domingo, 26 de noviembre de 2023

Novedades en IA

Volvemos a un tema ya clásico en este blog, estimados amigos: la Inteligencia Artificial (IA). Sucede que la IA sigue sorprendiendo a todos con sus nuevas funciones y es lógico, entonces, preguntarse cuál puede ser el límite que tiene esta nueva tecnología que ya se encuentra integrada en la cotidianidad de las personas. 


Comencemos pues por considerar el logro de un grupo de científicos de la Universidad de Nueva York, Estados Unidos, y la Universidad Pompeu Fabra en España. Trabajaron en conjunto para mejorar el rendimiento de la inteligencia artificial y finalmente, el equipo logró algo que se creía lejano todavía, ya que hasta este estudio la IA presentaba ciertas limitaciones que la mantenían inferior a las capacidades de la mente humana.

Lo impactante de esta iniciativa es que estas dos instituciones consiguieron desarrollar una inteligencia artificial superior, que es capaz de relacionar conceptos, una característica única del raciocinio humano. Con este descubrimiento, es capaz de aprender nuevos conceptos y combinarlos con los que ya están registrados en su data.

Algo, queridos amigos, que suena muy parecido a… ¡pensar!

Al comparar su rendimiento se encontraron coincidencias con la capacidad del cerebro humano en la relación de conceptos. En algunas ocasiones, esta capacidad fue superada por esta actualización de la inteligencia artificial.

Creo que ya ustedes saben que para referirme a los robots asistidos por IA he acuñado la frase: Oh, Lord! They’re coming! y avances como el que les traigo no hacen más que acercar el momento en que sean realidad.

Pero, la consecución del robot que les menciono no es solo una cuestión de software (programación), sino también de hardware (material que lo compone). Y en esto también hay novedades:

La empresa IBM dio un paso en la evolución de la IA con su chip NorthPole. Por si ustedes no lo tienen claro, les comento que un chip es un dispositivo electrónico pequeño que contiene circuitos integrados y cumple funciones específicas, como procesamiento de datos, almacenamiento de información o control de dispositivos.

Este elemento promete revolucionar la eficiencia gracias a su arquitectura inspirada en el cerebro humano. Tras dos décadas, el chip demostró ser un avance revolucionario en términos de eficiencia energética y latencia. En comparación con otros chips, NorthPole supera a todos en tareas de reconocimiento de imágenes consumiendo 25 veces menos energía.

Con 256 núcleos y 22 mil millones de transistores en un espacio de 800 mm2, NorthPole se muestra como un gigante en sus prestaciones.

Y, el hecho de que su arquitectura esté inspirada en el cerebro humano, nos recuerda otro tema que ya hemos tratado en este foro: Que estemos en camino de crear cerebros electrónicos, ¿llevará, finalmente, a crear seres conscientes, o será necesaria un alma, el ka de los antiguos egipcios, para ello?

Pero, sigamos informándonos de las novedades.

Se conoció un nuevo hecho que puede llegar a cambiar la forma de surcar los cielos, y es que se creó el primer robot humanoide capaz de pilotar un avión con la ayuda de la Inteligencia Artificial (IA).

El Instituto Avanzado de Ciencia y Tecnología de Corea del Sur presentó en su página web a “PIBOT”, el robot humanoide que ya realizó las primeras simulaciones y significó un avance realmente interesante para el futuro de estos ingenios autónomos, que no solamente son capaces de pulsar botones y desplazar las simuladas aeronaves, sino que, al integrar inteligencia artificial en sus sistemas, “pueden entender los manuales escritos en lenguaje natural y volar un avión por su cuenta”.

La diferencia fundamental entre “PIBOT” y otros robots similares, es que éste puede sentarse en el asiento de un piloto y operar los instrumentos sin necesidad de modificar ninguna parte de la cabina.

El equipo de investigadores aún está desarrollando el robot piloto, pero éste ya cuenta con habilidades, como la posibilidad de recordar las cartas de navegación Jeppesen, algo que ningún piloto podría hacer, y realizar simulaciones de vuelo sin errores.

Las cartas de navegación Jeppesen son mapas y documentos utilizados por los pilotos para la planificación y ejecución de vuelos. Incluyen información detallada sobre rutas, aeropuertos, ayudas a la navegación, procedimientos de aproximación y despegue, entre otros datos importantes para la aviación.

De hecho, “PIBOT” es capaz de utilizar Chat GPT para calcular rutas seguras y responder a situaciones diversas durante el vuelo, con tiempos de respuesta más rápidos de los de un piloto humano.

Pero esto no es todo, ya que este robot puede analizar la cabina y el ambiente que rodea al avión, además de poder interactuar con algunos de los botones del cuadro de mandos, incluso en situaciones complicadas, como sería el caso de turbulencias severas.

Gracias a estos interesantes avances, el robot puede realizar vuelos sin errores, puede incluso reaccionar más rápido ante momentos de emergencia que un piloto humano y puede calcular una ruta segura en tiempo real, basándose en el estado del avión.

Sin embargo, y a pesar de que todo está listo para que el nuevo prototipo “vea la luz” en algún momento, los diseñadores del “piloto de acero” todavía no tienen a ciencia cierta una fecha para que este robot pruebe sus habilidades con un avión real, con lo cual habrá que esperar un tiempo para poder ver si este androide se recibe de piloto de una aeronave.

Bien, pasemos ahora a otro rubro: La jurisprudencia.
Cuando todo parecía haberse visto en el mundo de la tecnología, una nueva sorpresa se hizo presente en este campo, ya que se confirmó la participación de un abogado robot que por primera vez en la historia debutará en un juicio que se llevará a cabo en el mes de febrero.


Lo cierto, es que el cibernético letrado fue diseñado por la startup DoNotPay, y su funcionamiento es sencillo, porque a través de un celular escuchará en tiempo real los cargos formulados por la corte y luego le indicará a su representado las respuestas que debe dar.

En cuanto al juicio, este sistema de asistencia legal creado con inteligencia artificial (IA) asumiría la defensa de un acusado de infringir las normas de tránsito en la ciudad estadounidense de Nueva York.

El periódico The New York Post informó que la histórica audiencia se llevará a cabo en febrero, pero la identidad del acusado y el lugar donde se celebrará el juicio se mantienen en reserva. Según el artículo, el caso fue a juicio por un exceso de velocidad a bordo de un rodado, por lo que el acusado del ilícito solo dirá a la corte los que el robot le indique.

El CEO de la empresa sostuvo que su objetivo final es que su aplicación reemplace por completo a los abogados en algunos casos, ahorrando dinero a los acusados: “Se trata de lenguaje, algo por lo que los abogados cobran cientos o miles de dólares por hora”, dijo el empresario. “Hay muchos buenos abogados que pueden estar discutiendo en el Tribunal Europeo de Derechos Humanos, pero muchos abogados están cobrando demasiado dinero para copiar y pegar documentos y creo que definitivamente estos pueden y deben ser reemplazados”, agregó.

Según este CEO, la IA de su empresa comienza preguntando al cliente cuál es el problema legal, luego analiza si la situación amerita una demanda y, en caso afirmativo, redacta un documento legal para presentarlo donde deba hacerlo. El empresario argumentó hace un tiempo que la idea del abogado virtual surgió un poco por casualidad, cuando se mudó de Reino Unido a Estados Unidos, para asistir a la universidad. En aquella etapa de estudiante, las multas por estacionar mal se acumulaban en su debe, y se tornó en un experto en encontrar vacíos legales para apelar y sacárselas de encima.

Ahora bien, en esta ocasión la herramienta tecnológica de DoNotPay será utilizada en Nueva York, para afrontar un juicio contra un hombre que recibió una multa por exceso de velocidad, sin embargo, este avance tecnológico es capaz de hacer muchas otras actividades, según la empresa creadora.

Entre ellas, puede presentar quejas sobre productos y servicios defectuosos, cancelar suscripciones y servicios no deseados, obtener reembolsos de vuelos y hoteles cancelados o rechazar solicitudes de crédito no deseadas. El CEO concluyó diciendo que “el objetivo de esta empresa es hacer que la profesión legal de 200 billones de dólares sea gratuita para los consumidores”.
Seguimos. Lo que parecía ser una utopía en el mundo cibernético se convirtió en realidad ya que, en China, la empresa de videojuegos NetDragon Websoft presentó la primera CEO androide del mundo, un androide con inteligencia artificial llamada Tang Yu, encargada de dirigir la empresa.

Lo cierto, es que la nueva CEO robot es la encargada de dirigir las operaciones diarias y manejar de forma eficiente la gestión de riesgos. En cuanto a la empresa en sí, ya desarrolló varios títulos de videojuegos desde su nacimiento en 1999, de hecho, algunos de sus juegos están basados en IP famosas como la mismísima Disney o la archiconocida franquicia Heroes Might and Magic.

Más allá de los videojuegos, también se involucró en aplicaciones móviles, llegando a crear una tienda con apps de creación propia. En la empresa, Tang Yu es la encargada directa de la filial Fujian NetDragon Websoft y según la empresa, contar con ella les convierte en la primera “organización metaverso” del mundo.

Entre sus otras funciones, también es la encargada de mejorar la calidad de las tareas de trabajo, la velocidad en la que estas se ejecutan, el desarrollo de nuevos talentos dentro de la organización y conseguir que la empresa sea un entorno mucho más eficiente de trabajo. Tang Yu recopila tanta información en su día a día que será el mejor centro de datos en tiempo real del que disponga esta innovadora empresa china.

La empresa quiere ir más allá en cuanto hitos tecnológicos se refiere tras la expectación y el éxito de este primer CEO robot del mundo y prepara nuevos lanzamientos para 2023. El objetivo es crear un modelo de gestión abierto, interactivo y transparente a medida con el que convertirse en una comunidad de trabajo basada en metaverso.

¿Qué tal, eh?

Digo, ¿Qué tal ser dirigido por una CEO robot?

¡Y hay más!
Si bien en la actualidad se sigue hablando del ingreso “de lleno” de la Inteligencia Artificial (IA) a nuestras vidas, a través de canciones, animaciones o discursos políticos, entre otras cuestiones, todavía hay otras ramas de la tecnología que nos siguen sorprendiendo a diario y que prometen seguir expandiéndose.

Sin lugar a dudas, el fenómeno de ChatGPT despertó el interés de millones de personas (y corporaciones) en las herramientas impulsadas por algoritmos, pero los avances de los últimos tiempos van mucho más allá de lo que se pensaba.

Es que la robótica, que es una disciplina estrechamente relacionada con la inteligencia artificial, también fue ganando mucho terreno durante estos últimos años, de hecho, los robots diseñados por la empresa informática Boston Dynamics ya pueden, por ejemplo, dar saltos mortales y ahora un robot surcoreano acaba de dirigir una orquesta de música.

Frente a más de 1.200 espectadores, el prototipo llamado “Ever 6” hizo una reverencia al público como un director tradicional y empezó a mover sus brazos para dar comienzo al show. El asunto es que no se trata de un humano, sino de un robot humanoide desarrollado por el Instituto de Tecnología Industrial de Corea que debutó como director de la Orquesta Nacional de Corea del Sur.

En el particular concierto, desarrollado en el Teatro Nacional de Corea, era posible escuchar a diversos instrumentos tradicionales coreanos. El tema es que este protagonista humanoide dirigió tres piezas en solitario y una junto al director invitado de la orquesta, Choi Soo-yeoul, quien se mostró asombrado por la precisión de su compañero tecnológico.

Los movimientos son muy detallados, mucho mejores de lo que yo había imaginado”, relató el actual director artístico de la Orquesta Filarmónica de Busan que estuvo participando del proyecto del mencionado instituto de tecnología.

Choi destacó las diversas capacidades de “Ever 6”, pero se lamentó de que no tenga la capacidad de escuchar. Es que el robot, al menos por el momento, no cuenta con un sistema de inteligencia artificial que le permita analizar y comprender los sonidos y el desempeño de los miembros de la orquesta.

Sin embargo, no hace falta mucha imaginación para intuir que esta sordera será superada en breve.

Si bien la actuación fue la primera de este tipo en Corea del Sur, antes, un robot creado por la empresa Honda llamado “Asimo” dirigió una actuación con la Orquesta Sinfónica de Detroit en 2008. En 2017, otro llamado “YuMi” dirigió como invitado en Suiza y en 2020, otro de diseño japonés llamado “Alter 3” dirigió una pieza musical de siete minutos considerada una “ópera androide” llamada Scary Beauty.

Y llegamos a un punto ríspido.

La inteligencia artificial (IA) ya apareció hace algunos años, pero nunca dejó de evolucionar. En los últimos meses, su crecimiento fue exponencial y ahora es utilizada por millones de usuarios en el mundo. Y, entonces, llegó el momento en que muchas personas comenzaron a tener cierto miedo a qué estas herramientas los dejen sin trabajo.

La explosión del interés por la inteligencia artificial generativa y sus aplicaciones en chatbots, tales como ChatGPT, provocaron algo de temor con respecto al trabajo, muy parecidos a los que surgieron cuando se introdujo la cadena de montaje móvil a principios del siglo XX y con las computadoras centrales en la década de 1950.

Algunos consideran que la herramienta emergente, además de atentar contra algunos empleos, también va a ser capaz de generar nuevos trabajos. Estos, sin embargo, por el momento son desconocidos.

Mustafa Suleyman, el cofundador de Google DeepMind, que es el área de inteligencia artificial del gigante de internet se encuentra, en este momento, en el desarrollo de un Chatbot, que tendrá todas las características necesarias para superar a cualquier asistente virtual existente, hasta el punto de ser capaz de reemplazar a un ser humano.

"Todos tendremos nuestro propio asistente personal, basado en una IA en cinco años", reveló Suleyman. El hombre destaca que esta inteligencia artificial en la que se trabaja recibe el calificativo de "súper inteligencia", ya que es capaz de conocerte hasta el punto de comprender "tu historia personal".

"Será capaz de hacerte pensar durante el día, de ayudarte a priorizar tu tiempo, a inventar, a ser mucho más creativo. Será un asistente, pero también un coach personal y un compañero", señaló el cofundador.

El experto en tecnología predijo que la IA que se encuentra en desarrollo está en camino a reemplazar el puesto de jefe de personal, un importante puesto de trabajo en todas las empresas. Este cargo es en muchas ocasiones la mano derecha del CEO o director y, como hemos visto más arriba, en poco tiempo podría quedar en manos de un robot asistido por IA.

"Tal y como yo lo veo, dentro de cinco años todo el mundo tendrá su propio ‘jefe de personal'. La IA va a conocer en profundidad tu información personal, va a estar completamente alineada con tus intereses y te ayudará a gestionar y procesar toda la información que necesites", destacó Suleyman.

"Una particularidad para que esto se ejecute, es que con el paso de estos años la inteligencia artificial va a seguir ganando terreno, lo que se traduce en que se abaratarán los costos de su uso, y en conclusión más personas tendrán acceso fácil a estos sistemas", cerró.

Claro que, está la otra cara de la moneda, que Suleyman no menciona. Y es fácil plantearlo: En la medida en que los robots con IA ganen terreno, los humanos lo pierden. Y esto, queridos amigos, ¿no suena un poco preocupante?

Y ya para ir terminando este paneo, les traigo otro campo invadido por los robots. Nunca mejor dicho lo de campo, pues también tenemos un robot para evitar que se eche a perder la fruta.
Se trata de “Ramonet”, un robot que recoge frutas del suelo para evitar millones de toneladas perdidas. Su función es identificar naranjas y otras frutas que se encuentren en buen estado, pese a haber caído al suelo, y por lo tanto se pueden consumir tranquilamente y recuperarlas.

“Ramonet” tiene un brazo robótico, inteligencia artificial y una notable visión por cámaras 2D y 3D, y podría convertirse en la revolución de la inteligencia artificial (IA) aplicada a las labores de recolección y cosecha en el campo.

El robot es capaz de diseñar trayectos por los campos de cultivo de manera autónoma y puede “leer” el espacio mediante sus cámaras en dos y tres dimensiones identificando la fruta tirada por el suelo que, con algoritmos de inteligencia artificial, clasifica en las categorías de “en buen estado”, “picada” o “podrida”.

Se llegó a Ramonet porque muchas toneladas de fruta caen al suelo en los campos “por las lluvias, las plagas o durante los propios procesos de recolección de fruta de los árboles”.

En tanto, puede pasar que esta fruta caída esté en mal estado para el mercado tradicional y en esos casos el agricultor “normalmente no la recoge porque no compensa económicamente”.

Pero incluso ese tipo de piezas puede tener una segunda vida en forma de pienso para animales, fruta deshidratada o zumos. No obstante, en muchos casos la fruta caída está en buen estado para ser consumida y el robot puede ayudar a detectarlo.

“La unidad robótica tiene un cesto para almacenar la fruta, un brazo con una garra que la recoge del suelo y una barra con dos cámaras”. Esta “barra” es el módulo de visión del equipo, que está compuesto por una cámara 2D y una cámara 3D; la primera permite identificar la fruta, analizar su color, su textura y su estado y la segunda se centra en analizar la forma, tamaño y la ubicación en el suelo de estas piezas.

Cuando el robot avanza por un campo y percibe un objeto, se para y sus cámaras sacan una foto de él, a la que se le aplican los algoritmos que permiten detectar si es o no una fruta y, en ese caso, si es o no comestible. En el caso de que lo sea, se activa el brazo que la recoge y la deposita en el cesto.

El robot está entrenado por algoritmos de inteligencia artificial no solo para “leer” el estado de la fruta, sino también para hacer un “mapeado” del campo de cultivo, saber cuántas calles tienen y por dónde debe ir para recoger la fruta de la forma más eficiente posible. Incluye un sistema de evasión de obstáculos para mejorar la seguridad, de modo que el robot no puede chocar contra objetos ni con las personas.



Bien amigos, dejamos aquí este recorrido por los avances en robótica e IA, que de ninguna manera agota el tema. Por cierto que seguiremos atendiendo a él en el futuro.

Por el momento les digo:

¡Hasta la próxima!



domingo, 19 de noviembre de 2023

Porque entonces, ¿Qué es la muerte?

 Ustedes saben, queridos amigos, que mi curiosidad es insaciable y por ello, me gusta huronear en los más diversos temas que se ofrecen a mi vista. Y, justamente, huroneando entre las publicaciones del MIT, el Massachsetts Institute of Technology, di con la nota que les comparto más abajo. La misma versa sobre dónde están los límites de la muerte y qué podemos esperar cuando el corazón se detiene. Espero que sea del agrado de todos ustedes.

 The Biggest Questions es una miniserie que explora cómo la tecnología está ayudando a sondear algunas de las preguntas más profundas y alucinantes de nuestra existencia.

Así como los certificados de nacimiento señalan la hora en que ingresamos al mundo, los certificados de defunción marcan el momento en que salimos. Esta práctica refleja las nociones tradicionales sobre la vida y la muerte como binarios. Estamos aquí hasta que, de repente, como una luz apagada, nos hemos ido. 

Pero si bien esta idea de la muerte es generalizada, se está construyendo evidencia de que es una construcción social obsoleta, no realmente basada en la biología. Morir es, de hecho, un proceso — uno sin un punto claro que delimita el umbral a través del cual alguien no puede regresar.

Los científicos y muchos médicos ya han adoptado esta comprensión más matizada de la muerte. A medida que la sociedad se pone al día, las implicaciones para los vivos podrían ser profundas. Existe la posibilidad de que muchas personas sean revividas nuevamente, dice Sam Parnia, director de cuidados críticos e investigación de reanimación en NYU Langone Health. 

Los neurocientíficos, por ejemplo, están aprendiendo que el cerebro puede sobrevivir a niveles sorprendentes de privación de oxígeno. Esto significa que la ventana de tiempo que los médicos tienen para revertir el proceso de muerte podría algún día extenderse. Otros órganos también parecen ser recuperables por mucho más tiempo del que se refleja en la práctica médica actual, abriendo posibilidades para expandir la disponibilidad de donaciones de órganos.

Para hacerlo, sin embargo, debemos reconsiderar cómo concebimos y abordamos la vida y la muerte. En lugar de pensar en la muerte como un evento del que uno no puede recuperarse, Parnia dice, en cambio, deberíamos verlo como un proceso transitorio de privación de oxígeno que tiene el potencial de volverse irreversible si pasa suficiente tiempo o si fracasan las intervenciones médicas. Si adoptamos esta mentalidad sobre la muerte, Parnia dice: y de repente, todos dirán: ‘Vamos a darle tratamiento’.   

 Postes de portería en movimiento

Las definiciones legales y biológicas de la muerte generalmente se refieren a la “cesación irreversible” de los procesos que sostienen la vida respaldados por el corazón, los pulmones y el cerebro. El corazón es el punto más común de fracaso, y para la gran mayoría de la historia humana, cuando se detuvo, generalmente no había regreso. 

Eso cambió alrededor de 1960, con la invención de la RCP. (La RCP (Reanimación Cardiopulmonar) es un procedimiento de emergencia que se realiza en casos de paro cardíaco para mantener la circulación sanguínea y la oxigenación del cuerpo. Consiste en compresiones torácicas y respiración boca a boca o mediante un dispositivo de ventilación. MNHasta entonces, reanudar un latido estancado había sido considerado en gran medida como un milagro; ahora, estaba al alcance de la medicina moderna. La RCP forzó el primer replanteamiento importante de la muerte como concepto. “Paro cardíaco” ingresó al léxico, creando una separación semántica clara entre la pérdida temporal de la función cardíaca y el cese permanente de la vida. 

Casi al mismo tiempo, el advenimiento de ventiladores mecánicos de presión positiva, que funcionan al entregar aire a los pulmones, comenzó a permitir a las personas que sufrieron lesiones cerebrales catastróficas, por ejemplo, de un disparo en la cabeza, un derrame cerebral masivo o un accidente automovilístico, que continuaran respirando. Sin embargo, en las autopsias después de la muerte de estos pacientes, los investigadores descubrieron que en algunos casos sus cerebros habían sufrido daños tan graves que el tejido había comenzado a licuarse. En tales casos, los ventiladores habían creado esencialmente un cadáver con el corazón palpitante, dice Christof Koch, neurocientífico del Instituto Allen en Seattle.

Estas observaciones condujeron al concepto de muerte cerebral y marcaron el comienzo de un debate médico, ético y legal sobre la capacidad de declarar a dichos pacientes muertos antes de que su corazón deje de latir. Muchos países finalmente adoptaron alguna forma de esta nueva definición. Sin embargo, ya sea que hablemos de muerte cerebral o muerte biológica, las complejidades científicas detrás de estos procesos están lejos de establecerse. Cuanto más caracterizamos el cerebro moribundo, más preguntas tenemos, dice Charlotte Martial, neurocientífica de la Universidad de Lieja en Bélgica. Es un fenómeno muy, muy complejo. 

Cerebros al borde

Tradicionalmente, los médicos han pensado que el cerebro comienza a sufrir daños minutos después de que se le priva de oxígeno. Si bien esa es la sabiduría convencional, dice Jimo Borjigin, neurocientífico de la Universidad de Michigan, debe preguntarse, ¿por qué se construiría nuestro cerebro de una manera tan frágil? 

Investigaciones recientes sugieren que tal vez en realidad no lo es. En 2019, los científicos informaron en Nature que pudieron restaurar un conjunto de funciones en el cerebro de 32 cerdos que habían sido decapitados en un matadero cuatro horas antes. Los investigadores reiniciaron la circulación y la actividad celular en los cerebros utilizando una sangre artificial rica en oxígeno infundida con un cóctel de productos farmacéuticos protectores. También incluyeron drogas que impidieron que las neuronas dispararan, evitando cualquier posibilidad de que los cerebros de los cerdos recuperaran la conciencia. Mantuvieron vivos los cerebros hasta 36 horas antes de terminar el experimento. Nuestro trabajo muestra que probablemente haya mucho más daño por falta de oxígeno que sea reversible de lo que la gente pensaba antes, dice el coautor Stephen Latham, bioético de la Universidad de Yale. 

En 2022, Latham y sus colegas publicaron un segundo artículo en Nature anunciando que habían podido recuperar muchas funciones en múltiples órganos, incluido el cerebro y el corazón, en cerdos de cuerpo entero que habían muerto una hora antes. Continuaron el experimento durante seis horas y confirmaron que los animales anestesiados, previamente muertos, habían recuperado la circulación y que numerosas funciones celulares clave estaban activas. 

Lo que estos estudios han demostrado es que la línea entre la vida y la muerte no es tan clara como alguna vez pensamos, dice Nenad Sestan, neurocientífico de la Facultad de Medicina de Yale y autor principal de ambos estudios de cerdos. La muerte lleva más tiempo de lo que pensábamos, y al menos algunos de los procesos pueden detenerse y revertirse. 

Un puñado de estudios en humanos también han sugerido que el cerebro es mejor de lo que pensábamos al manejar la falta de oxígeno después de que el corazón deja de latir. Cuando el cerebro se ve privado de oxígeno que sostiene la vida, en algunos casos parece haber esta oleada eléctrica paradójica, dice Koch. Por razones que no entendemos, está hiperactivo durante al menos unos minutos.  

En un estudio publicado en septiembre en Resuscitation, Parnia y sus colegas recopilaron datos de oxígeno cerebral y actividad eléctrica de 85 pacientes que experimentaron un paro cardíaco mientras estaban en el hospital. La mayoría de los pacientes presentaron inicialmente una actividad cerebral de línea plana en los monitores EEG (Electroencéfalograma), pero para alrededor del 40% de ellos, una casi normal actividad eléctrica resurgió intermitentemente en sus cerebros hasta 60 minutos en RCP. 

Del mismo modo, en un estudio publicado en Actas de la Academia Nacional de Ciencias en mayo, Borjigin y sus colegas informaron oleadas de actividad en el cerebro de dos pacientes comatosos después de que se les había desconectado sus ventiladores. Las señales del EEG ocurrieron justo antes de que los pacientes murieran y tenían todas las características de la conciencia, dice Bojigin. Si bien quedan muchas preguntas, tales hallazgos plantean preguntas tentadoras sobre el proceso de muerte y los mecanismos de conciencia. 

Vida después de la muerte

Mientras más científicos puedan aprender sobre los mecanismos detrás del proceso de muerte, mayores serán las posibilidades de desarrollar esfuerzos de rescate más sistemáticos, dice Borjigin. En el mejor de los casos, agrega, esta línea de estudio podría tener el potencial de reescribir las prácticas médicas y salvar a muchas personas.  

Todo el mundo, por supuesto, eventualmente tiene que morir y algún día estará más allá de la salvación. Pero una comprensión más exacta del proceso de muerte podría permitir a los médicos salvar a algunas personas previamente sanas que se encuentran con un inesperado fin temprano y cuyos cuerpos aún están relativamente intactos. Los ejemplos podrían incluir personas que sufren ataques cardíacos, sucumben a una pérdida mortal de sangre o se ahogan. El hecho de que muchas de estas personas mueran y permanezcan muertas simplemente refleja la falta de asignación adecuada de recursos, conocimiento médico o avance suficiente para traerlos de vuelta, dice Parnia.   

La esperanza de Borjigin es llegar a comprender el proceso de muerte "segundo a segundo". Estos descubrimientos no sólo podrían contribuir a los avances médicos, afirma, sino también "revisar y revolucionar nuestra comprensión de la función cerebral".

Sestan dice que él y sus colegas también están trabajando en estudios de seguimiento que buscan “perfeccionar la tecnología” que han utilizado para restaurar la función metabólica en el cerebro y otros órganos de los cerdos. Esta línea de investigación podría eventualmente conducir a tecnologías que sean capaces de revertir el daño (hasta cierto punto, por supuesto) causado por la falta de oxígeno en el cerebro y otros órganos en personas cuyos corazones se han detenido. Si tiene éxito, el método también podría ampliar el grupo de donantes de órganos disponibles, añade Sestan, al alargar el tiempo que tienen los médicos para recuperar órganos de personas fallecidas permanentemente.

Si estos avances llegan, enfatiza Sestan, serán necesarios años de investigación. Es importante que no exageremos ni prometamos demasiado, afirma, aunque eso no significa que no tengamos una visión del futuro.

Mientras tanto, las investigaciones en curso sobre el proceso de la muerte sin duda seguirán desafiando nuestras nociones de la misma, lo que provocará cambios radicales dentro de la ciencia y otros ámbitos de la sociedad, desde lo teológico hasta lo legal. Como dice Parnia: La neurociencia no es dueña de la muerte. Todos tenemos un interés en ello.


 Bien amigos, hasta aquí la nota del MIT. Queda por acotar que fue escrita por Rachel Nuwer que es una periodista científica independiente que colabora regularmente con el New York Times, Scientific American, Nature y más. Su último libro es I Feel Love: MDMA and the Quest for Connection in a Fractured World. Ella vive en Brooklyn.

 Así pues, solo me queda despedirme:
¡Hasta la próxima!

domingo, 12 de noviembre de 2023

Intermezzo

 Quisiera, si me lo permiten queridos amigos, pulsar la cuerda de la nostalgia y recordar aquellos bellos momentos de nuestra juventud en los que corríamos descalzos por la arena de la playa de nuestros sueños, persiguiendo la elusiva felicidad que estos prometían a nuestras ansias.
 No lo sabíamos entonces, pero esos bellos momentos eran el brasero con el que entibiaríamos nuestra vejez...

https://www.youtube.com/watch?v=EP8WAty7uqs

¡Hasta la próxima!

domingo, 5 de noviembre de 2023

Los godos del emperador Valente

 Corría el anno Domine de 2020, estimados amigos, cuando uno de ustedes, mis lectores, el cofrade Fernando Solanes, me envió un mail que contenía una nota del amigo Arturo Pérez Reverte del 13/9/2015. Sustanciosa y bien escrita (y con algunos puntos de contacto con nuestra realidad actual), vale la pena leerla.

 Hela aquí:


Los godos del emperador Valente

XLSemanal

Arturo Pérez Reverte

 
En el año 376 después de Cristo, en la frontera del Danubio se presentó una masa enorme de hombres, mujeres y niños. Eran refugiados godos que buscaban asilo, presionados por el avance de las hordas de Atila. Por diversas razones -entre otras, que Roma ya no era lo que había sido- se les permitió penetrar en territorio del imperio, pese a que, a diferencia de oleadas de pueblos inmigrantes anteriores, éstos no habían sido exterminados, esclavizados o sometidos, como se acostumbraba entonces. En los meses siguientes, aquellos refugiados comprobaron que el imperio romano no era el paraíso, que sus gobernantes eran débiles y corruptos, que no había riqueza y comida para todos, y que la injusticia y la codicia se cebaban en ellos. Así que dos años después de cruzar el Danubio, en Adrianópolis, esos mismos godos mataron al emperador Valente y destrozaron su ejército. Y noventa y ocho años después, sus nietos destronaron a Rómulo Augústulo, último emperador, y liquidaron lo que quedaba del imperio romano.

 Y es que todo ha ocurrido ya. Otra cosa es que lo hayamos olvidado. Que gobernantes irresponsables nos borren los recursos para comprender. Desde que hay memoria, unos pueblos invadieron a otros por hambre, por ambición, por presión de quienes los invadían o maltrataban a ellos. Y todos, hasta hace poco, se defendieron y sostuvieron igual: Acuchillando invasores, tomando a sus mujeres, esclavizando a sus hijos. Así se mantuvieron hasta que la Historia acabó con ellos, dando paso a otros imperios que, a su vez, llegado el ocaso, sufrieron la misma suerte. El problema que hoy afronta lo que llamamos Europa, u Occidente (el imperio heredero de una civilización compleja, que hunde sus raíces en la Biblia y el Talmud y emparenta con el Corán, que florece en la Iglesia medieval y el Renacimiento, que establece los derechos y libertades del hombre con la Ilustración y la Revolución Francesa), es que todo eso -Homero, Dante, Cervantes, Shakespeare, Newton, Voltaire- tiene fecha de caducidad y se encuentra en liquidación por derribo. Incapaz de sostenerse. De defenderse. Ya sólo tiene dinero. Y el dinero mantiene a salvo un rato, nada más.

 Pagamos nuestros pecados. La desaparición de los regímenes comunistas y la guerra que un imbécil presidente norteamericano desencadenó en el Medio Oriente para instalar una democracia a la occidental en lugares donde las palabras Islam y Rais -religión mezclada con liderazgos tribales- hacen difícil la democracia, pusieron a hervir la caldera. Cayeron los centuriones -bárbaros también, como al fin de todos los imperios- que vigilaban nuestro limes. Todos esos centuriones eran unos hijos de puta, pero eran nuestros hijos de puta. Sin ellos, sobre las fronteras caen ahora oleadas de desesperados, vanguardia de los modernos bárbaros -en el sentido histórico de la palabra- que cabalgan detrás. Eso nos sitúa en una coyuntura nueva para nosotros, pero vieja para el mundo. Una coyuntura inevitablemente histórica, pues estamos donde estaban los imperios incapaces de controlar las oleadas migratorias, pacíficas primero y agresivas luego. Imperios, civilizaciones, mundos que por su debilidad fueron vencidos, se transformaron o desaparecieron. Y los pocos centuriones que hoy quedan en el Rhin o el Danubio están sentenciados. Los condenan nuestro egoísmo, nuestro buenismo hipócrita, nuestra incultura histórica, nuestra cobarde incompetencia. Tarde o temprano, también por simple ley natural, por elemental supervivencia, esos últimos centuriones acabarán poniéndose de parte de los bárbaros.

 A ver si nos enteramos de una vez: Estas batallas, esta guerra, no se van a ganar. Ya no se puede. Nuestra propia dinámica social, religiosa, política, lo impide. Y quienes empujan por detrás a los godos lo saben. Quienes antes frenaban a unos y otros en campos de batalla, degollando a poblaciones enteras, ya no pueden hacerlo. Nuestra civilización, afortunadamente, no tolera esas atrocidades. La mala noticia es que nos pasamos de frenada. La sociedad europea exige hoy a sus ejércitos que sean oenegés, no fuerzas militares. Toda actuación vigorosa -y sólo el vigor compite con ciertas dinámicas de la Historia- queda descartada en origen, y ni siquiera Hitler encontraría hoy un Occidente tan resuelto a enfrentarse a él por las armas como lo estuvo en 1939. Cualquier actuación contra los que empujan a los godos es criticada por fuerzas pacifistas que, con tanta legitimidad ideológica como falta de realismo histórico, se oponen a eso. La demagogia sustituye a la realidad y sus consecuencias. Detalle significativo: Las operaciones de vigilancia en el Mediterráneo no son para frenar la emigración, sino para ayudar a los emigrantes a alcanzar con seguridad las costas europeas. Todo, en fin, es una enorme, inevitable contradicción. El ciudadano es mejor ahora que hace siglos y no tolera cierta clase de injusticias o crueldades. La herramienta histórica de pasar a cuchillo, por tanto, queda felizmente descartada. Ya no puede haber matanza de godos. Por fortuna para la humanidad. Por desgracia para el imperio.

 Todo eso lleva al núcleo de la cuestión: Europa o como queramos llamar a este cálido ámbito de derechos y libertades, de bienestar económico y social, está roído por dentro y amenazado por fuera. Ni sabe, ni puede, ni quiere y quizá ni debe defenderse. Vivimos la absurda paradoja de compadecer a los bárbaros, incluso de aplaudirlos, y al mismo tiempo pretender que siga intacta nuestra cómoda forma de vida. Pero las cosas no son tan simples. Los godos seguirán llegando en oleadas, anegando fronteras, caminos y ciudades. Están en su derecho y tienen justo lo que Europa no tiene: Juventud, vigor, decisión y hambre. Cuando esto ocurre hay pocas alternativas, también históricas: Si son pocos, los recién llegados se integran en la cultura local y la enriquecen; si son muchos, la transforman o la destruyen. No en un día, por supuesto. Los imperios tardan siglos en desmoronarse.

 Eso nos mete en el cogollo del asunto: la instalación de los godos, cuando son demasiados, en el interior del imperio. Los conflictos derivados de su presencia. Los derechos que adquieren o deben adquirir y que es justo y lógico disfruten. Pero ni en el imperio romano ni en la actual Europa hubo o hay para todos; ni trabajo, ni comida, ni hospitales, ni espacios confortables. Además, incluso para las buenas conciencias, no es igual compadecerse de un refugiado en la frontera, de una madre con su hijo cruzando una alambrada o ahogándose en el mar, que verlos instalados en una chabola junto a la propia casa, el jardín, el campo de golf, trampeando a veces para sobrevivir en una sociedad donde las hadas madrinas tienen rota la varita mágica y arrugado el cucurucho. Donde no todos, y cada vez menos, podemos conseguir lo que ambicionamos. Y claro. Hay barriadas, ciudades que se van convirtiendo en polvorines con mecha retardada. De vez en cuando arderán, porque también eso es históricamente inevitable. Y más en una Europa donde las élites intelectuales desaparecen, sofocadas por la mediocridad, y políticos analfabetos y populistas de todo signo, según sopla, copan el poder. El recurso final será una policía más dura y represora, alentada por quienes tienen cosas que perder. Eso alumbrará nuevos conflictos: desfavorecidos clamando por lo que anhelan, ciudadanos furiosos, represalias y ajustes de cuentas. De aquí a poco tiempo, los grupos xenófobos violentos se habrán multiplicado en toda Europa. Y también los de muchos desesperados que elijan la violencia para salir del hambre, la opresión y la injusticia. También parte de la población romana -no todos eran bárbaros- ayudó a los godos en el saqueo, por congraciarse con ellos o por propia iniciativa. Ninguna pax romana beneficia a todos por igual. Y es que no hay forma de parar la Historia. «Tiene que haber una solución», claman editorialistas de periódicos, tertulianos y ciudadanos incapaces de comprender, porque ya nadie lo explica en los colegios, que la Historia no se soluciona, sino que se vive; y, como mucho, se lee y estudia para prevenir fenómenos que nunca son nuevos, pues a menudo, en la historia de la Humanidad, lo nuevo es lo olvidado. Y lo que olvidamos es que no siempre hay solución; que a veces las cosas ocurren de forma irremediable, por pura ley natural: Nuevos tiempos, nuevos bárbaros. Mucho quedará de lo viejo, mezclado con lo nuevo; pero la Europa que iluminó el mundo está sentenciada a muerte. Quizá con el tiempo y el mestizaje otros imperios sean mejores que éste; pero ni ustedes ni yo estaremos aquí para comprobarlo. Nosotros nos bajamos en la próxima. En ese trayecto sólo hay dos actitudes razonables. Una es el consuelo analgésico de buscar explicación en la ciencia y la cultura; para, si no impedirlo, que es imposible, al menos comprender por qué todo se va al carajo. Como ese romano al que me gusta imaginar sereno en la ventana de su biblioteca mientras los bárbaros saquean Roma. Pues comprender siempre ayuda a asumir. A soportar.

 La otra actitud razonable, creo, es adiestrar a los jóvenes pensando en los hijos y nietos de esos jóvenes. Para que afronten con lucidez, valor, humanidad y sentido común el mundo que viene. Para que se adapten a lo inevitable, conservando lo que puedan de cuanto de bueno deje tras de sí el mundo que se extingue. Dándoles herramientas para vivir en un territorio que durante cierto tiempo será caótico, violento y peligroso. Para que peleen por aquello en lo que crean, o para que se resignen a lo inevitable; pero no por estupidez o mansedumbre, sino por lucidez. Por serenidad intelectual. Que sean lo que quieran o puedan: Hagámoslos griegos que piensen, troyanos que luchen, romanos conscientes -llegado el caso- de la digna altivez del suicidio. Hagámoslos supervivientes mestizos, dispuestos a encarar sin complejos el mundo nuevo y mejorarlo; pero no los embauquemos con demagogias baratas y cuentos de Walt Disney. Ya es hora de que, en los colegios, en los hogares, en la vida, hablemos a nuestros hijos mirándolos a los ojos.


 Ahora bien, este encendido alegato de Pérez Reverte despertó ecos en mi memoria hasta que individualicé a qué me hacía acordar: Se trata de una conferencia del catedrático Jesús Huerta de Soto, que ya les he presentado en una nota anterior, acerca de la caída del imperio romano que, como ustedes podrán apreciar en el video que les acompaño, tiene muchos puntos en contacto con lo que dice Pérez Reverte y con nuestra desgraciada situación actual. Vean ustedes:

https://www.youtube.com/watch?v=6PcaciZean4

Jesús Huerta de Soto

Y, dada la claridad de Huerta de Soto, aprovecho para agregarles dos conferencias más del español sobre el socialismo y el estatismo.

¡Que las disfruten y hasta la próxima!

https://www.youtube.com/watch?v=GdHyIr_k5E8&t=636s

https://www.youtube.com/watch?v=LOe_XM4n7sI


Conjeturas, hipótesis, teorías.

La especulación o conjetura, es una forma filosófica de pensar para ganar conocimiento yendo más allá de la experiencia o práctica tradicion...