domingo, 2 de octubre de 2022

Intermedio musical

   Así es, estimados amigos, como reza el título de esta nota, me decidí por un intermedio musical en el que pudiéramos disfrutar de alguno de los grandes de la música popular. De entre los muchos que podía elegir, me incliné por uno que de ninguna manera está olvidado, pero si, no tan frecuentemente visitado. Me refiero al brillante y singular baterista de jazz Gene Krupa.

A continuación, tienen una breve biografía de Krupa que he tomado de EcuRed para conocerlo más a fondo y, posteriormente, un link para verlo en acción en una obra que a mí me gusta mucho y que lo muestra en todo su esplendor. Se trata de Sing, sing, sing, que interpretara con su grupo en el famoso show de Ed Sullivan.

Vamos a por él.

Gene Krupa

Trayectoria

Inicios

El joven Gene se inició muy pronto en la música, pues tocaba el saxo ya con once años. Después, en la escuela que estudiaba, la St. Joseph’s College, en Indiana, se unió a otros muchachos (ya como baterista) para formar una pequeña orquesta de swing. En 1921, en Madison, en el estado de Wisconsin, se unió a la orquesta The Frivolians, cuando contaba con tan sólo 12 años. Sin embargo, no fue hasta cuatro años después cuando tuvo la oportunidad de estudiar percusión profesionalmente con maestros de la talla de E. B. Straight o Roy Knapp, en la Austin High Gang. Así pues, en 1925, Krupa empezó sus estudios de percusión, con Roy Knapp, Al Silverman y Ed Straigth, al tiempo que compartía experiencias musicales con bandas comerciales de su ciudad, como las de Joe Kayser o Thelma Terry y The Benson Orchestra.

Primeros discos

Dos años más tarde, en 1927, Krupa ya era fijo en las sesiones en los clubes de la ciudad, donde conoce a músicos como Tommy Dorsey, Bix Beiderbecke, Mezz Mezzrow o Benny Goodman. Comenzó a trabajar entonces como músico de sesión y grabó sus primeros discos, ya con una técnica sorprendente, junto a Red McKenzie y Eddie Condon, que fueron conocidos como grupo con el nombre de McKenzie-Condon’s Chicagoans, punto culminante del estilo del jazz de Chicago. Para la historia queda el dato, según fuentes de la época, de ser el primer baterista de la historia en grabar el bombo de una batería, esto es, el primero que se atrevió a grabar con esta técnica percusiva, pues existía el riesgo de que un sonido tan grave perturbara la calidad de la grabación que, como se sabe, se realizaba a micrófono único. También fue el primer baterista en ser "solista", uno más de la banda con sus improvisaciones. Con Krupa la batería, pues, dejaba de ser un instrumento puramente de acompañamiento.

Con los Chicagoans sus experiencias se multiplicaron y dieron lugar a grabaciones históricas en las que se podían escuchar a los grandes músicos de ese tiempo: la contrabajista y directora de orquesta Thelma Terry, Joe Kayser, Frank Teschemacher o Joe Sullivan, Frank Teschemacher, Jan Lannigan o Mezz Mezzrow. De estas fantásticas pueden rescatarse algunos temas que hoy quedan como hitos de la historia del jazz, como "Liza", "China Boy" o "Sugar". Qué duda cabe que Chicago, por aquel entonces, resultó ser el centro neurálgico del jazz más moderno adonde llegaban, incluso, los nuevos y viejos valores de la antigua Nueva Orleáns, conocida cuna del jazz.

The Chicago Rhythm Kings

En 1928 Krupa formó parte de otro de los grupos capitales de aquel tiempo, The Chicago Rhythm Kings, además de tocar con otra gran banda, la de IMF Mole, en la que se hallaban también el conocido Bud Freeman, Wingy Manone o el cornetista Muggsy Spanier. Del repertorio que Krupa grabó con esta banda cabría rescatar los siguientes temas: "Baby Won’t You Please Come Home", "I’ve Found A New Baby" o "There’ll Be Some Changes Made".

En 1929, ya con veinte años, se trasladó desde Chicago a Nueva York, justo el año de la gran crisis norteamericana. Allí inició sus actividades musicales con Red Nichols (quien le había requerido su presencia en la ciudad) y en la orquesta de Bix Beiderbecke, el gran trompetista de los años veinte y representante de la conocida escuela de Chicago, donde también se encontraba Adrian Rollini y Joe Venuti. Fueron años, sin duda, de fructíferas grabaciones. Participó, siempre como freelance, en vinilos de Buddy Rogers y en otros muchísimos discos con bandas menos conocidas, hoy difíciles de hallar. Algunos de los temas de esta época que catapultaron al baterista a lo más alto de las listas son "Sing, Sing, Sing" (que presentaba un excepcional solo de batería) o la famosísima "I Gotta Rigth To Sing the Blues".

Big band

En 1935, dada su enorme fama de músico de sesión, dotado de una técnica original, Benny Goodman lo fichaba para su orquesta, una de las más famosas de los años treinta e inductora de la llamada "Swing Era" junto a la orquesta de Glen Miller. En esta big band llevará a cabo los primeros grandes solos de batería de la historia de la música. Con Benny Goodman estuvo cuatro años, en los que también participó en los conocidos tríos y cuartetos del excelente clarinetista "blanco". Precisamente conocida fue la formación de cuarteto del clarinetista en la que estaban Goodman, Krupa, Teddy Wilson y Lionel Hampton, cuya música trataba de alejarse de lo que ese tiempo se tildó de "’música de baile’, cuando en realidad era una proyección natural del llamado swing, tan en boga en los treinta, precisamente por el impulso de las bandas de Goodman y Miller. Con los cuartetos y tríos, el primero de ellos trataba de satisfacer a un público que no buscaba solamente el placer de bailar al son de su música, sino también de escuchar sus propuestas musicales. De esta experiencia cabe referir algunos temas muy conocidos, como "Tigre Rag" "Whispering" o "Stompin the Savoy", buenas muestras del talento de los cuatro músicos. Además, eran las primeras formaciones que mezclaban músicos blancos y negros, algo insólito hasta la fecha.

Orquesta propia

En 1938, tras su paso por la conocida big band de Goodman, Krupa iniciaba su propia orquesta en la que, en un principio, se hallaban Roy Eldridge y la cantante Anita O’Day (cantante con quien realizara numerosos trabajos en los años próximos). Fueron famosísimos sus conciertos en el Marine Ballroom (en Atlantic City) en abril del 38; allí concurría Krupa con su banda (que podía llegar a tener 30 o 40 músicos), llenando cada día que tocaban. Del mismo año es su gran método de batería The Gene Krupa Method, que puede estudiarse en la actualidad todavía, el cual tuvo un referente inmediato en su libro anual Drum Contest, iniciado hacia 1941.

Tristemente, después de aparecer en varias películas de la época (Con faldas y a lo loco y Beat the Band) que lo hicieron inmensamente popular, en el verano de 1943 Krupa era arrestado en San Francisco. Los cargos: posesión de marihuana y abuso de menores. De los 90 días a que Krupa fue condenado cumplió 84. Qué duda cabe que este acontecimiento enfrió la enorme popularidad que tenía el baterista. No obstante, en su ausencia, Roy Eldridge se ocupó de dirigir la banda de Krupa, quien al salir en libertad se asoció de nuevo con Benny Goodman (pues necesitaba resarcirse con rapidez de aquella nefasta eventualidad) y tocó con Tommy Dorsey, quien no dudó en contratarle en su banda. Era 1944 y, pese a su gran éxito de público, los críticos lo acusaron de baterista excesivamente comercial. En el mismo año Krupa formaba de nuevo su propia orquesta, con la que actuaría por los clubes en plena fiebre de las big bands, período que se concretará entre los años 1944 y 1951.

En 1954, Krupa pasó a dirigir una escuela de música junto al otrora baterista de los años treinta, Cozy Cole, conocida por Krupa-Cole Drum School. Los métodos del baterista se hicieron archifamosos, y su vigencia hoy día es indiscutida para los primerizos bateristas de jazz. Al margen de su experiencia con esta escuela, Krupa prosiguió su labor musical, y salió de gira con Benny Goodman, quien hacia 1955 presentaba su espectáculo The Benny Goodman Story, al que siguió The Gene Krupa Story (1959), un filme protagonizado por Sal Mineo en el que se contaba la historia de este excepcional baterista y cuya banda sonora fue realizada por él mismo. Hacia finales de los cincuenta, (1958), Krupa grababa con el saxofonista Gerry Mulligan el conocido álbum Gebe Krupa Plays Mulligan Arragements, al margen de otros álbumes muy conocidos en su discografía, como Krupa Rocks o Hey! Here’s Gene Krupa.

Retiro y muerte

En 1960 sufría un ataque de corazón (algo parecido le pasó a Budy Rich), lo que hizo que se retirara unos meses del circuito de jazz. Su reaparición fue brillante, no obstante, junto al cuarteto de Benny Goodman, con quien ofreció un memorable concierto en 1964 en el Festival de Newport (Nueva York), éxito que le llevó de gira incluso por Japón, en 1964, esta vez al lado de su amigo Charlie Ventura. Sin embargo, su salud empeoraba por días, y sus problemas con su segunda mujer se recrudecieron. En 1967, Krupa se retiró de los escenarios dada su precaria salud. Iniciaba entonces unas charlas sobre la drogadicción, al tiempo que promocionaba las Slingerland Drums. Su retiro oficial llegó en noviembre de 1970. Fue al frente de su propio cuarteto, en el Hotel Plaza in Nueva York. Allí grabó un comercial disco titulado Jazz At the New School, en el que participaron Eddie Condon o Wild Bill Davison. A pesar de todo, y ya retirado, en agosto de 1973 grabó en estudio su último disco, esta vez con el viejo cuarteto de Goodman.

Krupa fallecía el 16 de octubre de un ataque al corazón, aunque ya sufría un enfisema pulmonar. Sus restos se encuentran en el Holly Cross Cementary, en Illinois.

 

Bien, hasta aquí su biografía. Y ahora el link prometido para verlo en acción:

https://www.youtube.com/watch?v=fyAUKU_ImNg

 ¡Que lo disfruten!

 Antes de finalizar quiero comentarles que, como muchos de ustedes ya saben, yo edito un boletín digital con novedades en la ciencia y en la tecnología. El tal boletín lo podrán encontrar y descargar desde la siguiente dirección electrónica:

https://www.dropbox.com/scl/fi/j45ame6t63zqjcprl9awn/CyT-153.docx?dl=0&rlkey=4nwgs4n39az79r8mhg81jw00e

 Quien lo desee, lo tendrá disponible todos los fines de mes en la dirección que proveeré, oportunamente, desde estas páginas.

Ahora si:

¡Hasta la próxima!

 

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