domingo, 16 de enero de 2022

¿Qué ha pintado la selección natural en nuestro lienzo genético?

 ¡Saludos, queridos amigos!

En la nota de policromiadeideas.blogspot.com del 4 de octubre de 2021, titulada El doctor Carl Sagan, pudimos ver, de su mano, cómo el hombre “modeló” los cangrejos Heike de modo tal que portaran la cara de un samurai en su caparazón. La obvia intención de Sagan era mostrarnos cómo opera la selección natural con todas las formas vivas, con ese ejemplo de selección artificial.

Ahora bien, la selección natural trabaja 24/7, lo hizo en el pasado, lo hace en el presente y lo hará en el futuro. Veamos un ejemplo actual: Cuenta la historia que el primer plástico tuvo sus inicios en Estados Unidos, en 1860, cuando se ofreció un gran premio para quien pudiera sustituir el marfil para fabricar bolas de billar. El vencedor fue John Hyatt, quien inventó el celuloide, que a su vez dio origen a la industria cinematográfica. A partir de allí, han sido inventados gran variedad de plásticos y, como es bien sabido, con ellos hemos contaminado todo el planeta. Y, si bien el primer plástico es de 1860, la contaminación seria comenzó hace no mucho tiempo, digamos, 50 años.

En 2016, un equipo científico japonés descubrió una bacteria que había mutado para ser capaz de descomponer la molécula del tereftalato de polietileno (PET), un tipo de plástico muy usado en la fabricación de envases. Ahora, basándose en este descubrimiento, investigadores de la Universidad de Portsmouth (Reino Unido) y del Departamento de Energía de Estados Unidos han modificado la enzima producida por la bacteria, resultando de ello una nueva molécula capaz de descomponer el plástico incluso mejor de lo que hacía el organismo unicelular.

La moraleja entonces es: Si existe superabundancia de plástico en el medio ambiente, proliferarán los organismos que pueden aprovecharse de ello. En otras palabras, amigos, la selección natural supervisa permanentemente las condiciones ambientales y favorece los organismos y las conductas que mejor puedan adecuarse a ellas.

Pues bien, analicemos ahora las condiciones ambientales en las que vivían nuestros ancestros del Paleolítico.

Comencemos diciendo que la palabra Paleolítico proviene del griego y significa “piedra antigua”. Hace referencia al período del desarrollo humano de la Edad de Piedra antigua que antecedió al Mesolítico (que también corresponde a la Edad de Piedra, pero a la etapa media) y al Neolítico, tercera y última etapa de esta Edad de Piedra.

El Paleolítico comenzó con la aparición del hombre hace unos 3 millones de años y se extendió hasta el 10.000 antes de nuestra era (a.n.e.). Fue la etapa más prolongada de la Edad de Piedra, que se caracterizó por el uso de herramientas muy rudimentarias, como la piedra astillada.

Las herramientas de piedra resultaron los primeros artefactos culturales que los historiadores emplearon para reconstruir la vida del humano durante el Paleolítico. Además, se encontraron vestigios de pinturas rupestres en las cavernas, con escenas de recolección de frutos y de prácticas de cacería que realizaban conformados en grupos.

El período del Paleolítico se divide en tres partes:

Paleolítico inferior. Es la primera parte que abarcó desde 3 millones de años atrás hasta el 250.000 a.n.e. Los humanos eran nómades, se refugiaban en cuevas para protegerse del frío y de los animales salvajes. El gran aporte para la humanidad fue el descubrimiento del fuego.

Paleolítico medio. Es la segunda etapa que abarcó desde el 250.000 a.n.e. hasta el 30.000 a.n.e. Los humanos, en continua evolución, alcanzaron la fase de hombre de Neandertal, que se caracterizó por su inteligencia y por mejorar las armas que utilizaban para la caza.

Paleolítico superior. Es la tercera etapa que abarcó desde 30.000 a.n.e. hasta el 10.000 a.n.e. Se encontró la mayor cantidad de evidencias del desarrollo artístico (como las pinturas rupestres y pequeñas esculturas de arcilla o de hueso). La evolución del humano alcanzó la fase de hombre de Cromañón, que tenía mayor capacidad para comunicarse.

La lucha por la supervivencia fue, en los tiempos paleolíticos, una lucha del ser humano con el medio natural y con sus competidores de otras especies animales (tigres diente de sable, osos cavernarios, mamuts, lobos…). La vida era muy dura y sólo una minoría de seres humanos llegaría a los 40 años de edad y los que lo hacían, seguramente la tendrían difícil, aquejados de dolores de artritis, reumatismo, escorbuto y amenazados de muerte con cada hueso roto o muela infectada.


El interrogante, entonces, es: ¿Qué tipo de conductas favoreció la selección natural, en este contexto?

Fundamentalmente tres:

1.- La vida comunitaria. El hombre del Paleolítico debió aprender a vivir en sociedad por una razón muy simple: Para conseguir alimento y seguridad había que desenvolverse en grupo porque se competía contra adversarios muy poderosos y hacerlo solo era una condena de muerte.

2.- Pero, tampoco el grupo debía ser muy numeroso porque dificultaría los desplazamientos y aumentaría la demanda de alimentos. Así pues, aparece el clan, grupo relativamente pequeño estructurado alrededor de un líder o macho alfa que lo conduce.

3.- Es interesante notar que los distintos clanes se ven a si mismos como adversarios o rivales pues, en definitiva, compiten por los mismos recursos. No es raro, entonces, que exista guerra entre ellos y que los miembros de un clan execren a los miembros de otro. Razón de más para no vivir en soledad pues, uno podía ser eliminado por los miembros de un clan que lo sorprendieran solo.

Al respecto, viene a cuento recordar una escena de la película 2001: Odisea del espacio, en la que homínidos de un clan, desde una de las orillas de un riachuelo se enfrentan a los de otro clan, en la otra orilla, a los gritos y arrojándose piedras y palos.

 

Ahora bien, la conducta número 1, motorizada por la realidad que vivía el hombre del Paleolítico fue usada por la selección natural para moldear humanos con tendencia a la vida en sociedad. De hecho, en la escuela se estudia que el hombre es un ser gregario, y se agrega la frase por naturaleza. Ese por naturaleza quiere decir: genéticamente predispuesto a vivir en sociedad.

Tanto así es que, al que se aparta de los otros y vive en solitario se lo considera enfermo.

La conducta número 2, da origen, en tiempos modernos, a la familia. La familia representa la continuidad de aquellos clanes paleolíticos que, sin duda, también deben haber incluido a los hijos del macho alfa con las distintas hembras del grupo.

Y es muy interesante detenerse a considerar lo que implica la estructuración del grupo detrás del macho alfa. Veamos que, en nuestra sociedad actual se persigue ser el macho alfa en cualquier actividad: Ser el campeón mundial de automovilismo, por ejemplo, ser el empresario más exitoso, ser el hombre más rico del mundo, tener el libro más vendido de todos, ser el político más votado, etc. Es decir, el concepto de macho alfa impregna la sociedad actual y representa la aspiración de la mayoría de los humanos en cualquiera de los campos de actividad.

La conducta número 3 no es menos importante en sus consecuencias actuales pues, es la responsable de la xenofobia. Si, así es, ¿Qué es la xenofobia sino la animadversión hacia gentes de otra etnia, religión, ideas políticas,… en definitiva, ¡Hacia gente de otros clanes!?

Desde luego que no todo es mandato genético, también hay componentes culturales, pero, en la base, está lo que la selección natural ha hecho de nosotros.

  Mucho se habla en la actualidad de la actitud xenófoba de algunos pueblos para con sus vecinos, para con los inmigrantes, para con los de otra nacionalidad o religión, etc. Se los condena pensando que el siglo XXI no debería ver ya ese tipo de conductas. Sin embargo, queridos amigos, quisiera reclamar su poderosa atención de ustedes sobre el siguiente interrogante: ¿Es realmente la conducta xenófoba producto del libre albedrío (en cuyo caso sería totalmente condenable)? ¿O, por el contrario, es una conducta regida por la genética humana (y no sólo humana, los primates se comportan igual) que la ciega, pero omnipotente, selección natural ha filtrado en nuestro genoma (en cuyo caso no sería condenable)?

Piensen ustedes, queridos amigos, que la xenofobia ha acompañado al hombre desde siempre, no es un invento moderno, ni del medioevo. Esto estaría a favor de la segunda hipótesis de más arriba. Piensen, por ejemplo, que en un mundo que intenta globalizarse (lo que no sería una mala idea, en principio) florecen por doquier los nacionalismos a ultranza que fijan posturas inamovibles a favor de la diferenciación, no de la integración. Verbigracia, Catalunia vs. España.

Piensen, por ejemplo, en la pelea, a veces a muerte, de los hinchas de un club de fútbol contra los de sus rivales de barrio. Piensen en las banderas detrás de las que se encolumnan y que permite reconocer a "los míos" de "los mugrientos del otro equipo". Piensen en las divisiones peronistas-antiperonistas, nazis-antinazis, judíos-antijudíos, norteamericanos-antinorteamericanos,....

Piensen también en cómo se critica a un político que quiere edificar un muro en la frontera de su país con otro, sin tener en cuenta el muro que se levanta en todo barrio privado para separarlo de “los otros”.

¿Son estas actitudes producto del libre albedrío de los pueblos? ¿O son el resultado de un rígido mandato genético? (Repito que, aun cuando la xenofobia pueda tener un componente cultural, por ejemplo, un individuo educado en el odio hacia los que no sean nazis; no se puede desconocer la inclinación hacia esta conducta que aportan los genes).

Si la respuesta correcta es la primera hipótesis, es decir, es una conducta elegida libremente por cada agente, entonces, es enteramente condenable en un ser que se considera racional.

Si la respuesta correcta es la segunda hipótesis, ya no es tan condenable, como no lo es el hecho de padecer una tara genética.

Por supuesto que cabe la apreciación de que el hombre puede tener la tendencia hacia la xenofobia pero, cuenta con su libre albedrio para decidir si se deja llevar por ella o no. Sin embargo, más allá de lo que viéramos en la nota titulada Mizuki sobre el libre albedrio, lo que no se puede negar es la existencia de la tendencia.

Interesante tema, queridos amigos, ¿Verdad? Y no quisiera finalizarlo sin que podamos apreciar una actitud que, disfrazada de pintoresca parte del show, esconde la más pura y rancia xenofobia y nos recuerda, vívidamente, la mencionada escena de 2001: Odisea del espacio:

https://www.youtube.com/watch?v=X0W7YdKYPl0

¡Saludos y hasta la próxima!

 

 

 

 

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