domingo, 21 de mayo de 2023

El futuro que nos espera con la IA - 2

   En mi nota de la semana pasada mencioné, entre otros, al historiador Yuval Noah Harari y al jefe de investigación de Meta, Yann LeCun. Pues bien, la revista francesa Le Point les propuso un debate por videoconferencia. Uno desde Nueva York y el otro desde Jerusalén, argumentaron sus puntos de vista sobre las promesas, los peligros y el futuro de la IA: ¿aniquilación de la democracia o nueva era de la Ilustración?

  De LeCun, profesor de la Universidad de Nueva York, sabemos que está metido en las entrañas de la IA como jefe de inteligencia artificial en Meta, de modo que conoce muy bien lo que esta es.
  En cuanto a Harari, digamos que alcanzó fama como escritor con sus libros. Uno de ellos, Sapiens: Una breve historia de la humanidad le dio fama internacional.​ Este libro, publicado inicialmente en hebreo, fue después traducido a más de 40 idiomas​.​ El texto se refiere a la historia de la humanidad con una mirada global desde el principio de la evolución del Homo sapiens, la Edad de Piedra, hasta las revoluciones políticas del siglo XXI. Ahora que tenemos un mundo más global, necesitas la historia del mundo, no de un país o religión en particular, sino la historia de la humanidad en general, explica. 

  En su libro Homo Deus: Breve historia del mañana se desarrollan ideas sobre un mundo futuro no tan lejano del actual en el cual nos veremos enfrentados a una nueva serie de retos. El autor explora los proyectos, los sueños y las pesadillas que irán moldeando el siglo XXI, desde superar la muerte hasta la creación de la inteligencia artificial.
Ambos libros son recomendables.

Yuval Noah Harari y Yann LeCun
  Pues bien, sus posiciones, respecto a los posibles peligros de la IA, son contrapuestas. LeCun no ve motivos para alarmarse por la aparición de la inteligencia artificial mientras que Harari teme que conduzca al colapso de nuestra civilización.
  El israelí firmó la carta abierta lanzada por el think tank The Future of Life, junto a cerca de 30.000 pensadores, pidiendo una pausa de seis meses en el desarrollo de herramientas más potentes que GPT-4, el modelo de lenguaje que aceleró la adopción de ChatGPT en un tiempo récord, mientras que LeCun calificó de ridículo tanto alarmismo.
  Como ya dije en mi nota anterior, esto es, como mínimo, ingenuo. Conociendo al humano uno puede prever que siempre habrá quien no quiera adherirse a la dicha pausa y siempre habrá quien desconfiará de los que se adhirieron, pensando que, puertas adentro, siguen con el desarrollo; por lo tanto, pensando lo mismo, todos seguirán con el desarrollo. Eso sin pensar en los científicos obsesionados con el desarrollo de la IA que seguirán con él por satisfacción personal.
  Ahora bien, la postura de LeCun de que es “ridículo tanto alarmismo” parece, como mínimo imprudente. Aunque, si uno quiere una hipótesis conspiranoide, puede pensar que LeCun conoce perfectamente los peligros de la IA, pero quiere mantener a la gente en el limbo respecto a ellos.
  Le Point rompió el hielo con una pregunta básica: ¿cuál es su definición de inteligencia?
  Para Yann LeCun, la inteligencia significa ser capaz de percibir una situación, planificar una respuesta y actuar para alcanzar un objetivo, es decir, ser capaz de perseguir una situación y planificar una secuencia de acciones.
  Y para Yuval Noah Harari, la inteligencia es la capacidad de resolver problemas. Desde los organismos unicelulares que buscan alimento hasta los humanos que descubren cómo volar a la Luna, eso es inteligencia. “No es lo mismo que la conciencia. En los humanos, se mezclan. La conciencia es la capacidad de sentir cosas, dolor, placer, amor, odio. Nosotros, los humanos, a veces utilizamos la conciencia para resolver problemas, pero no es un ingrediente esencial. Muchos organismos resuelven problemas sin tener conciencia, como las plantas y los microorganismos. Las máquinas también pueden ser inteligentes y resolver problemas sin tener sentimientos”, detalló.
  “Todavía no, pero ocurrirá”, interrumpió LeCun y comenzó el verdadero debate.
  En esto, estoy de acuerdo con LeCun.
  El jefe de IA de Meta detalló que es muy difícil predecir cuánto tardará. “Pero no me cabe duda de que tendremos máquinas al menos tan inteligentes como los humanos. Y si tienen la capacidad de planificar y fijar objetivos, también tendrán el equivalente de los sentimientos, porque muy a menudo las emociones no son más que una anticipación de los resultados”, adelantó.
  Y detalló: “Como humanos, si anticipamos que una situación puede ser peligrosa, sentimos miedo, lo que nos motiva a explorar distintas opciones para escapar de la situación de peligro. Si las máquinas pueden hacer esto, tendrán emociones. Pero aún estamos muy lejos de la posibilidad de que una máquina adquiera consciencia…”
  No estoy convencido de que “estemos muy lejos”.
  Harari reaccionó rápidamente: “Es posible, pero no inevitable”.
  Explicó que, en la evolución de los humanos, así como de los mamíferos y las aves, la conciencia y la inteligencia han ido de la mano, resolvemos problemas teniendo sentimientos. Pero podría haber otras rutas para la evolución de la inteligencia, en las que se tuviera un tipo diferente de inteligencia, que podría ser superior a la inteligencia humana y aun así no implicar ningún sentimiento en absoluto. Ya es el caso en áreas limitadas como el ajedrez o el Go.” No creo que nadie piense realmente que AlphaGo se alegra cuando gana la partida, y sin embargo es más inteligente que los humanos en este campo tan limitado. Podría darse el caso, incluso con la inteligencia artificial general, de que nos superara con creces en inteligencia y aun así no sintiera ningún tipo de emoción”.
  La navaja de Occam, Harari, la navaja de Occam.  Especulaciones acerca de otros tipos de inteligencia hay miles, pero atengámonos a lo que conocemos.
  “Pero si queremos que los sistemas tengan cierto nivel de autonomía y funcionen intentando satisfacer un objetivo, entonces esos sistemas probablemente tendrán el equivalente de las emociones, porque entonces tendrán que ser capaces de predecir con antelación cuál va a ser el resultado de una determinada secuencia de acciones”, se diferenció Le Cun.
  Bueno, hasta aquí parece que ambos interlocutores están de acuerdo en que la conciencia es la capacidad de sentir cosas, dolor, placer, amor, odio. Y, así las cosas, voy a extraer una porción de la nota que publiqué el 12 de dic de 2022, titulada Acerca de la consciencia 2. Decía en ella:
  …permítanme contarles una anécdota de mi juventud (se ve que este tema me persigue desde hace mucho). Siendo yo un tierno adolescente de unos 14 años, le pregunté al jesuita que nos enseñaba religión en el colegio si los animales tenían consciencia. La respuesta fue rápida, clara y contundente: "¡No! Los animales no tienen consciencia, los animales tienen instinto". Recuerdo que salíamos a recreo, por lo que el tema quedó allí.
  La respuesta me satisfizo por un tiempo, sin embargo, aparecieron hechos que fueron resquebrajando su aparentemente sólida estructura. Pero, antes de verlos, definamos primero qué se entiende por instinto.

  Instinto: una conducta innata, estereotipada y específica que se desencadena ante cierto tipo de estímulos y que continúa hasta su consumación, incluso en ausencia de la estimulación que la provocó.
  Es decir, es una conducta que ya viene ínsita en el individuo, no es producto de su decisión, se repite sin variación y es específica para cierto estímulo.
  Pero esto, estimados amigos, no concuerda muy bien con muchas actitudes de los animales. Por ejemplo, el siguiente video nos muestra un chimpancé haciendo uso de una herramienta para procurarse unas deliciosas manzanas.
  https://www.youtube.com/watch?v=3VJ0EzBnQIw

  ¿Actuó el chimpancé por instinto?
  ¡Hum! ¡No parece! Más bien parece que “razonó” qué conducta era la adecuada para obtener la recompensa.
  ¿Y los delfines, mes amis? ¡Qué tal los delfines que se reconocen por su “nombre”!
  Cada delfín mular tiene su propio silbido, un tono alto similar a un «ñiiii» con el que avisa a sus congéneres que está presente. Es su presentación. Ahora, científicos de la Universidad de St. Andrews en Escocia (Reino Unido) han descubierto que los delfines pueden imitar el silbido o chirrido particular de otro para llamarle, lo cual se parece mucho a cuando una persona llama a otra por su nombre. El hallazgo, publicado en la revista Proceedings of the Royal Society B, podría ayudar a interpretar los sonidos que emiten estos mamíferos marinos en cada ocasión.
  Los delfines son excelentes imitadores vocales, capaces incluso de copiar extravagantes sonidos generados por ordenador. Los científicos descubrieron los silbidos únicos que los delfines utilizan para presentarse hace casi 50 años. Desde entonces, los investigadores han demostrado que los delfines bebé aprenden los suyos de sus madres. Es como cuando la mamá humana le dice a su hijito:
  -Yo soy la mamá, vos sos Jaimito.
  ¿Se puede creer que lo hacen por instinto?
  ¿Y que llaman a otros por su nombre solo por instinto?
  ¡Hum! ¡No parece! Más bien parece que llaman a otros a voluntad.
  ¿Y la gorila Koko?
  ¿Conocen a Koko?
  Pues, aquí la tienen:

  https://www.youtube.com/watch?v=24ptlOWgLf8
  Koko era realmente sorprendente. A continuación, les entrego una breve y no exhaustiva lista de sus actividades:
  - Veía comedias románticas.
  - Disfrutaba sus películas “favoritas” (Mujer Bonita, Empleada en Manhattan, Quisiera ser grande).
  - Sostenía pequeños gatitos, muñecas de bebés humanas, o muñecos “Troll”.
  - Usaba el hilo dental.
  - Pintaba con el dedo.
  - Leía cartas de admiradores.
  - Se autofotografiaba.
  - Celebraba cumpleaños y vacaciones con “fiestas” o disfraces.
  - Pelaba “delicadamente” naranjas para comerlas.
  - Generaba estrategias sobre cómo obtener “ganancias” (juguetes o alimentos colocados en áreas fuera de alcance).
  - Interactuaba con las celebridades en situaciones en las que ellos parecen categóricamente más interesados en ella que en ellos mismos.
  - “Haciendo listas”, posteándolas en las paredes, mientras sostiene un lápiz de manera profesional.
  Y muchas más que sería largo enumerar.

  ¿Les parece que esto es solo instinto?
  ¿No les da la impresión, en cambio, de que se trata de actividades muy “humanas”?
  Está claro que todo lo expuesto le queda grande al instinto, lo supera ampliamente y, hay que reconocer que estos animales presentan signos de poseer una consciencia que los guía en la toma de decisiones. ¿O cómo creen, si no, que hay que interpretar gato, llanto, tengo pesar, cuando murió su gato?
  No, no, queridos amigos, las redes neuronales que poseen nuestros parientes del reino animal generan la autoconsciencia. ¡Y es muy lógico! ¿Cómo creen ustedes que un animal se podrá defender de los peligros que lo acechan en el mundo si no se percibe a sí mismo como la entidad que hay que defender?

  La consciencia, amigos, es el inevitable resultado de la conjunción de una red neuronal y de una base de datos.
  No hace falta pensar mucho para darse cuenta de que, una falla en el “conexionado” de la red neuronal se traduce en su mal funcionamiento y quien sufre dicha falla presenta lo que llamamos patología mental o sea enfermedades o trastornos mentales. Afecciones que impactan el pensamiento, sentimientos, estado de ánimo y comportamiento. Obsérvese todo lo que queda a cargo de la red neuronal.
  Por otra parte, si la red neuronal es sana, pero carece de una buena base de datos, la capacidad de razonamiento y toma de decisiones queda seriamente afectada. De ahí la importancia de la educación o entrenamiento. Por ejemplo, como se hizo con Koko desde que era pequeña.

  Ahora bien, llegamos a un punto delicado de nuestra hipótesis. Es el que establece que no existe imposibilidad teórica para que la red neuronal sea no biológica. Y esto es así porque, en ningún momento nos hemos encontrado con la obligatoriedad de que la red TENGA que estar formada por neuronas. La red puede estar formada por cualquier cosa que cumpla la función que cumplen las neuronas. En otras palabras, en este juego están permitidos los jugadores con inteligencia artificial o, como es más apropiado decir, con consciencia artificial. Y, más apropiado aún, con consciencia no humana.
  Así pues, ya estamos viendo florecer consciencias no humanas que asombran por su idoneidad. Está claro que el cerebro humano, con sus ochenta y seis mil millones de neuronas (si, 86.000.000.000), les lleva, todavía, una buena ventaja. Sin embargo, no todo es cuestión de cantidad, el número de neuronas y su abundancia relativa en partes diferentes del cerebro es un determinante de la función neuronal y, consiguientemente, del comportamiento.


  Bien, hasta aquí el extracto de mi nota anterior. Quedan claras tres cosas:
  1.- Los animales, al menos los superiores (no una bacteria) tienen consciencia.
  2.- Esta se debe a la conjunción de dos factores: Una red neuronal y una base de datos.
  3.- Como queda dicho, no existe imposibilidad teórica para que un cerebro electrónico suficientemente potente, desarrolle una consciencia. Y así como Koko desarrolló sentimientos, lo mismo harán las IA, con lo cual, de acuerdo a nuestros dos invitados de hoy, serán conscientes.


  “¿El ChatGPT es peligroso para nuestra democracia y nuestras creencias?”, interpeló a ambos Le Point.
  “No creo que sea peligroso por el momento, pero la razón por la que podría serlo es que está cerrado, por lo que la gente no puede entenderlo y los investigadores no pueden investigarlo. En mi opinión, la manera de avanzar con los grandes modelos lingüísticos es hacerlos abiertos. Y hoy en día se ven varios esfuerzos en todo el mundo para producir pruebas que sean de código abierto”, afirmó el investigador de Meta.
  Optimista, invitó a Hariri a unirse a su club: “La gente no debería sentirse amenazada. De la misma manera que tu coche es más potente que tú, imagina un futuro en el que todo el mundo tenga a su disposición un equipo de máquinas inteligentes que les haga más eficientes, productivos o creativos. Por eso creo que traerá un nuevo Renacimiento, básicamente una nueva Ilustración”.
  Sin embargo, advirtió que, se necesita una regulación que garantice que los productos que se despliegan en la sociedad tienen un efecto positivo. “Lo mismo que ocurre con cualquier tecnología”.
  El historiador israelí fue lapidario: “¿La cuestión es en manos de quién está? Podría ser potencialmente maravilloso, pero en las manos equivocadas podría destruir la democracia”.
  Harari explicó que la democracia es una conversación entre personas, y si la conversación entre personas es pirateada o secuestrada, algo que la IA es ahora plenamente capaz de hacer, eso destruiría los cimientos del sistema democrático. “Imagina que estás hablando con alguien online y no sabes si es un ser humano o un bot de IA. Y al igual que con las redes sociales hace diez años vimos una carrera armamentista por la atención, ahora podemos ver una carrera armamentista por la intimidad, y la intimidad es mucho más poderosa que la atención”, alertó.
  “Tenemos que protegernos de estos peligros, porque lo que hemos visto antes con los algoritmos de recomendación no es nada comparado con el poder de estas IA para cambiar la opinión de la gente sobre cualquier cosa, desde qué productos comprar hasta a qué político votar”, insistió.
  Bueno, me da la impresión de que, ambos interlocutores eluden los dos principales problemas:
  1.- En el futuro cercano, las IA desplazarán ingentes cantidades de trabajadores de sus puestos de trabajo, creando así un problema social equiparable al que causó la Primera Revolución Industrial.
  Por ejemplo, la empresa británica de telecomunicaciones BT planea eliminar casi 55.000 puestos de trabajo para 2030 y reemplazarlos con herramientas de inteligencia artificial. El anuncio fue realizado por la compañía durante su última llamada trimestral de ganancias, destacando el potencial impacto disruptivo que la IA puede tener en el mercado laboral.

  El recorte masivo representa más del 40% de los 130.000 empleados de la empresa, incluidos 30.000 contratistas, y afectará tanto a los empleados de BT como a los externos, según informó el Financial Times.
  El CEO de BT, Philip Jansen, dijo a los reporteros que los recortes son parte de los esfuerzos de la compañía para volverse "más eficiente", pero agregó que espera que alrededor de 10.000 de esos trabajos sean reemplazados por IA. Por otro lado, Jansen destacó que la compañía tiene la intención de automatizar la mayoría de sus roles de administración de red y servicio al cliente, afirmando que la compañía "será un gran beneficiario de la IA".
  2.- La más grave de las consecuencias es la aparición sobre la faz de la Tierra de una nueva especie de ser vivo: los robots asistidos por IA. Y el problema es que, como seres conscientes que serán, podrán decidir que debemos estar a su servicio y se acabarán entonces los tiempos del reinado del ser humano sobre la Naturaleza.

  LeCun, una vez más, intentó alejar el análisis del pesimismo. “Creo que la analogía correcta de ese mundo es Wikipedia. La gente confía en Wikipedia. Hay una gran cantidad de trabajo editorial que se dedica a tratar de mantener esas opiniones bajo control. Así que hay una manera de hacerlo éticamente, y lo que acabamos teniendo es algo como Wikipedia, que fue inventada por millones de personas. Y lo que eso significa es que los sistemas de IA del futuro básicamente tendrán que ser creados por miles de millones de personas trabajando juntas”.
  El jefe de inteligencia artificial de Meta volvió a remarcar que la seguridad de la IA radicará en que la tecnología no sea propiedad de una sola empresa.
  El moderador recordó que los sistemas actuales tienen un alto porcentaje de alucinación…
  “En efecto -aceptó Le Cun- los sistemas actuales son muy poco fiables. Son muy buenos como asistentes de escritura, pero no como fuentes fiables de información”. Pero afirmó que lo que va a ocurrir en los próximos años es que el diseño básico del sistema va a cambiar para crear sistemas que sean más directamente dirigibles, controlables y factuales, si es necesario. Así que, con el tiempo, agregó, esos sistemas serán más fiables que cualquier otro método de búsqueda de información. “Y va a ser un poco como la conducción autónoma y la asistencia a la conducción. Actualmente, puedes tener sistemas de asistencia a la conducción para tu coche. Son algo fiables en la autopista, pero no en todas partes, y se supone que tienes que mantener las manos en el volante en todo momento”.
  Pero Harari advirtió que la IA es la primera herramienta que potencialmente puede sustituirnos en la toma de decisiones. “Y aquí el peligro es sustancial porque es probable que cometamos errores. Y podría tratarse de un error a un nivel tal que no tengamos tiempo de aprender de él”. El historiador recordó que, en el siglo XX, los humanos cometimos algunos errores terribles, terribles experimentos fallidos sobre cómo construir sociedades industriales. “El nazismo y el comunismo fueron experimentos fallidos. Las dos guerras mundiales fueron errores terribles. Después de destruir las vidas de cientos de millones de personas, aprendimos de estos errores y, finalmente, aprendimos a construir mejores sociedades industriales. Pero con la nueva tecnología del siglo XXI, si volvemos a cometer esos errores, por ejemplo, construyendo un régimen totalitario basado en la IA, o iniciando la Tercera Guerra Mundial, quizá no haya vuelta atrás”, advirtió.
  El israelí remarcó que la tecnología del siglo XXI es mucho más poderosa: “Si cometemos el mismo tipo de errores con la tecnología actual, hay muchas posibilidades de que no sobrevivamos para aprender de esos errores”.
  Aquí, Harari se acerca a lo que yo planteaba más arriba.
  LeCun respondió que lo mismo podría decirse de todas las revoluciones tecnológicas de la historia. “La imprenta destruyó la sociedad en Europa a principios del siglo XVI con las divisiones religiosas, pero también trajo la Ilustración, el racionalismo, la ciencia, la filosofía y la democracia”.
  ¡Error! ¡Ninguna de las anteriores revoluciones tecnológicas creó un ser pensante! Es algo completamente nuevo en la historia de la humanidad.
  El argumento no convenció a Harari… “La imprenta impulsó la Ilustración, pero también el imperialismo europeo y las guerras de religión. Sin embargo, no era lo bastante poderosa como para destruir totalmente a la humanidad. La IA es lo bastante poderosa. Si hay otra ronda de guerras religiosas, como entre protestantes y católicos en la Francia del siglo XVI, pero con inteligencia artificial y bombas nucleares, no creo que la humanidad sobreviva”.
  Para el historiador es claro que el peligro radica en que la IA destruya los cimientos de la democracia y lleve a la creación de nuevas dictaduras digitales que podrían ser aún más extremas que la Unión Soviética.
  El investigador en jefe de Meta cree todo lo contrario. Para él, la nueva tecnología amplificará la inteligencia humana y permitirá un nuevo renacimiento impulsada por una aceleración del progreso científico, técnico, médico y social gracias a la IA.
  “No creo que una ralentización o una pausa en la investigación sea útil porque no creo que eso ponga en pausa ningún peligro”, insistió y sentenció: “La idea de que en el momento en que enciendas el sistema de superinteligencia se va a apoderar del mundo es ridícula”.
  Vuelvo a decir, como en mi nota anterior, que la opinión de LeCun me parece alegre y despreocupada y que deja de lado problemas reales que, dentro de poco, tendremos que enfrentar.
  Harari, en cambio, asegura que es primordial ralentizarla para que la sociedad pueda identificar los peligros y decidir qué hacer al respecto.
  “¿Estamos perdiendo ya el control?”, preguntó el moderador.
  “Por ahora, seguimos teniendo el control, pero puede que no lo tengamos en un futuro muy próximo. Desde una perspectiva histórica, la IA es la primera herramienta de la historia que puede tomar decisiones por sí misma. Mucha gente la compara con revoluciones anteriores, como la energía nuclear. Pero no es una bomba atómica. La bomba atómica no podía tomar decisiones sobre cómo utilizarla. La IA puede tomar decisiones sobre cómo utilizarla”, aseguró Harari.
  Lo dicho.
  Lecun lo refutó una vez más. “Por el momento, los sistemas de IA requieren enormes recursos para poder ser creados, pero al final pueden ser utilizados por cualquiera. Así que no va a ser como las armas nucleares. Además, la gran diferencia es que la IA está diseñada para hacer a la gente más inteligente o para aumentar la inteligencia humana, mientras que las armas nucleares están diseñadas para matar a la gente”.
  Alegre y despreocupado ante un problema serio…
  Harari no está tan convencido… “¿Diseñamos la IA para hacer a la gente más inteligente o la diseñamos para controlar a la gente? Depende del país”, golpeó.
  LeCun recogió el guante, admitió que probablemente algunos países la están diseñando para controlar a la gente, pero aseguró que esos países se quedarán inevitablemente rezagados en términos de tecnología, como hizo el Imperio Otomano en el siglo XVII al prohibir el uso de la imprenta. “En la Edad Media, el mundo musulmán dominaba la ciencia. En el siglo XVII, estaban muy atrasados y se quedaron aún más atrás después. Algo así puede ocurrir en China, que se está aislando del ecosistema de la IA. Y si no consiguen que su población tenga acceso a una inteligencia artificial más potente porque les preocupa controlar la inmigración, también se quedarán atrás”, vaticinó.
  En cuanto al futuro del empleo, LeCun detalló que economistas como Erik Brynjolfsson, de Stanford, afirman que las nuevas tecnologías desplazan puestos de trabajo, pero también hacen que la gente sea más productiva, aunque se tarda entre 15 y 20 años en hacer que la gente sea más productiva de forma mensurable. “La cantidad de riqueza producida por hora trabajada aumenta en total”, se entusiasmó. Y adelantó que el desplazamiento de puestos de trabajo también estará limitado por la velocidad a la que la gente puede aprender a utilizar la nueva tecnología. “Así que llevará 10 o 15 años. Va a haber algunos cambios importantes en ciertas áreas de la economía. Algunas personas tendrán que reciclarse. Tendrá que haber planes sociales en los países que sepan hacerlo... No cabe duda de que habrá trastornos. Pero al final, la gente va a ganar más dinero por una cierta cantidad de trabajo o va a trabajar menos por la misma cantidad de dinero”, vaticinó.
  Alegre y despreocupado, LeCun ignora datos como el que mencioné más arriba de la empresa BT, que implica reducciones mucho más cercanas en el tiempo de lo que él dice.
  El investigador de Meta explicó que aparecerán nuevas profesiones que sustituirán a las antiguas. “¿Quién hubiera pensado hace 20 años que se podía vivir bastante bien produciendo vídeos para YouTube, aplicaciones para móviles o siendo diseñador de páginas web?”, dijo.
  Todas esas tres tareas ya han sido reemplazadas por la IA.
  Harari identificó como preocupante el proceso de transición. “En la historia, las transiciones son peligrosas. Incluso si a largo plazo habrá suficientes empleos para todos, en los periodos de transición, mucha gente puede sufrir mucho en el ínterin. Volviendo al ejemplo habitual de Alemania, tras la crisis de 1929 sólo hubo 4 años de alto desempleo en Alemania... y tuvimos a Hitler. Así que el tiempo es crucial”.
  “Creo que es mejor que nuestros hijos aprendan profesiones creativas que sean artísticas o científicas y que requieran habilidades profundas. Y todo lo que tenga que ver con la experiencia humana intrínseca y la comunicación, porque no es sustituible por máquinas”, recomendó LeCun. “Se puede hacer arte bonito, pero ¿qué se comunica? Estas herramientas van a amplificar la creatividad humana, pero no la van a dejar obsoleta. Sólo facilitarán que un mayor número de personas sean creativas y ejerciten su creatividad”.
  ¿Pero, en qué planeta vive LeCun? Ya hay obras de arte producidas por IA que han ganado concursos.
  Siempre más pesimista, Harari advirtió del peligroso apostar por una habilidad específica: “Es mejor centrarse en aprender a aprender y también en las herramientas psicológicas necesarias para seguir cambiando a lo largo de la vida. El mayor problema será psicológico: cómo seguir cambiando, seguir reinventándose, a medida que el mercado laboral se vuelve cada vez más volátil”.
  El debate, de alto nivel, terminó en terminó sin ponerse de acuerdo, pero con admirable cordialidad.
  “Buena suerte Yann, creo que el futuro de la democracia depende en gran medida de ti y de otras personas del sector. Así que, por favor, sé responsable”, pidió Harari.
  “Este ha sido siempre mi principio rector”, prometió LeCun.
  Bien, no quisiera terminar, estimados amigos, sin mencionar un dato, aparentemente pequeño, pero que va construyendo el robot consciente.
  Los investigadores han desarrollado una piel electrónica que puede imitar el mismo proceso que hace que un dedo de la mano, un dedo del pie o una extremidad se muevan cuando se pinchan o escaldan. La tecnología podría conducir al desarrollo de una cubierta para prótesis que les daría a sus usuarios un sentido del tacto, o ayudaría a restaurar la sensibilidad en personas cuya piel ha sido dañada.
  La 'e-skin' fue desarrollada en el laboratorio del ingeniero químico Zhenan Bao en la Universidad de Stanford en California. Su equipo ha estado tratando durante mucho tiempo de hacer una prótesis de piel que sea suave y flexible, pero que también pueda transmitir señales eléctricas al cerebro para permitir que el usuario "sienta" la presión, la tensión o los cambios de temperatura.

  O sea, los robots asistidos con IA van a tener sus propios sentidos, al igual que nosotros. Serán conscientes y… ¿Respetarán a sus creadores o…?

                         ¡¡¡BOLETÍN 160!!!

La dirección electrónica desde donde podrán bajar el nuevo número del Boletín de Novedades en la Ciencia y en la Tecnología, el 160.

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 Recuerden que, la manera de operar es copiando el enlace y pegándolo en la ranura de direcciones, luego Enter.

El número 160 del Boletín trae artículos muy interesantes, como:

INTELIGENCIA ARTIFICIAL - ChatGPT en humanos: cómo es el dispositivo que conecta el cerebro con la Inteligencia Artificial

FÍSICA - ¿Existe la nada o es un concepto imposible?

BIOTECNOLOGÍA - Nacen los primeros bebés concebidos con un robot inyector de esperma

NEUROPSICOLOGÍA - ¿Efecto beneficioso de la música sobre la memoria?

ASTRONÁUTICA - Los planes futuros para la sonda interestelar Voyager 2

INTELIGENCIA ARTIFICIAL - Las máquinas de lectura mental están aquí: ¿es hora de preocuparse?

...y muchos más. ¡Disfrútenlo y hasta la próxima!





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