics está probando una
versión de Spot especialmente preparada para patrullar la ciudad incluso de
noche. Su agilidad y su pequeño tamaño le permite navegar por las ruinas sin
problema y vigilar incluso los túneles y las zonas estrechas preferidas por los
ladrones.
Pero las cámaras del
robot no solo son buenas para detectar intrusos. En sus rondas, Spot también se
dedicará a escanear las ruinas en 3D. Esos datos permitirán a los arqueólogos
estudiar con todo detalle la evolución de las ruinas y su estado de
conservación. Incluso visitándola todos los días es imposible para una persona
notar la aparición de pequeñas grietas o sutiles movimientos de muros por
degradación del terreno. Los exámenes de Spot contribuirán a conservar mejor
Pompeya y también a hacer las ruinas más seguras para el público.
Es más, los datos
recogidos por Spot permitirán construir una réplica virtual de Pompeya con
tanto nivel de detalle que muchos investigadores que no pueden
desplazarse hasta Italia podrán estudiar las ruinas. Probablemente ninguno
de los infortunados habitantes de Pompeya hubiera podido imaginar que 2000 años
después su ciudad iba a estar guardada por un perro de metal.
Echen un vistazo a Spot
en acción:
https://www.youtube.com/watch?v=nYih4KB_V54
Hasta aquí la parte buena del tema. La parte
peligrosa aparece cuando se considera que los mentados robots pueden llegar a
ser un instrumento de dominación del pueblo por parte de regímenes totalitarios
que los posean. Y resulta que ya están en las calles, patrullando, observando,
informando…
Hemos empezado por Pompeya porque a todo el mundo le parecerá bien que se protejan bienes que son patrimonio de la humanidad. Cuando todo el mundo se encuentre habituado a los robots, seguiremos con París, Roma, Londres, Nueva York, Buenos Aires, Mendoza, el barrio donde vivo...
¿Sabrá el hombre manejarlos para bien?
Ustedes, ¿Qué opinan?
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